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Carcarosa - Asturias

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España > Asturias > Carcarosa (Mieres)
05-10-11 17:08 #8874673
Por:Jose Manuel Z.L

Cosas que ocurrieron 4º
La tintoreria era un tendejon destartalado, al borde de unos solares en los que la gente tiraba las basuras. El olor de la porqueria, mezclado con el de los tintes, era pestilente, y el colorido general, muy triste: se llevaba el negro, porque en aquellos barrios no habia nadie que no tuviera en la familia alguien por el que llevar luto. El frio que hacia dentro de la tintoreria multiplico los sabañones que ensortijaban las manos de Domingo. Al fondo habia un cuartucho sin ventilacion, con un somier tirado en el suelo que apenas cabia entre las cuatro paredes, un colchon y cuatro mantas viejas y malolientes. Felix y Domingo se acoplaron como mejor pudiereon para pasar la noche.
Al dia siguiente fue a verle a Casin un tipo que se dedicaba a la venta de articulos de perfumeria por las casas.
Puede pensarse que la vida de Casin estaba recorrida por la ambulancia revolucionaria, primero con el fotografo y ahora con este perfumero. Pero no. Era el pais. Todos los depurados se echaron a la calle para ganarse la vida, por la misma razon que todos los maestros y profesores que sufrieron depuraciones montaron sus academias, se pasaron a las contadurias o abrieron sus negocios. En unos años el pais se lleno de comisionistas, aventureros, charlatanes de esquina, inventores, criadores de canarios y de chinchillas, cultivadores del chanpiñon, chatarreros industreiales y cantineros, y cientos de viudas de guerra empezaron a realquilar las habitaciones de sus casas o las ponian enteras como pension.
El nuevo personaje, a quien conocia Casin igualmente del partido, un tipo de unos cuarenta años y con el pelo blanco, trajeado como un verdadero inventor de crecepelo, hacia tres o cuatro semanas le habia hablado de un muchacho a quien habia conocido en una de sus correrias comerciales. El chico se llamaba Mariano Ruiz Anton, habia estado en la carcel y se escondia en casa de su madre, sin atreverse a salir, por si le reconocia alguien. El perfumero le sondeo, le paso algunos periodicos y folletos de Union Nacional, hablo con el y acabo trayendolo a Casin para que le examinara. Casin cambio impresiones con el chico, y prometio enviarle a la sierra encuadrado en la guerrilla del monte, pero, mientras, se lo llevaria a una casa donde estuviese seguro.
Y asi fue. Hacia el 10 de marzo, a la una de la mañana bajo Casin a casa de Mariano, que vivia en Alejandro Moran, una bocacalle de General Ricardos, no muy lejos de Carabanchel. Llego vestido de uniforme, porque a las doce habia terminado el servicio. Le dijo, despidete de tu madre, que nos vamos. Antes se pasaron por casa de Casin. Alli este le entrego un abrigo y una boina, porque adonde iba hacia frio y porque no queria que nadie le reconociera, y a continuacion se marcharon hacia el taller del tintorero, en la otra punta de Madrid, de Sur a Norte. Tomaron un par de tranvias y a las dos estaban frente al tendejon de General Margallo. En aquella parte del barrio la oscuridad era total. Ladro un perro cerca, y otro le respondio a lo lejos. Con el frio y el olor de aquellos basureros se ensordecia algo. De noche era dificil imaginarse el lugar. Estaba helando. Casin se acerco a la puerta y la golpeo con los nudillos suavemente, para no hacer ruido. Felix y Domingo, que estaban despiertos, hacia rato que habian oido los pasos, y estaban listos con las pistolas en la mano. Vitini se las habia devuelto hacia un par de dias; en la de Felix, incluso, repuestas las balas que se habian ido con el conserje. Oyeron nuevos golpes, como si arañaran el cristal. Desde dentro se vieron recortadas las dos siluetas en negro, la del guardia con su gorra y otra a su lado. Eso fue lo que les alarmo. No esperaban que pudiera ser Casin. Aquella luz sucia se desbordaba en el suelo, como si hubieran roto una cantara de leche. No respondieron. Casin volvio a golpear la puerta, algo mas fuerte, y con voz queda les llamo por su nombre. Abrieron. No quisieron encender la luz por no llamar la atencion. Casin les informo: de aquella visita noctuena ya estaba al corriente el tintorero, y al despedirse se metio la mano en la cartera y le entrego al nuevo diecisiete pesetas, para que tuviese algo.
Felix y Domingo hicieron un hueco en el somier al recien llegado. A la pestilencia las pituitarias se habituan, pero alli no se podia dormir de frio. Las sospechas de que habia piojos en las mantas estaban fundadas. Y los muchachos empezaron a hablar. El recien llegado estaba excitado y locuaz, porque hacia semanas que no hablaba con nadie y se descosio en detalles.
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06-10-11 17:33 #8882051 -> 8874673
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Les conto que aunque en 1933 ya habia pasado tres meses en la Prision Provincial de Madrid, cuando lo detuvieron llevando una bandera roja, en una manifestacion de apoyo a la URSS, no se afilio al PCE hasta 1935.
