A Fonte de Louteiro - Asturias

¿De donde proceden los Textos Bíblicos?


Cuán increíblemente difícil lo ha tenido en la Tierra el mensaje de Dios, lo muestra no sólo el trato de la Iglesia para con todos aquellos que en el transcurso de los últimos dos mil años han proclamado un cristianismo interno en el seguimiento de Jesús: la aversión de lo demasiado humano contra lo divino, la resistencia de la tradición contra la evolución espiritual y la lucha del sacerdocio contra el espíritu profético marcan ya los primeros tiempos de la historia sagrada bíblica.

Los Textos bíblicos no proceden de testigos de los hechos. Son escrituras de aquello que fue trasmitido ante todo sólo oralmente a lo largo de los siglos. Y tampoco éstas proceden de una sola fundición, sino –según la opinión unánime actual de los entendidos- de cuatro fuentes textuales que podían haber surgido entre los siglos octavo y cuarto antes de Cristo y que al final fueron entretejidas juntamente.

Una de estas fuentes se introdujo como “escrito sacerdotal” en el entramado global. Se trata de una fuente a partir de la cual surgieron los inacabables escritos sobre cultos, rituales, sacerdocios y sacrificios. El tercer libro de Moisés (Levítico) se compone exclusivamente de tales reglas, y da la impresión de un libro de leyes. Pero también en los otros libros de Moisés son reconocibles estos manuscritos. Acerca de su formación escribe uno de los especialistas de la Biblia más eminentes de la época actual:

“Es de suponer que tales textos se redactaran a finales de la época del exilio, cuando un nuevo templo no era ya un sueño y los hombres regresaron a la tierra prometida. Los recuerdos de las antiguas reglas del templo y de los rituales debieron haberse conservado vivos entre los antiguos sacerdotes y sus familias durante el exilio. El autor de un nuevo texto para el tiempo después del regreso pudo haber echado mano de este material antiguo. Quizás no deberíamos hacer afirmaciones muy exactas, pero tengo la suposición de que la parte principal de los escritos sacerdotales fueron recopilados en el tiempo entre los años 530 y 500 antes de Cristo. Los que habían regresado de Babilonia eran todavía una minoría amenazada, acostumbrada a vivir en medio de una mayoría pagana. Los escritos de los sacerdotes contienen reglas, rituales y líneas de comportamiento para definir y conservar la identidad de un grupo. Los límites fijados exactos entre lo permitido y lo prohibido corresponden igualmente a las necesidades de un grupo que debía afirmar su identidad frente a otro grupo”.




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