Murió Chus Ayer enterraron a Chus, Chus el de Orosia como decían los que le conocieron desde siempre, y como con acierto figuró en su esquela. Con esto de las vacaciones y de hacer una vida distinta, ayer no leí el periódico por la mañana y cuando lo ojeé, de noche, vi la esquela, pero ya era tarde, Chus ya estaba enterrado. Fue Chus una gran persona y un comunista consecuente, lo había mamado, de muy niño sufrió con su familia las crueles consecuencias del franquismo, y supo ser honrado, amigo de quienes merecían su aprecio y amistad y, como debe ser, crítico con lo que merece crítica. No se mordía la lengua Chus, no andaba con contemplaciones, y no esperaba a ver si otro decía lo que él pensaba para no tener que dar la cara. Al pan pan y al vino vino, sin rodeos, sin tapujos y sin paños calientes, siempre daba su opinión sin preocuparse lo más mínimo de que alguien se pudiera molestar, y era muy sincero y sin pelos en la lengua porque tenía bien claro que quienes abanderan actitudes, comportamientos y posiciones políticas más cómodas y generalmente de compadreo, merecen que se les moleste diciéndoles las verdades a la cara. Cuando conocí a Chus lo confundí con su hermano Raul, a quien había visto muchas veces en el bar Niza de Oviedo hablando con Genaro, el dueño, y estaba Raul siempre de pié. Incluso le vi comer garbanzos en la barra, de pie. Yo no sabía que Raul había muerto, así que el que conocí en la Foz era Chus, tan comunista como Raul, a quien el torturador de Ramos se refería llamándole “el comunista de Morcín”. La muerte de Chus es una gran pérdida y, desgraciadamente, creo que irreparable en el mundo de la política, una persona tan íntegra como Chus el de Orosia difícilmente tiene recambio, y menos en estos tiempos en que parece que cada cual va a lo suyo, y que lo suyo tiene poco que ver con la entrega desinteresada, el sacrificio sin recompensa, y la voluntad de luchar colectivamente por un mundo mejor. Su familia, a la que envío mi pésame, está de luto, pero también lo deben estar todos lo que quieren una sociedad más justa y están dispuestos a poner de su parte lo necesario para conseguirla. |