Cuando estallo la guerra trabajaba en una fabrica de cemento que habia enfrente de su casa, lo dejo todo y se alisto como voluntario en el batallon de milicias Primero de Mayo. Luego le pasaron a la 33 Brigada Mixta, y en ella llego a capitan. Cuando termino la guerra lo detuvieron en el puerto de Alicante, esperando el barco que les prometieron y que nunca llego. Paso por varios campos de concentracion, y cuando salio en libertad, se fue a vivir a Barcelona. Alli lo detuvieron. Fue una cosa muy rara, porque en Barcelona no lo conocia nadie, pero le denunciaron y lo detuvieron en diciembre de 1942. Le llevaron a juicio y sobreseyeron su causa, pero en ese tiempo habia pasado cinco meses mas en la carcel. Cuando salio, siguio viviendo en Barcelona hasta septiembre de 1944, pero en Barcelona le costaba adaptarse y decidio venir a Madrid. Sin embargo, en Madrid se desperto en el lo que en tantos se despertaba un dia: el miedo. No salia a la calle y cuando lo hacia, creia que todo el mundo le miraba. Asi que empezo a hacer vida de topo. Primero estuvo viviendo en casa de una hermana suya, pero no encontraba trabajo, y se mudo a casa de otro hermano, donde se oculto cuatro meses, ya sin salir, neurotico, recelando de todo. Tenia miedo de que volvieran a denunciarle. Y despues se mudo a casa de su madre. A ella no le dijo adonde iban, pero ella preferia cualquier cosa a que se volviese loco por no salir de casa. Ahora, les comunico a Felix y a Domingo, esperaba que su suerte cambiara, porque Casin le habia prometido llevarlo a la sierra, con la guerrilla del monte.
Esa noche hablando y con el frio apenas pegaron ojo. A la mañana siguiente, mas temprano de lo habitual, aparecio Magdaleno. Le presentaron al nuevo, y comprendio que no podia tener a aquellos tres chicos durmiendo alli, porque si ya para dos no habia espacio, para tres, mucho menos. Y llamarian la atencion.
Salio a continuacion, advirtiendoles de que no abrieran a nadie, y se fue a ver a uno de los hombres que tenia encuadrado en su toika, el chofer que se llamaba Fernando.
Este era un buen hombre. Habia perdido a su mujer en la guerra. Fue de los pocos que al terminarla regreso a casa sin pasar por campos ni carceles. Habia conocido al tintorero hacia el mes de febrero, este le hablo de la Union Nacional, le dio unos cuantos periodicos y panfletos, y le propuso entrar a formar parte de un grupo.
Esa mañana del 11 de marzo el tintorero le pregunto si podia tener escondido en su casa unos dias a un muchacho, y Fernando respondio que si.
Dos o tres dias despues Vitini llamo a Felix y le planteo colocar un petardo en el diario Informaciones, pero Felix puso algunos reparos. Se estaba empezamdo a cansar de Domingo. Seguramente fue entonces cuando Vitini le pregunto si Domingo era <<chungo>>, y Felix se lo confirmo.
Vitini quito importancia al asunto, y lo de Informaciones se lo adjudico a Dalmacio, a quien le parecio de perlas, porque le habian sobrado unos cuantos cartuchos del atentado de la delegacion de Prensa y Propaganda, asi que le toco a Vitini citarse otro dia con el dinamitero triste de la boina para que le facilitara algunos cartuchos mas, y el mismo dia 13 Dalmacio y Pantaleon pusieron el petardo. En esta ocasion no les acompaño el Paleto. Este debia de serlo menos de lo que su nombre puede dar a entender, porque sospechandose la hecatombe, habia huido de Madrid. Dalmacio y Pantaleon, despues de marcar durante cinco dias el periodico, pusieron el explosivo una noche, y se largaron sin esperar ni siquiera a que estallase. La cosa no fue grave, pero al dia siguiente el periodico no salio a la calle, y al otro tampoco dieron explicaciones de porque no habian salido.
Mientras tanto, Carmona seguia reuniendose con Luis y Tomas. Ya les habia trasmitido las felicitaciones que le dio para ellos Vitini, dos o tres dias despues del asalto. Pero no les conto nada de las mil pesetas que le habian dado para repartir con ellos, al contrario les dijo que el jefe le habia pedido que fuesen pensando ya en un atraco con el que allegar fondos.
Carmona se puso a estudiar la cuestion y decidio que podrian asaltar el almacen de maderas Piera. Vitini se lo consulto a Victor, y este, no se sabe porque, dijo que no se asaltara aquel almacen. Entonces a Carmona se le ocurrio que podian asaltar el de la calle General Ricardos, tambien de maderas, en el que trabajaba su suegro.
Aunque Carmona era viudo desde hacia seis años, se llevaba bien con su suegro y le veia de vez en cuando. Era un hombre mayor, con un nombre insigne, Pablo Iglesias, y como el, cajista e impresor. Con habilidad, Carmona le fue sacando algunos datos precisos relativos al dinero que podian guardar en la caja y el dia en que aquello estaba mas tranquilo, y de ese modo llego a la conclusion de que el sabado por la tarde no solo era el dia mas adecuado, por tranquilo, sino en el que mas dinero habia, por juntarse los pagos de toda la semana.
Carmona calculo que podria sacar entre quince mil o veinte mil pesetas. Vitini lo consulto con Victor, y este dio el visto bueno, pero cuando Carmona expuso el asunto a Luis y a Tomas se encontro con una negativa que no esperaba.
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07-10-11 17:24 #8888508 -> 8882051
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Estos oyeron el plan, pero lo recibieron con desconfianza y ninguno de los dos quiso sumarse a el, Luis porque la idea de convertirse en un atracador no le seducia, y Tomas, porque como iba a casarse en breve, ya no queria comprometerse con nada.
