TURISMOFOBIA Los medios de comunicación hablan cada poco de turismofobia. Cuando alguien protesta contra la algarabía y los destrozos vandálicos del turismo de borrachera se dice que es turismofobia, lo mismo se dice cuando se opina que las playas no deben tener tal aglomeración de personas como si fueran el Metro en horas punta, cuando se manifiesta que la masificación del turismo afecta desfavorablemente a los espacios naturales protegidos, cuando se razona que el desproporcionado incremento del precio de los alquileres en las zonas turísticas hace imposible que quienes tienen allí su trabajo puedan pagar esos precios, o cuando se protesta porque las oleadas de turistas en los cascos históricos de las ciudades no permiten a los vecinos de siempre desarrollar normalmente sus actividades, etc, etc. Todo lo que no sea alabar el turismo como panacea para enderezar la difícil situación económica en la que nos entontramos se tilda de turismofobia. Cuentan que cuando los turistas, esquiadores y otros, empezaron a subir a San Isidro, una mujer de Felechosa que iba al puerto por la carretera con su ganado, como siempre lo había hecho y lo habían hecho sus antepasados, al igual que otros muchos vecinos del pueblo, fue advertida por la Guardia Civil de que no podía seguir haciéndolo porque las vacas entorpecían la circulación de los automóviles de los turistas, a lo que la tal mujer contestó. “pues …, ¿qué será más importante, el “ganao” o el “torismo”?. Ahora ya poca gente vive del ganado, así que la mujer de Felechosa debía estar equivocada, porque con lo del turismo nos están dejando sin sitio para poder vivir nosotros y, como decía un buen amigo mío ya hace bastante tiempo, nos quieren convertir a todos en camareros. |