Tineo - Asturias

Izquierda Unida de Asturias no ha encajado bien el anuncio del consejero de Economía y Hacienda, Jaime Rabanal, de que el presupuesto regional para 2011 se reducirá entre un 7 o un 8% o, lo que es lo mismo, unos 330 millones con respecto a las cuentas del presente ejercicio. La coalición asegura de que la afirmación de Rabanal sólo es un «planteamiento inicial» y aboga por un presupuesto «continuista» que «corrija» la falta de compromiso que, según ellos, se constata en la inversión del Gobierno de Zapatero para Asturias en 2011.

Hace poco menos de un año, el pacto de gobierno se tambaleó después de una ardua negociación entre IU y PSOE para cerrar el proyecto de 2010. La presión de los primeros culminó en un presupuesto con un leve crecimiento del 0,77% en contra de las tesis iniciales defendidas desde el bando socialista. Las conversaciones, que comenzarán después del Debate de Orientación Política, no prometen ser más sencillas. Menos dinero para repartir e inversiones más restrictivas para adaptarse a la actual coyuntura.

Rabanal rompió el fuego el pasado martes en la Junta. Lo hizo de forma tímida, pero dejando claro que el Principado no puede salirse un ápice más de los márgenes del endeudamiento después de haberlo duplicado en los últimos tres años. Las directrices del Estado son claras: hay que atajar el déficit y no hay lugar para los dispendios y menos con 300 millones menos para repartir.

Quizás, por ese motivo, el titular de Economía del Ejecutivo asturiano ya marcó los parámetros sobre los que debe encarrilarse la negociación presupuestaria. «No hay ningún motivo para pensar que Rabanal deba fichar el techo de los presupuestos», advirtió ayer Jesús Iglesias. El coordinador general de IU considera llamativo que haya sido el consejero y no el presidente del Principado quien haya abierto el melón como suele hacerse, recuerda, en el debate sobre el estado de la región.
IU no plantea de partida líneas rojas que puedan condicionar el diálogo aunque considera prioritario que se dé continuidad a las orientaciones políticas de los años anteriores y así lo dejarán constar en la negociación. Es decir, explicitar un compromiso con el empleo a través de la inversión y la ayuda a la creación de empleos, mantenimiento de los servicios públicos esenciales, como la educación y la sanidad, y de las políticas sociales, que den soporte a los que más sufren los rigores de la crisis. «Queremos unas cuentas que corrijan la incidencia de los presupuestos generales del Estado», avisa Iglesias.

Lejos de la crítica de IU, la portavoz del Ejecutivo asturiano, Ana Rosa Migoya, los justifica y recuerda que son unos presupuestos enmarcados en una coyuntura «complicada» y que están afectados por la caída de los ingresos. Migoya, además, esgrimió los «esfuerzos» realizados por el Gobierno socialista con Asturias y disculpó la caída en la inversión. «Muchas de las obras han consumido decenas de millones en ejercicios pasados y están ahora en fase muy próxima a su conclusión», señaló.

Esa comprensión que existe con la caída en inversión que sufrirá Asturias el próximo año es la misma que, vaticina, tendrán los consejeros del Ejecutivo asturiano cuando llegue el momento de discutir las partidas que irán a cada departamento. Al menos, esa es la reflexión que ella misma planteó ayer, al término de la reunión del Consejo de Gobierno. «El presupuesto no va a crecer en un escenario de menos ingresos y con la obligación de cumplir las limitaciones de deuda», afirmó antes de asegurar que todos los consejeros «somos conscientes de esa realidad». Migoya, como ya hizo Rabanal un día antes, confirmó que el Gobierno salvaguardará al «máximo posible» la inversión pública, «conscientes de la importancia que tiene inyectar recursos en la economía asturiana».

UPyD vaticina más recortes

Unión, Progreso y Democracia de Asturias cree que el anuncio de Rabanal de reducir el prepuesto «es una nueva mentira» a la vista de los asturianos. Esta organización teme que el Gobierno asturiano se vea en la obligación de improvisar «medidas de recorte» que, sospecha, «no serán las adecuadas para los intereses de los ciudadanos» y estarán supeditadas a la situación coyuntural.