Llanes - Asturias

Claro de Luna.

A veces, cuando por las noches está la luna llena, pongo la célebre Sonata de Beethoven y, saliendo a mi terraza dejo que mi fantasía vuele mientras transcurre el embriagador primer movimiento.


Con el comienzo del segundo, breve pero profundo, despierto de mi ensoñación y aunque la fantasía siga su vuelo, mi pensamiento -real- se concentra para recrear en mi cerebro la figura bellísima de Eos, La  Aurora, dulce y generosa  extendiéndome sus manos.


El tercero, brusco como terminan siempre todas las sonatas del genio, desencadena en mi espíritu un huracán de sentimientos cabalgando sobre corceles llamados Imposible. Y cuando la deliciosa sonata termina, me quedo exhausto mirando a Selene; pero su disco luminoso aparece borroso en mis ojos por la humedad de unas lágrimas inoportunas.


oooOooo


Claro de Luna comienza lento, majestuoso y sombrío, como el hermoso jardín que yace a mis pies en la oscuridad de la noche. Luego aparece impregnando todo el éter que me rodea, hasta que el completo significado de su mística belleza, me es revelado mientras la luna va apareciendo gradualmente bañando el oscuro jardín en un esplendor plateado.
Luego de una pausa sin respiros, comienza el segundo movimiento, y mi jardín se llena de repente de espíritus danzantes, etéreos y delicados, como deben ser los espíritus, pero moviéndose con un abandono de ritmo que me arrastra  en un remolino de placer casi orgásmico.
Un corte repentino, otro silencio de suspenso, y comienza el tercer movimiento como una ráfaga de viento que azota los árboles y envía a los espíritus a refugiarse a toda prisa; las notas caen apresuradamente, arremolinándose, como suele hacerlo el viento. Las nubes corren deprisa por el cielo, pero incluso ahora por entre los claros se ve la luna cabalgando majestuosamente, inundando el tortuoso jardín con dulces y serenas melodías de luz.

Aquí os la envío , por Daniel  Barenboim (que no es manco) Escucha y sueña..







E.Muñiz