Carmona encajo como pudo la negativa, y dio por terminada la reunion, aunque en un momento en que se quedo a solas con Tomas le dijo, de manera muy enigmatica, que ya sabia, y, si no lo sabia, podia figurarselo, lo que le pasaba al que se quedaba atras, asi con estas mismas palabreas.
Tomas era quien peor lo llevaba de todos. Despues del asalto trato de apartarse de sus amigos, pero tampoco olvidaba aquella amenaza, que se agravo cuando a los dos dias vino a buscarle su novia llorando. Habia recibido en su casa un anonimo. Se lo mostro. Iba dirigido a ella, Angelina Martin, y el sobre, que llevaba un matasellos del 16 de marzo, estaba remitido por un tal Luis Salamanca, de la calle Olid, 16, todo falso. En un papelito ruin, tamaño recordatorio, podia leerse escrito a maquina: <<No nos hemos olvidado que eres una fascista y como todos te llegara la hora de pagar todo lo que has hecho, y aunque tienes por novio a un cor.udo que es de los nuestros, ya le arrearemos tambien si se pone tonto, hasta que llegue ese dia te vigilamos. X>>
Tomas no tuvo mas remedio que contarselo todo. La angustia, a partir de ese dia, no fue menor, sino completa, porque la compartia con la muchacha.
Cuando Carmona vio a Vitini le dijo, mintiendole como un intrigante, que no habia podido localizar a sus hombres, a lo cual Vitini le dijo que no era problema, porque el aportaria otros guerrilleros, y de alli a dos dias le presento a Dalmacio. Carmona reconocio en el al que le habia llevado la pistola a Tomas en las barcas-columpio. Dalmacio confirmo que le acompañaria otro guerrillero, y Carmona se comprometio a traerle un arma, porque ese nuevo no tenia.
Quedaron citados los tres para el sabado 24 de marzo. A este ultimo Carmona era la primera vez que lo veia. Le entrego la FN de Luis y se dirigieron al almacen de maderas.
En esos años General Ricardos era una calle que se adentraba en el campo como un espigon en el mar, sin ninguna casa cerca, sin un alma viviente por los alrededores, sin coches, sin tranvias, solo, dispersos, algunos viejos almacenes y desolados corrales para guardar no se sabia que. Llegaron alli, Carmona se puso antes un pañuelo por la cara, como habia visto en el cine que hacian los del oeste. Era la prueba de que, a diferencia del asalto a la subdelegacion, no buscaban matar a nadie, y quiso proteger su identidad. A continuacion entro en la oficina Carmona, encañono metiendo la mano por la ventanilla al empleado que llevaba las cuentas, y Dalmacio y Pantaleon se apoderaron del dinero. Luego amordazaron a aquel contable, y huyeron de alli, campo a traves, hasta el rio. Se metieron bajo el puente de la Princesa y contaron el dinero. El escenario era como el que sale en las novelas de La lucha por la vida, tendederos de ropa, golfos, mendigos, mujeres de la vida. Ese dia dos viejos, habituales de la zona, cocian en botes unas achicorias que llenaban aquellos liricos parajes de efluvios pestilentes. Fueron los mismos viejos que vieron caminar deprisa a los tres hombres, como declararon tres horas despues a la policia, cuando esta les pregunto si habian notado algo extraño. El botin fue siete mil cuatrocientas pesetas. Se repartieron ochocientas cada uno, y las otras cinco mil se las llevo Dalmacio para entregarselas a Vitini. Despues, se separaron.
Al dia siguiente Vitini quedo con Dalmacio. Este le dio cuenta del atraco. No habian sido las quince mil o veinte mil pesetas que decia Carmona. Vitini comprendio entonces porque a aquel campanero le apodaban el Fantasma. Pero tampoco habia estado mal, le contento Dalmacio: cinco mil cien pesetas. Las saco de su cartera y se las entrego. Justifico las cien que faltaban diciendo que se las gastaron los tres en merendar y celebrarlo. Fue una maniobra maestra de picaro, como si con esas cien distrajera a Vitini de las otras dos mil cuatrocientas. Vitini tomo el dinero, y de esta cantidad le entrego dos mil para que las repartiera con Pantaleon. Y a continuacion marcho a la cita con Carmona. Este le conto lo del asalto y le confirmo lo de las cinco mil cien pesetas del botin y lo de la merienda, todo. Vitini le entrego a el mil y le devolvio la FN, que acababa de pasarle Dalmacio. Las otras dos mil se las quedo el, que con otras mil doscientas que recibio de Victor le servian para pagar la mensualidad de abril a Dalmacio y se reservo ochocientas para manutencion, alojamiento y gastos generales, de general; las restantes mil doscientas estaban destinadas para Felix y Domingo.
Despues de ese dia Carmona aun volvio a citarse con Dalmacio alguna vez, como cuando este vino en vez de Vitini a una cita en Felipe II y le paso propaganda alusiva a la republica que habia que repartir antes del 14 de abril. Pero con quien seguia viendose era con Vitini.
