Tineo - Asturias

Otra cosa no cabía esperar, es cierto, de un gobierno que, ante cualquier desafío contra España y los españoles, por mínimo que éste sea, y sea en el frente que sea, su reacción inmediata es enarbolar la bandera blanca.

Obviando los tratos con terroristas etarras, y centrándonos en el plano internacional, da igual lo que tenga enfrente. Puede ser una minúscula colonia británica llamada Gibraltar, situada en nuestro extremo sur, desde la que se violan constantemente las aguas territoriales españolas (construcción de complejos turísticos ilegales, ampliación de su aeropuerto, etc.). A esos, visita, de parte de Moratinos, en calidad de ministro de Asuntos Exteriores, reconociendo "de facto" estar visitando un territorio extranjero y reunión, de igual a igual, como si España y Gibraltar fueran dos estados soberanos al mismo nivel, con el ministro principal de Gibraltar, dándole el mismo tratamiento que se daría al representante diplomático de otro país. Y eso que, no solo el tratado de Utrecht, sino, también, numerosas resoluciones de la, para el presidente Zapatero, "sacrosanta" ONU piden la descolonización de Gibraltar e invitan a España y el Reino Unido a negociar la resolución del conflicto. Pero es que la cesión parece que ya es por vicio. Si por eso fuera, que parece lo evidente, la impresión que daría la política exterior española a cualquiera que no estuviera muy al tanto de las cosas o al más pintado cretino únicamente informado a través de "Público" o "El Plural" sería un remanso de paz, una balsa de aceite.

el régimen alahui de Marruecos
piratas somalíes del Océano Índico
con Al Qaeda

Siete millones, en total, se especula que habría costado la libertad de ambos, Roque Pascual y Albert Vilalta
Pero lo peor de todo, si cabe, han sido los elogios de Al Qaeda a cómo se ha resuelto el secuestro por parte española, en contraposición a Francia, cuyos servicios secretos no pudieron evitar en julio el asesinato del rehén galo Michel Germaneau.
Publicado por Javier.
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Nemo patriam quia magna est amat, sed quia sua, (Séneca).
(Uno no ama a su Patria por que sea grande, sino porque es suya)

El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, ha asegurado este martes que el conflicto fronterizo de las últimas semanas lo “ha ganado” Marruecos por los “mensajes” que ha emitido el Gobierno central pidiendo silencio y acusando a José María Aznar de “provocación” por visitar Melilla.

En declaraciones a Onda Cero, Imbroda ha afirmado: “Esta batalla la ha ganado el Gobierno de Marruecos porque políticamente se ha dicho lo que nunca se tendría que haber dicho” por parte del Ejecutivo de España.

Imbroda se ha referido en concreto a dos mensajes “muy claros” emitidos desde el Gobierno de Zapatero “a España y Marruecos”, el primero de ellos “que nos calláramos, que fuéramos prudentes y por supuesto, no protestáramos ante lo que estaba ocurriendo en la frontera (…) porque ofendíamos a Marruecos”.

El segundo mensaje al que se ha referido Imbroda es “cuando se ha dicho que es una provocación, que es intolerable y es casi traición que (el ex presidente del Gobierno) José María Aznar venga a Melilla, porque eso provoca a Marruecos”.

El presidente melillense cree que estos mensajes han sido “muy contrarios a los intereses de España” porque han supuesto “bajar un peldaño”. Imbroda ha considerado “intolerable” que el Gobierno haya tachado de “provocación” el viaje de Aznar a Melilla el pasado miércoles 18, ya que con esta teoría “se está engordando la vaca a Marruecos de cara a sus posibles reivindicaciones.

“Exactamente igual que cuando nos dijeron que teníamos que ser prudentes y callarnos”, ha agregado. En cuanto al viaje de ayer a Rabat del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, Imbroda ha considerado que “está bien todo lo que sea cooperar con Marruecos en la lucha antiterrorista y contra la inmigración ilegal”.

No obstante, el acuerdo para organizar comisarías conjuntas es, a juicio de Imbroda, pobre para un viaje ministerial: “Eso no se hace ni a nivel de secretario de Estado”, ha dicho.

Imbroda ha lamentado el “desamparo” que han sufrido los funcionarios y funcionarias de la Policía por parte del Gobierno central y ha afirmado que, sin las agresiones que éstos han sufrido en la frontera, no hubiera salido a la luz pública.

La «calidad excepcional» de la cooperación entre España y Marruecos pregonada el lunes en Rabat por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se traduce en una inusual llegada de subsaharianos a Melilla en las dos últimas semanas.

El aumento ha coincidido con la crisis en la frontera, negada por el Gobierno. Los datos son elocuentes: si hasta hace quince días la media de inmigrantes que alcanzaban la Ciudad Autónoma en patera, lancha neumática o incluso en barquillas de juguete era de siete u ocho personas a la semana, en estos últimos días se están registrando entradas de entre diez y quince personas cada 24 horas, a plena luz del día y con la aquiescencia absoluta de los gendarmes marroquíes.

«Están llegando de noche o a plena luz del día y los policías marroquíes no mueven un dedo, cuando hasta hace nada participaban activamente en el control», señalan fuentes de la Guardia Civil. En una barcaza a remo, descubierta estos días, dos de los inmigrantes llevaban incluso chalecos reflectantes. Eran las seis de la tarde y los policías marroquíes estaban enfrente, mirando para otro lado. De vez en cuando se permiten fotografiar a los agentes españoles.

Todas las pateras están saliendo del mismo punto, una zona conocida como «La Plancha colorada», en territorio alauí, donde para más inri los marroquíes tienen un destacamento militar. No dista ni 100 metros de Melilla. Con estas llegadas, el CETI (centro de extranjeros) está completo y hacía meses que eso no ocurría. Pero como el Reino alauí es un «aliado estratégico, creíble y responsable», según Rubalcaba, no ha trascendido ni una sola noticia. Estos días la Delegación del Gobierno, en contra de lo que es habitual, no informa de la llegada de pateras.

Los inmigrantes subsaharianos no se mueven si la policía del otro lado no se lo permite. Y lo está haciendo: por mar y por tierra. Se han producido varios intentos de asalto a la valla, la famosa sirga tridimensional que rodea Melilla. Al menos dos «sin papeles» lo lograron por la parte del Barrio Chino.

«Estamos esperando la próxima. Esta vez, dada la respuesta del Gobierno, no tardarán varios meses en volver a montarla como hasta ahora», explica un agente español en referencia a las algaradas en la frontera de Beni-Enzar, en teoría suspendidas hasta después del Ramadán.

Muchos policías y guardias civiles que viven en Melilla se sienten vapuleados.

Confiaban en la visita del ministro Rubalcaba a Rabat, pero tanto las palabras como la escenificación vista en la capital de Marruecos han caído como un jarro helado.

«¿Comisarias conjuntas en Algeciras y Tánger?», se preguntan suspicaces. «Donde hay que crearlas es en Ceuta y Melilla, pero a eso no se atreven, si acaso a retirar agentes españoles —los recortes llegaron hace dos meses a las UIP (antidisturbios)—. No han mencionado ni una palabra de la ocupación de tierra de nadie ni de los comunicados de Exteriores de Marruecos acusándonos de racistas y torturadores». No les falta razón en cuanto a los recortes, siquiera cautelares. Interior no ha dicho esta boca es mía, pero dos asociaciones de la Guardia Civil han denunciado que las patrullas conjuntas entre Marruecos y España están suspendidas de momento porque no se puede garantizar la seguridad de los agentes.