Larna - Asturias

he esperado mucho tiempo para publicar esta, a ver si alguien se la hace llevar a miguel de guerrero. también he de decir que he intentado ser lo más fiel posible a los recuerdos que tengo (era muy niño) y la cantidad de veces que he oído contar esta historia con su consecuente variación año tras año.
espero que le guste a todos, a TODOS, no se me enfade nadie por favor.

Finales de los 70, la familia de Valdés (completada con mi tía Antonia, su novio, Miguel de Guerrero, Marga y Ana de Muirizo) se embarcan en dos coches en un épico viaje al santuario de la Virgen de Covadonga.
En el asiento trasero de aquel Simca 1200 blanco, con matrícula M - 9217 – CC, se aposentan Carlos de Valdés, Marga de Muirizo y Miguel de Guerrero. Los varones hacen alarde de su fuerza bruta y dejan a la dama en el centro sin imaginarse siquiera la que se les avecinaba, pensando que estar al lado de la ventanilla era el lugar más notable después del asiento del "piloto".

Miguel lucía orgulloso unos pantalones de peto que tenían un teléfono serigrafiado en el pecho. Nada mejor que ponerse bien elegante para un viaje como aquél que para algunos de nosotros era por vez primera la puerta a un lugar más allá del pueblo de Moal.
El viaje transcurría tranquilo. Con una cinta de rancheras y otra de música de acordeón como banda sonora iban cayendo los kilómetros a una media de unos cincuenta por hora. Pero aquello parecía interminable y la música de acordeón no ayudaba a disimular el comienzo de mareo que provocaban aquellas curvas demoníacas en los ocupantes del asiento trasero. A Marga se le estaba empezando a revolver en el estómago el medio kilo de pan de hogaza con Natacha con el que se había desayunado; pero era fuerte e iba aguantando los envites de la serpiente interminable en que se había convertido la carretera.
Por desgracia todo tiene su fin, hasta la fuerza de voluntad de alguien con sangre de casa Valdés y de casa Muirizo en sus venas; y Marga aguantó una primera arcada... y una segunda, pero a la tercera, como siempre, fue la vencida.
Giró la cabeza hacia el lado de su primo Carlos y vio la ventanilla subida, la volvió a girar con alarde felino hacia donde se sentaban aquellos pantalones impolutos que apenas llenaba Miguel, pero no le dio tiempo a comprobar si la ventanilla estaba abierta. Su boca se abrió irremediablemente y con una fuerza descomunal le echó la pava a Miguel de Guerrero por encima. El crío no tuvo tiempo a reaccionar, ocupado, como iba, en aguantar la batalla con sus entrañas se limitó a despertar del letargo cuando sintió en sus piernas el calor del vómito que había traspasado la tela de sus pantalones...
No lo podía creer, Miguel quería pensar que todo era una pesadilla y que estaba en su cama soñando con el viaje a Covadonga que iba a hacer a la mañana siguiente. Pero no... verdadera y dura como la vida misma, la realidad lo despertó con una marea de ácido olor a margarina.
Y haciendo alarde de una entereza mayor que la de un adulto, aquel niño de poco más de cinco años, aguantando con la fuerza de un héroe las lágrimas, que ya bajaban, lentas pero imparables, por sus mejillas, dijo la más célebre de las máximas célebres:
- “¡Ay Margaritina...! Manchásteme el pantalón nuevo...”

José de Valdés tuvo que levantar el pie del acelerador y agarrar el volante con toda la fuerza que pudo.

jojooooojojoooooooooooooooo,llevo media hora riendome,jojojojo, pobrecito Miguel,jojojojoooooooo y que Miguel me perdone.

Carlos me ha encantado!!!!!está genial lo has contado maravillosamente para ser un episodio tan poco agraciado...ja,ja,me he reido mucho y se ho haré enviar a mi primo ya!!!besines

la del msj angterior soy yo Belén de Casa Rodríguez que pensé que estaba registrada pero ya veo que no. Besines.

Este es el problema que le aplaudimos se lo cree y lo tenemos escriviendo el solo todo el rato asi nos va al foro

Jajajajaja aun me acuerdo del pantalon de Miguel con el telefono,muy bueno lo recordamos muchas veces y me sigo riendo.
Un saludo

yo he visto una foto de miguel con esos pantalones, no sé si en casa valdés o en la de guerrero pero haberla hayla. a ver si alguien nos hace el favor de encontrarla, esa instantánea vale millones.
saludos a todos los que escriben.