Morcín - Asturias

Después de que el PSOE, con Pedro Sánchez, quedara como paralizado tras las segundas elecciones, y tras explosivo escándalo de enfrentamiento interno que protagonizaron, sin que hasta la fecha hayan aclarado sin van a colaborar, por activa o por pasiva como suelen decir los políticos profesionales, para que siga gobernando Rajoy, mientras deshojan la margarita se me ocurre reflexionar sobre las previsibles consecuencias de unas nuevas elecciones.
A mi entender el primer resultado apreciable de una nueva consulta electoral será una menor participación y, como viene sucediendo cada vez que hay menos votantes, más favorable a quienes están en el poder, es decir, que el PP saldrá fortalecido.
Respecto al PSOE, creo que seguirá perdiendo apoyos, viéndose en esta ocasión gravemente perjudicado por el lamentable espectáculo que montaron últimamente.
Sobre UNIDOS PODEMOS, lo previsible es que recoja parte de los votos que pierda el PSOE y que incluso pase ser la segunda fuerza en el Parlamento.,
Lo de CIUDADANOS probablemente seguirá menguando a favor del PP.
Partiendo de estas previsiones, de convertirse en realidad, cabe reflexionar a quien favorecen y quienes saldrán perjudicados. Para el PP, probable ganador, no todo van a ser ventajas porque la debilidad del PSOE y la merma de CIUDADANOS le dejará sin los interlocutores que le convienen para llegar a acuerdos y para tener una oposición moderada. Por otra parte, si sale fortalecido UNIDOS PODEMOS es de esperar que le plante cara en el Parlamento y en la calle, obligando al PSOE a posicionarse más a la izquierda si no quiere desaparecer.
Para el PSOE, si siguen mirando a la derecha en vez de buscar una alternativa con fuerzas de izquierda, las nuevas elecciones serán, previsiblemente, un fracaso, esta vez mucho más gordo y, por qué no decirlo, merecido. Cabe la posibilidad, teórica, de que el PSOE reflexione y busque tras las elecciones un acuerdo con quienes desde la izquierda desean acabar con el gobierno del PP, pero esa oportunidad ya la tuvieron tras las primeras elecciones y en vez de seguir ese camino se aliaron con los de CIUDADANOS, que son de derechas, y también la tienen ahora sin que hayan mostrado el mínimo interés en buscar acuerdos para desbancar a Rajoy.
O sea que, aunque los del PP pudieran dar una estocada al PSOE con el nuevo triunfo electoral, quizás tengan en cuenta que vale más tener un aliado con la actual fuerza de CIUDADANOS y una oposición más moderada como la del PSOE, mientras que a este partido le conviene no perder más terreno, hasta incluso dejar de aparecer como la primera fuerza de la oposición.
En consecuencia, lo probable es que por ese tejemaneje de la defensa de intereses partidistas el PP y el PSOE lleguen a algún tipo de acuerdo para que todo quede como está, que Rajoy siga gobernando y que el PSOE no se hunda y tenga tiempo para tratar de recomponer sus filas, y de intentar ganarse la confianza del electorado.