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08-10-11 17:47 #8894132 -> 8888508
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
En cambio este habia dejado de citarse con Merche, y empezaba a hacerlo con Zoroa, en quien la muchacha, por orden de Victor delego la mayor parte de los asuntos. Para todos los efectos, Merche dejaba de ser responsable de los Servicios de Informacion y procuraria ponerse a resguardo cuanto antes, Pero aun tuvo tiempo de comentar con Victor un asunto que le preocupaba. Acababa de leer en uno de los pocos ejemplares que circularon de Mundo Obrero de ese mes de marzo una noticia muy extraña, referente a una muy buena ami
ga suya. ¿Que era eso de acusar a Magda Azzati y a su marido de provocadores?. Ella les conocia, podia dar fe de que eran igualmente buenos comunistas.
Estaba furiosa. A Victor esas escenas no le impresionaban y le atajo sacamente diciendo que tambien el conocia a la Azzati y a su marido, y era buen amigo de ellos, pero cuando una noticia como esa salia en Mundo Obrero era por algo, y entre ella y el periodico del partido cualquier militante responsable no debia de tener la menor duda a la hora de elegir. Y no solo no acabo la cosa ahi, sino que le paso la dieccion donde sabia que paraban, en la calle Fernan Gonzalez, 72, y le ordeno que se hiciese una informacion sobre sus movimientos para conocer la verdadera finalidad de su venida y estancia en la capital.
Merche se quedo atonita y aunque no lo dijo, en su fuero interno se nego a vigilar a una amiga como la Azzati. Quiza lo hiciese Isabel la guapa, que el propio Victor le presento por aquellos dias y que le pidio a Merche que buscase una persona de confianza para utilizarla de buzon.
Zoroa, mientras tanto, empezo a pasarle a Vitini la informacion que Merche habia preparado para atentar contra el mantequero del mercado de Maravillas, un tipejo mezclado en asuntos de estraperlo. Incluso un dia le siguieron los tres, Vitini, Carmona y Dalmacio, hasta Ciudad Lineal, donde vivia. Pero las relaciones entre Zoroa y Vitini no eran buenas, ni lo eran con el hermano de esta, el otro Zoroa, el enviado de Carrillo, Agustin, que en esos meses iba y venia de Francia con comoda frecuencia, y con el que las discusiones politicas se sucedian de continuo: estaba en juego el control del partido en el interior. Carrillo ya habia purgado a Monzon y las discusiones de Zoroe con Vitini preparaban el camino a lo que a este y a Monzon les deparaba el futuro, cuando el futuro se llamo Carrillo: exaltacion a los altares de Zoroa y precipitacion de Vitini en los infiernos. Uno era el heroe ( lo detuvieron, no obstante, solo tres meses despues que a Vitini, y con el cayo todo el aparato del partido en el interior; es decir, una caida mucho mas grave que la de Vitini y los suyos), y otro, el villano, solo porque uno fue el enviado de Carrillo.
No obstante, y de momento, la guerrilla estaba en marche. Paco Zoroa tambien le entrgo a Vitini el papelito donde venian los detalles de la vida de Victor de la Serna, y Vitini se lo entrego a Dalmacio, para que procediera a ejecutarlo cuando le viniera bien. Era bastante minucioso: <<Vive en la calle Goya, 65, donde acude a acostarse desde las diez y media en adelante. Comer no lo hace ningun dia en casa, muchos ni cenar, pues suele hacerlo muchos dias con sus amistades que tiene de periodistas, literatos y artistas, retirandose a su domicilio tarde. Donde mejor se le puede localizar es en la calle San Roque numero, 7, pues aqui esta la mayoria de las horas del dia: el vermut suele hacerlo la mayoria de los dias de una a una y media en el Bar Palentina en la calle del Pez con dos o tres amigos. Algun domingo a ultima hora de la tarde va con su familia a tomar cafe al Bar Principe de la calle del General Mola nº 16. Este individuo utiliza un coche que tiene a su servicio marca Fiat matricula M 67.224 de cuatro plazas. Es conveniente tener cuidado y no llamar la atencion de el, porque es persona habil y esta sobre aviso, con alguna vigilancia que tiene debido a lo que paso( el petardo) en Informaciones>>.
En cambio Felix y Domingo, que seguian en el taller del tintorero, no sabian muy bien en que gastar el tiempo. Felix salia temprano y se pasaba el dia dando vueltas por Madrid, montado en los tranvias, en el metro, sus citas con Vitini, el cine, el sastre, el almuerzo, la barberia. La del revolucionario profesional, con la cartera llena, no era una mala vida. Domingo, un espiritu abulico, se quedaba sin embargo por alli, sin hacer nada, ganduleando todo el dia. A veces venia a verle el muchacho que les habia traido Casin, Mariano,y salian los dos a darse una vuelta por los desmontes, a tomar el sol y estirar las piernas, y luego a beber unos vinos en una cantina proxima. Dos almas de cantaro. Tambien para Domingo era una buena vida, pero a los pocos dias se presento Casin. Venia con una no disimulada irritacion ante lo que creia una desfachatez. De manera no muy amable, y sin sospechar que con ello estaba dando el primer paso que les llevaria a todos al paredon, le ordeno a Domingo que mientrs no hiciera otra cosa, tenia que volver a trabajar y ayudar a Anselmo en la imprenta, y Domingo, por lo mismo que era un abulico, era bien mandado, y a partir del dia siguiente volvio a versele por Mataderos. No habia nacido, quiza, para guerrillero, pero si para un modesto y servicial militante.
Se acostumbro incluso a la nueva vida, y tampoco le parecio mala, del trabajo a la tintoreria y de la tintoreria al trabajo, con algunas citas como la que tenia esa tarde con Felix en la misma sastreria de la calle Meson de Paredes, donde le estaban haciendo el traje a su amigo, y domde el queria que le hicieran otro. Pero no acudio ni tampoco fue a dormir esa noche del 20 de marzo a casa del tintrero.
