Larna - Asturias

Damos comienzo hoy a un nueva sección en la que queremos dar explicación a frases célebres que han ido surgiendo con los años y que da igual en qué contexto siempre nos hacen reir. La mayoría surgieron durante nuestra adolescencia en correrías por L’Arna pero otras, como la que da hoy inicio a la sección, surgieron en otros lugares.

Madrid, Barrio de Salamanca, medianoche de sábado de principios de los noventa. Tres tristes tigres después de tomar unos cubatas de DYC con cocacola empiezan a quejarse de como la fame les está castigando; al anfitrión, de iniciales EdeX, le sale una cara de sorpresa y esperanza cuando recuerda que en la nevera tiene un imán con el número de Telepizza y dice: “Perai, que tengo yo aiquí un número que llamo y nos traen algo, ya veréis...”
EdeX se acercó a la entrada de la casa donde estaba el teléfono iba marcando los números despacio, hasta que por fin da línea, DdeM y CdeV esperaban con avidez a que algo ocurriese:

- Telepizza, buenas noches...
- Hola, buenas noches, quería una pizza grande cuatros quesos con dos ingredientes extra, peperoni y bien de jamón....
- Disculpe, señor, pero estamos cerrando...

A EdeX se le vino el mundo encima, sin saber muy bien que responder, con la presión de tener sobre sus hombros una tarea tan ardua y con los otros dos sin saber lo que estaba ocurriendo, a su lado como si la pizza la fuesen a mandar por teléfono, suelta un dubitativo al principio pero al final certero:

- Buenos pues... ¡¡Qué te jodan ¿Eh?!! - Y colgó el auricular de manera sonora entre risas.

Aquella noche no hubo más hambre cuando los otros dos conocieron el devenir de la historia lo único que hubo fueron más risas, que llevan durando quince años.
Aquella noche la fame murió afogada.

Discóbolo, Cangas, 4 y media de la mañana de un sábado del año ochenta y muchos. Unos cuantos pipiolos de Larna bajamos con Suso de Regueiro (cuántos viajes tenemos que agradecerle) y quedamos en juntarnos en dicho garito para subir a Larna de vuelta.
El Disco Bolo estaba lleno hasta la bandera, no cabía ni un alfiler. Creo que fue ese día el que Riqui, el Pescardo (un endrogao que andaba por Cangas, no sé si seguirá por ahí) no pudo entrar porque estaba lleno y, cuando se iba a marchar, se volvió en la puerta y dijo, muy digno: "Tomai po'l c*lo, ahí quedáis tous solos".
Pero la frase célebre que yo quería poner aquí no era ésta, sino una de Suso. Cuando llegó a la discoteca, en seguida nos metió prisa pa marchar.
- ¿Qué pasa, Suso, por qué tanta prisa? - preguntamos
Y él contestó:
- Home, aiquí güel a fumo, porru, castaña caliente...
El descojone fue general. Los de Larna de mi generación todavía usamos esa frase de vez en cuando.

David de Marión