Pel.luno - Asturias

Continúa con la descripción del lugar:"en la parte más estrecha y a-greste de aquelhermoso valle, que fertiliza el río Aller,al otro lado de aquel sitio, que, sin duda por lo abrupto de su situación se denomi-na Entre-peñas, en la ladera derecha, allí, oculto por unos cerezos..se ve un humilde lugar llamado Las Cuevas,.....tan visitado desde hacia me- ses por enfermos de lejanos concejos, que acudían en peregrinación a - buscar la salud y la vida en los resíduos orgánicos de un desgraciado -niño que anémico y raquítico se desarrollaba imperfectamente en mísera vivienda de aquel escondido pueblo." La madre se llamaba Felisa, una mujer de 40 años de edad.."viste con descuido y poco aseo,revelando una existencia de privaciones y trabajos, está casada por segunda vez y lac-ta al séptimo de sus hijos llamado Eugenio, que es el saludador. Tiene treinta meses de edad,anémico,rubio..su dentadura es incompleta y desi-gual,su color pálido,..aún no se tiene en pié y sólo pronuncia alguna -palabra muy defectuosamente..y sopla con frecuencia, que es una de sus mejores virtudes...Lo primero que se apresuró a enseñarme la solícita -madre fue la bóveda del paladar y la lengua de su hijo,allí estaban las señales infalibles que le proclamaban como saludador:una rugosidad de la mucosa palatina en forma transversal..simulando una cruz, y unas lí-neas o cortes semicirculares en la lengua que eran las letras misterio- sas que debían revelar todas las virtudes de su porvenir." La madre le contó al autor cómo se dio cuenta antes y una vez nacido de que su hijo iba a ser saludador, y le explicó "yo misma, que desde hacía muchos a-ños estaba abierta, curé con solo aplicar sobre mis espaldas, en las que tenía fuertes y contínuos dolores, un paño empapado en la orina del niño; de los pueblos inmediatos, y aún de concejos lejanos,acuden con frecuencia enfermos con diversas clases de dolencias y todos reciben a-livio; con solo soplar cura el niño heridas y llagas, con su saliva sa-nan las enfermedades de los ojos..y con sus orinas aplicadas en paños desaparecen toda clase de dolores". Le preguntaron a la madre cuánto co braba y dijo:"no cobro nada,señor,algunos agradecidos a sus curaciones dejan una limosna;por lo general son pobres los que aquí vienen y el ni ño gana poco".Finaliza el autor diciendo:"Cuán feliz yo, si con estas páginas consiguiera destruir uno tan solo de tantos errores com pueblan la imaginación de los hijos de mis montañas".