Por la mañana, Felix lleno de inquietud, se acerco a la peluqueria de Hilario Casin.
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09-10-11 17:26 #8898644 -> 8894132
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
La vida de Hilario Casin era tambien para contarla,sobre todo por el, como cuando me la conto, en la primavera de 1999, en su pisito de Carabanchel.
Era el menor de los veinticuatro hermanos, y Juan, que era el mayor, se lo habia traido del pueblo como habia hecho antes con otros, porque el jornal de su padre, el carromatero, no daba para mucho. En Madrid lo puso con otro hermano para que le enseñara el oficio de barbero. La guerra le sorprendio en zona nacional, y en ella, encuadrado en la Primera Brigada Mixta de Flechas Azules, estuvo un año pasandole la navaja por la cara a un general italiano, que le cobro cierta ley. Cuando llevaba un año con los fasciatas, Hilario, harto ya, se las ingenio para pasarse, y llego a Madrid sin muchas dificultades. Al funal de la guerra les metieron a los dos en la carcel, al guardia, en Porlier, y a el, en Torrijos. Alli en capilla, se paso un año, pero logro salir y rehacer como todos, poco a poco, su vida. El trabajo en la calle Latoneros era bueno, gustandole a uno cortar el pelo y rapar barbas.
Felix pregunto al aprendiz donde estaba Hilario Casin y el chaval dijo que no sabia, que iba a preguntarselo al otro oficial, que habia salido a hacer un recado alli mismo.
Plaza creia que Hilario pertenecia tambien al PCE, aunque no habian hablado nunca de ello. En cambio a mi, en 1999, seguia negandomelo. Lo nego todo. No conocio a nadie, no sabia nada, no trato a ninguno de los amigos de su hermano( pero Plaza sabia donde vivia). Temia Hilario Casin que quiza las cosas volvieran de nuevo a aquellos años, y era mejor ser discreto. Era simpatizante, desde luego, de esas ideas, y hablaba mucho con su hermano de la Union Nacional. Pero tambien creia Hilario que exponerse como se exponia Juan a ser detenido, cuando las divisiones del Leclerc y de Petton iban a cruzar los Pirineos de un momento a otro y a restablecer aqui la democracia, era una temeridad absurda. Y asi se lo habia estado diciendo el pequeño al meyor muchas veces. Sin ir mas lejos, el dia anterior.
Llegaron el aprendiz y el oficial juntos, y este le dijo que no sabia que habria podido suceder, porque le extrañaba que Hilario, que era muy formal, no hubiera venido esa mañana a trabajar.
Felix no recelo nada malo, y se persono en casa de Hilario Casin, que conocia de otras veces, cerca del puente de Segovia.
Alli se encontro con una hija de Juan Casin. Tenia unos dieciocho o diecinueve años, Estaba muy nerviosa. Le informo de que el dia anterior la policia habia llegado a casa, habia detenido a su madre, luego se habian ido a por su padre, que estaba de servicio, y les habian llevado a los dos a Gobernacion, y le dijo tambien que habian descubierto la imprenta. Cuando ella llego, vio de lejos a la policia, recelo y corrio en busca de su tio Hilario. Este y su tia acababan de dejar la casa del guardia y habian vuelto a la suya porque su tia tenia que dar de mamar a su hijo. Pero cuando la muchacha pregunto alli, le dijeron que Hilario y la tia, despues de amamantar al niño, habian marchado al cine.
Era lo unico que se podia hacer en España, ver cine. Lo unico que le hacia olvidarse a todo el mundo durante dos horas de su propia vida, de la escasez, del frio, de los recuerdos, de la tristeza. El cine, cualquier cine que no fuese español, salvó a España en esos años, de eso no hay duda. La muchacha encontro a sus tios en la cola del Goya, en el paseo de Extremadura. Echaban El forastero, de Gary Cooper. La muchacha conto a sus tios lo sucedido. Hilario, preocupado, se despidio alli mismo de su mujer, y, no sin antes advertir a la muchacha que no se le ocurriera volver a casa de sus padres ni asomar a la de el, desaparecio para una fuga que duraria meses, durmiendo aqui y alla, a salto de mata. Y esa misma noche, despues de que la mujer de Hilario recogiese a sus sobrinas pequeñas, que pasaron la tarde el la DGS, se presento la policia en su casa preguntando por el peluquero, y al no encontrarlo, furiosos, se llevaron a su suegro, un hombre viejo y enfermo, al que acababan de devolver hacia unas horas, cuando la paliza salvaje que le propinaron les convencio de que en verdad no sabia donde podia haberse escondido su yerno Hilario.
Felix Plaza escucho todas estas noticias anonadado. Y supuso que a Domingo hubieran podido detenerle tambien .
En un minuto habia cambiado todo en su vida. De momento descarto aparecer por casa del tintorero. A esas horas estaria ya vigilada. Asi que fue a ver a una hermana suya, que vivia en la Cava de San Miguel. Felix habia ido a comer por alli algunas veces, y su hermana le fue facilitando alojamiento por algunas noches en diversas casas, en las que desde luego no podian sospechar ni por asomo que habia sido uno de los del asalto a la subdelegacion. Pero tampoco le preguntaron nada, porque eso de andar escondiendose en Madrid era algo muy corriente.
