Frases Célebres XXXV Dos eran dos, los que se dirigían a pasar el fin de semana en Cantabria en camino por la carretera nacional. Uno de ellos, el folgazán, va conduciendo mientras el otro, el comedor, va rumiando una serie de viandas interminables que se extienden durante decenas de kilómetros. La conversación transcurre amena, el conductor no acaba de hacerse con la potencia de un coche pequeñín que da una velocidad punta que uno no pasa a creer. El copiloto va entretenido con su yantar pero empieza a notar que hay algo raro cuando ve como su vehículo va dejando atrás en la autovía a varios Mercedes, Audis y BMWs. Incrédulo, y tras dar un bocado a su segundo bocadillo, mira al cuentakilómetros del coche mientras el conductor va rebuznando pollinadas que sólo él encuentra graciosas. El copiloto ve como el que va al volante no hace caso de las indicaciones de límite de velocidad, el coche va a unos 150 km/h, y ellos dos también. Sobrecogido por la mella de la crisis y el posible recargo de esas prisas, el indignado copiloto le pregunta al otro: - Neno... ¿Tú no irás algo deprisa? ¡¡Mírate bien y anda atento a la velocidad, me cago en mi manto, que como me la calquen... lo que me faltaba!! |