Gallinal - Asturias

Hoy me levante tempranin a las 8 de la mañana,asomeme a la pequeña ventana que hay en mi alcoba y observe que taba lloviendo a mares,baje por las escaleras y llegue al pequeño saloncito que hay en la planta baja con el fin de encender la chimenea para caldear un poco la casuca,tome unas cuantas piñas y un papel de periodico y prendí ,añadiendo poco a poco y progresivamente algunos leños de roble,en pocos minutos ya habia llama suficiente como para descuidar la lumbre momentaneamente,me dirigi a la cocina ,encendi el fogón y puse a facer una potada de cafetón negro de manga,mientras este se hacia ,pase por el baño para hacer aguas menores y aproveche para rasurarme la barba,no habia acabado cuando senti bajar por las escaleras a mi chica,asomeme al pasillo para darle los buenos días y mientras le dejaba el baño libre,marche otra vez hacia la cocina para comenzar con la preparación del desayuno,garre del armaruco de madera vieja unos huevos caseros y de al lado de la cocina de carbón de una riestra que colgaba un par de rojinos chorizones,puse la sarten sobre el fogón grande con un chorrin de aceite de oliva y tire primero los huevos y despues el chorizón abierto a la mitad que impregnaba de grasona mis manos,el aroma era delicioso,saque lo huevos ya fritos y puse dos en cada plato,el chorizo lo deje que turriara un puquiñin,cuando taba al punto añadi uno a cada plato y puselos sobre la mesa de castaño antigüa,el intenso aroma del café recien hecho tapaba el olor a fritanga,garre la cafetera y un par de tazas y espete sobre las tazas el negro liquido,solo para mí y con un puquiñin de leche para mi chica que ya hacia acto de presencia por la puerta de la cocina,saque del saco del pan media hogaza gallega de la que habia sobrado el día anterior con muy poca corteza y mucho miajón como a mi me gusta, sentamosnos al unisono y comenzamos el ritual del desayuno,saboreando y olfateando los olores y sabores de nuestra tierra a la vez que tertuliabamos matutinamente como cada dia.abrazos para todos

se te ha visto el plumero