Dos o tres dias mas tarde Vitini se encontro a Felix verdaderamente desesperado. Este le conto que creia que habian detenido a Domingo, y suponia, y suponia bien, que le estarian buscando a el. Ni siquiera tenia una buena documentacion ni dinero. Vitini exploto de ira.¿Como que no tenia dinero? ¿Que habia hecho con todo el que les habia dado? Felix Plaza reconocio avergonzado que se habia ido, no sabia en que, y empezo la numeracion por el traje, unos zapatos dos camisas que habia encargado a una camisera, alguna mujer...Vitini le atajo, y le despidio secamente alli mismo, aunque le garantizo que le proporcionaria una documentacion y algo de dinero.
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10-10-11 16:35 #8903964 -> 8898644
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Felix se impacientaba cada vez mas. No podia esperar tanto, y busco de nuevo a Vitini al dia siguiente: exigia que se le encontrase una salida. Vitini acudio a la cita con Dalmacio, que le estaba ayudando esos dias como lugarteniente. Felix lo conocia ya de haberselo presentado Hilario Perez. Vitni le dijo que a partir de ese momento Dalmacio iba a ser su contacto y, en efecto, al dia siguiente le entrego a Felix una documentacion a nombre de Rafael Jimenez, doscientas pesetas y un anuncio del periodico, en el que se ofrecian habitaciones para alquilar, en la calle General Pardiñas.
A los dos dias Felix se encontro con Manzanares, su viejo amigo de la 46 Division Mixta. Tampoco le llegaba la camisa al cuerpo. Despues de la caida de Casin y el descubrimiento de la imprenta tenia miedo a ser detenido en cualquier momento, y le confirmo que se habia desatado una verdadera caceria. Las caidas se contaban por docenas. Estaba cayendo todo el mundo, asi que antes de despedirse le sugirio a Felix que rompiera todo contacto con la organizacion de guerrilleros. La sugerencia se convirtio horas despues en una orden de Vitini. Para cualquier cosa le buscarian en la pension de General Pardiñas.
Estaban llegando al final, pero nadie queria darse cuenta. Incluso el propio Vitini, al tiempo que preparaba la retirada a los cuarteles de invierno, encargaba a Hilario Perez la formacion de otro grupo guerrillero, y de una manera distraida saco unos billetes y se los tendio. Hilario Perez al principio no entendia que significaba aquello. Vitini le ofrecia dinero, como se lo habia estado ofreciendo a Dalmacio, a Felix y a Carmona, es decir, como se lo ofrecia a todos los jefes de grupo. Hilario se indigno, porque el hacia todo aquello por unos ideales, no era un mercenario. Entre los dos hombres se cruzaron miradas de incomprension y un abismo ante el cual ambos sintieron vertigo, pero ninguno se atrevio a abrir una discusion en ese momento. Vitini se guardo el dinero y siguio con su conversacion como si no hubiera sucedido nada, prometiendole para su nuevo grupo tres hombres mas, dos de unos treinta años y otro de unos cincuenta, que ni siquiera tuvieron tiempo de entrar en accion, como tampoco el grupo numero 6, capitaneado por un chofer gordo, con gafas, que se llamaba Joaquin Alvarez Mena, a todos los cuales les armo Vitini. Los ultimos dias que les quedaban de libertad los dedicaron a preparar alguna panfletada y la pegada de pasquines para conmemorar el aniversario de la Republica.
Mientras, Dalmacio, que seguia viviendo en casa de Isabel Alvarado, utilizo a esta para algunos camelleos de propaganda, que cuando tuvo en casa, guardo debajo de la cama, asi como detras de un cuadro de la Virgen camuflo malamente el papelito con la informacion dobre Victor de la Serna, quien salvo su vida porque tres dias despues los hombres que iban a acabar con ella serian detenidos.
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11-10-11 17:57 #8910341 -> 8903964
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
La policia llevaba mucho tiempo buscando los nidos de los que salia la propaganda, con la esperanza de que en alguno de ellos encontraran minervas y multicopistas, y estas les subieran a distintos comites.
El comisario que redacta la <<informacion especial>> debia de estar adcrito a este servicio y no al que llevaba el comisario Marcos, encargado del asalto a la subdelegacion, porque en todo momento trata de poner el acento en que lo importante no eran los hechos, sino la literatura que los originaba, amparaba y propagaba. Lo decia bien claro: <<Hay en el servicio, cuestiones que quiza atraigan menos la atencion -al simple comentario-, que la referente al doble asesinato; mas en el orden policial, significan mucho, tanto, que mientras unas descubren nuevas perspectivas para la investigacion otras señalan un triunfo rotundo en ella, con valor inapreciable a efectos de la lucha anticomunista. Concretamente nos referimos al descubrimiento de las dos imprentas clandestinas>>.
Pero lo cierto, de todos modos, es que cuando la policia puso a media Direccion General de Seguridad en el caso de la subdelegacion es porque le interesaba cuanto antes presentar a los culpables a la opinion publica, conmocionada por la muerte de los dos falangistas tanto como por los estertores de Alemania en la guerra, tranquilizarla y hacerle ver que la via de agua que se habia abierto en la misma linea de flotacion del buque franquista habia sido inmediata y satisfactoriamente cerrada, con lo que este podria seguir su apacible y despreocupado crucero hacia el futuro.
No era facil de todos modos dar con los responsables de aquel asalto. ¿Por donde empezar? Madrid era una ciudad con un millon de habitantes, de los cuales seguramente tantos como los que acudieron al entierro vieron en aquellas dos muertes un rayo de luz que les sacara de los calabozos reales o morales a los que el regimen los habia arrojado.
El redactor de la <<Informacion Especial>> insistia, sin enbargo, y siempre con su estilo impecablemente tacitiano, en su idea de que todo estaba perfectamente calculado:<<El conocimiento -despues de las infiltraciones "guerrilleras"-, de que en tales grupos se habian constituido, con vistas a la accion violenta, dos ramas, integradas por los "Guerrilleros de Ciudad" y los "Guerrilleros del Monte", delimitando las funciones y demarcaciones especificas de cada nucleo, daba lugar a sospechar la existencia de una red informativa de alguna extension, ya que logicamente habia que pensar, al ser encuadrados los militantes comunistas de toda clase y procedencia, que habia gente en misiones "supervisoras", capaces de marcar la pauta y accion a que ajustaran sus violencias>>.
Hoy sabemos, porque queda constancia de ello en un breve informe que se conserva en loe archivos del PCE, que la detencion de los responsables del asalto, que llevaria a la desarticulacion de la Agrupacion Guerrillera de Madrid, se debio a la casualidad, justamente porque no habia una mente maquiavelica detras disponiendo las cosas, y si un puñado de personas a las que costaba pasar inadvertidas, bien porque contravinian sus propias normas de seguridad, bien porque no hay clandestinidad que se resista en un Estado policial, bien porque no eran individuos particulares y aislados los que tenian que despistar a la policia, sino una organizacion entera de cientos de militantes, que en uno u otro momento cometian un error. Segun ese informe del PCE, alguien da cuenta al partido en Francia, como solia ser habitual cuando se producia un hecho relevante, de la razon por la cual fue detenido Casin y, con el, desarticulado el aparato de propaganda de la delegacion del Comite Central en el interior. Una muchacha encargada del reparto de propaganda cometio la imprudencia de hablar con otra de sus tareas clandestinas, y hacerlo desde el telefono de su trabajo. Pudo ocurrir y no ocurrir, pero el destino quiso que el patron de la chica escuchase algo que le puso sobre aviso. La psicosis de estar infiltrados por los aberrantes agentes de la Komintern estaba tan arraigada en la sociedad franquista madrileña que este hombre dio parte de inmediato a la policia, la cual, a su vez, procedio a la detencion, primero, de una y luego de la otra.
Las declaraciones de estas muchachas,<< convenientemente interrogadas>>, llevaron a la detencion de un tal Tomas Ramirez Carretero, secretario de Agitacion y Propaganda del Sector Norte, de la barriada de los Cuatro Caminos y Tetuan, quien, <<convenientemente interrogado>>, les condujo hasta Vicente Peragon Herranz, como responsable del Secretariado de Organizacion, quien a su vez y <<convenientemente interrogado>>, les llevo hasta Narciso Diaz Gallego, quien custodiaba en una pequeña habitacion de su domicilio, en la calle de Fernan Gonzalez, una manzana mas alla de donde vivia Dalmacio, un chibalete con tipos de imprenta, una maquina de pruebas y dos formas para dejar compuestas las paginas.
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12-10-11 17:40 #8915452 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
El dia en que la policia llamo a la puerta de esta casa sorprendio a Jose Lopez Garcia y a Ernesto Lopez Baigorri en plena labor componedora. Estos dos trabajaban como cajistas en unos talleres tipograficos de la calle Peñuelas. En sus horas libres componian las formas en Fernan Gonzalez, y por la noche, en un taxi, se las llevaban a la imprenta de la calle Peñuelas, de la que se habian procurado llave. A continuacion se colaban en los talleres y hacian los tirajes. No era un trabajo de cantidades, sino de calidad, carnes falsos de ex combatientes, impresos oficiales de la Prision Provincial de Madrid para burlar los estrictos reglamentos de visitas, documentaciones y salvoconductos igualmente falsos. Era el suyo a medias un trabajo de impresores y de falsificadores.
Dueante unos dias la actividad policial no cejo y la detencion de todas estas personas condujo a la Brigada Politico-Social hasta Fernando Villa Landa, quien, dependiendo del Comite Regional, habia estado tirando a multicopista, junto con Santiago Cuesta Delgado, secretario de Agit-Prop de ese comite, abundante propaganda que le iban pasando a Isabel Sanz Toledano, responsable del llamado <<Aparato Femenino de Reparto>>. Estas detenciones llevaron a otras, y en muchas de ellas empezo a aparecer mencionado <<un guardia municipal>>, del que se ignoraba la identidad, pero que llevo a la policia a indagar entre los policias de ese cuerpo y a vigilar discretamente los pasos de algunos sospechosos o desafectos, como se les llamaba. A los pocos dias llegaron a Marcelino Tamayo Cea, enlace <<de un conglomerado>> que formaba un <<grupo de intelectuales>> y la Junta Provincial de Union Nacional. <<Nuevas ramificaciones, esta vez bajo la capa de Union Nacional, quedaron a merced de la policia, que pudo lograr la captura de Luis y Carlos Conejo Gonzalez, "controladores" de los cotizantes del indicado conglomerado, asi como de un <<negociado>> de Propaganda, con su multicopista de rigor, donde se producian manifiestos y hojas de la Union.
