Lazarillos del carnaval ovetense NO HIRIÓ EL SOL, CLARO Y SERENO No hirió el sol, claro y sereno, de la aurora los palacios, cruzando bellos espacios, quebrando sombra y veneno, cuando, el barril, antes lleno, seco hallará quien lo viere, porque mozo de mal ciego de amor por el vino muere. No pudo, en fin la mañana, al despertar, tras los montes, avisar los horizontes con su fuerza soberana, cuando, rendido a la gana, de un sorbo todo bebiere, porque mozo de mal ciego de amor por el vino muere. Y, llegado el mediodía, puesto el barril a la sombra, quien de cristiano se nombra, se refresca con sangría, cuando en la posada fría no halla el licor que quisiere, porque mozo de mal ciego de amor por el vino muere. José Ramón Muñiz TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS |