Soto de la Barca - Asturias

Acabo de enterarme de la noticia. Me faltan palabras. Creo que algunos, ¡qué algunos!, muchos, muchísimos diría yo, si hoy se puede decir que somos personas de bien, esta señora tiene mucha culpa de ello. Creo que, como yo, también muchos conocimos su zapato y, sin mediar lapso de tiempo alguno, sus besos. Quizás hoy muchos discutieran sus métodos, pero no será este alumno suyo el que se atreva a cuestionar su vida dedicada a la enseñanza. Os juro por lo más sagrado que a mi me sirvió de mucho y no tengo traumas de esos raros que los psicólogos de hoy resaltan sin parar día tras día (dicho esto con todo el respeto). Podría escribir folios enteros pero me quedo con tus innumerables enseñanzas y con tu recuerdo. Gracias y que Dios te tenga en el cielo.

Si, de echo aparecía un reportaje en La Nueva España, en la sección de Oviedo, narrando su historia como educadora, primero en Santianes y luego en Soto de la Barca, creo que fue la última semana de Diciembre, ahora mismo no os lo puedo concretar o primera de Enero como muy tarde.
Que descanse en paz!

A todos nos llega. Que descanse en paz. Como bien dice Anvemi, sus métodos pedagógicos eran de otra época, y sus contenidos también. Pero yo, al menos, también la recuerdo con mucho cariño. De hecho, de vez en cuando me he preguntado si todavía viviría.

Querida señorita, porque para nosotros, los que empezamos contigo en Santianes eras nuestra señorita, no Doña Remedios, eso empezó cuando llegaron a Soto de la Barca los de la térmica. Yo soy ( o era, no se ) de Soto de la Barca de toda la vida, de las del pueblo de antes de U.E., íbamos contigo a la escuela de Santianes, teníamos una gran cuesta para llegar y en invierno hacía mucho frío, recuerdo que los jueves subíamos en burro (los días con mucha suerte), alguno de Santianes había bajado con el burro cargado de frutas, huevos, algún pitu y verduras para el mercado de Tineo, era para nosotros como una fiesta, a la busca y captura del burro para no subir andando.
Allí estabas señorita, enseñándonos a leer y escribir, a sumar y restar, hacíamos caligrafía, estudiábamos el mapa de España; unos dividíamos, otros hacíamos raices cuadradas, otros analizaban oraciones mientras otros cantaban las capitales de Europa. Cada uno de nosotros éramos diferentes para tí, pero especiales todos, nos dabas lo que necesitábamos. ¿ Cómo podías hacer todo esto a la vez?. Nos enseñaste a limpiar la escuela que tenía suelos de madera, también los pupitres eran de madera; no teníamos agua pèro no había problema, íbamos a la fuente y cogíamos cubos. Con agua, arena y estropajo, niños y niñas de todas las edades limpiábamos nuestra parte, ..., nos enseñaste a hacer mantequilla, rosquillas, nos enseñaste a planchar ( los pañuelos de D. Luis y algunas cosillas fáciles), nos enseñaste a coser a las chicas, cosíamos por las tardes y los chicos dibujaban; por aquellos días y haciéndo estas actividades podíamos cantar, eso sí, canciones sin sustancia, como solías decir, la del Trabajo de Rafael y otras muchas más; las de amor no nos dejabas, no se por qué, bueno sí lo se, eran otros tiempos.
¿ Qué fiestas nos organizabas en Navidad?, con las rosquillas, mantequilla y otros manjares, los manteles, trapitos y tapetitos que exponías por toda la escuela, el árbol gigantesco que co ayuda de D. Luís montábamos, los bailes regionales que nos enseñaste..., bailábamos al son del gaitero, al son de la sartén y la llave, hacíamos redacciones, bordábamos tarjetas de papel cebolla, nos llevabas a Tineo a hacer representaciones teatrales, a bailar a Aristébano, sacabas tiempo para todo; nos llevabas de viaje señorita, conocimos el mar porque nos sacaste de excursión a todos, hijos y padres, en autobús por la costa asturiana....
Estos eran tus métodos..., eran las cosas que nos enseñábas, las cosas que vivimos contigo...¿ No son estos los métodos mejores?.
Ahora con mis 52 años yo soy la señorita y créeme, daría algo por transmitir a mis alumnos una pequeñita parte de lo que tú dejaste en mí. Te quiero señorita Doña Remedios, siempre has estado en mi corazón. Hasta siempre. Begoña