Morcín - Asturias

A Rajoy, a los suyos, y a sus corifeos se les desató un amor desmesurado a Cataluña y a los catalanes, y pregonan machaconamente lo mal que les va a ir si alcanzan la independencia.
¡Ojo!, no nos hablan de los posibles problemas que vamos tener los demás si los catalanes opinan sobre este asunto (lo de la consulta no decide nada, sino que se trata simplemente de conocer lo que se quiere) sino que van más allá y nos cuentan las muchísimas calamidades que caerán sobre Cataluña si se independiza.
La verdad es que yo no alcanzo a ver por qué los gobernantes catalanes no pueden preguntar a sus gobernados lo que opinan sobre la independencia, no entiendo que el amor a los catalanes vaya por el camino de no dejarles decir lo que piensan, y creo que, si eso es cariño, sería mejor no quererles trato.
En relación con el asunto, recuerdo una copla de la gran Concha Piquer, con estribillo que dice:
¡No me quieras tanto
ni llores por mí!
No vale la pena que por mi cariño
te pongas así.
Yo no sé quererte
lo mismo que tú,
ni pasar la vida pendiente y esclava
de esa esclavitú.
¡No te pongas triste, sécate ese llanto!
Hay que estar alegre, mírame y aprende:
¡No me quieras tanto...!