En muy poco tiempo los sotanos de la Direccion General de Seguridad de la Puerta del Sol quedaron abarrotados. Calabozos de un metro y medio de ancho por unos dos de largo, sin otra ventilacion que la que se colaba por un mechinal de un palmo por dos de largo, habilitados para un solo detenido, se abarrotaron con ocho o diez cada uno. Ni siquiera era facil sentarse y por la noche se acoplaban en el suelo, obligandose a cambiar de postura todos al mismo tiempo, en movimientos sincronizados. Es cierto que en un rincon habia un fetido jergon, manchado de sangre y pus, pero se le reservaba a aquel de todos a quien las palizas habian quebrantado mas.
Estos dias ni siquiera daban los señores policia abasto a propinarlas, por lo que se vieron en la necesidad de contratar a un boxeador profesional, Heliodoro Ruiz, que les hacia ese trabajo. La iniciativa tampoco era nueva, porque en 1936 tambien se les ocurrio a algunos contratar a un boxeador en una checa.
Los puñetazos de Heliodoro Ruiz dejaron sordo de un oido a Carlos Conejo durante unos meses. Pero no fue el peor librado. A algunos, ensangrentados, con la mandibula rota y diezmada de dientes, tenian que traerlos entre dos guardias, porque no podian sostenerse en pie.
Las declaraciones de unos y otros, asi como las indagaciones policiales, acabaron llevando a un tronco comun e inequivoco: Juan Casin , <<pinaculo supremo que redondea ya el conjunto de lo actuado>>,como lo describe nuestro <<informador especial>>.
La sorpresa policial se mezclo en un principuio con la incredulidad. No era posible que una autoridad publica, despues de las depuraciones tan severas que habian tenido lugar, estuviese colaborando con el comunismo. Estaban tan convencidos del caracter monoliticamente franquista del Ejercito, de los Cuerpos de Seguridad del Estado y de todos aquellos institutos armados, como la Guardia Civil o la Guardia Municipal, que cuando se dirigieron a la casa de Casin ni siquiera podian sospechar con lo que se encontrarian alli.
Llego la brigada al completo en varios coches de la policia, flanqueados por dos camiones militares, que rodearon con sigilo la casa de la calle Cervantes. Eran las tres de la tarde. Los guardias nacionales, con el mosqueton, se desplegaron por los alrededores, prestos a disparar sobre el que intentara salir huyendo de alli. Los dos comisarios y los siete agentes se acercaron pistola en mano a la puerta. Habian determinado efectuar la detencion a plena luz del dia, y no durante la noche, como solia ser frecuente en Madrid, porque de noche en aquellos desmontes se exponian a que alguien pudiera salir corriendo por la corraliza trasera y fugarse al amparo de las sombras.
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13-10-11 17:29 #8921024 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Frente a la casa habia un patinillo de tierra pisada, achabolado,con restos inservibles de un somier, latas de conservas, con unos geranios helados dentro, y algunos trastos de temaño repertoriado y procedencia dudosa. Un poco mas alla se levantaba la nave-chamizo, triste contrapeso de las barcas-voladoras en esta historia. Rufina, la mujer de Casin, abrio la puerta. En la casa de encontraban sus hijas pequeñas, de nueve y ocho años. Faltaba el mayor, de veinte, que servia en el ejercito, y la que le seguia, de diecinueve, que cantaba bien y queria ser artista, ausente por hallarse en una clase de musica.
Preguntaron a Rufina por su marido, y ella les djo que en ese momento estaba de servicio.
A la media hora habian descubierto ya la boca del pozo que les condujo a la imprenta, toda la documentacion que se habia robado en la delegacion de Falange de Alenza y, en una caja de zapatos, una pistola y municion abundante de diferentes calibres.
El despliegue policial habia llamado la atencion de algunos vecinos, que se acercaron a ver lo que ocurria, pero los guardias los mantuvieron alejados. Confundida entre los curiosos aparecio la hija mayor, que en unos segundos se hizo una cabal idea de lo que estaba ocurriendo en su casa, y sin llamar la atencion, se corrio hacia el puente de Segovia con el proposito de enterar a su tio Hilario de lo que sucedia.
Ya sabe el lector la conversacion que tuvieron.
La importancia del hallazgo de una imprenta como aquella, la montaña de propaganda ya impresa y a la espera de ser distribuida, asi como el camuflaje perfecto que ocultaba todo debio de excitar a la policia lo indecible, y desde alli mismo enviaron a unos agentes a detener al guardia Casin a Sol, donde se encontraba de servicio. Desde los primeros momentos supieron que habian dado con un miembro de la Secretaria Politico-Militar de lo que la Komintern llamaba el apparat, es decir, a alguien muy prosimo a la delegacion del Comite Central del PCE, aunque seguramente no con un puesto dentro de la organizacion tan relevante como la euforia y la vanidad les hizo creer.
Mandaron venir de inmediato tambien a los encargados del laboratorio fotografico de la brigada, que dieron cumplida cuenta de la habitacion donde vivian los Casin, del brocal, de la angosta atarjea que conducia a la habitacion subterranea, de la minerva y de los chibaletes, y en prevision de que pudieran aparecer mas miembros del aparato de propaganda, cubrieron el pozo, y lo dejaron como estaba.
Acto seguido se llevaron a la DGS a la mujer y a sus dos hijas pequeñas, y se monto un dispositivo de policias secretas que vigilaba la casa. Solo era cuestion de esperar.
Cuando llegaron su mujer y sus hijas, Casin llevaba ya un rato esperando en las dependencias de la Direccion.
Esa misma tarde empezaron los interrogatorios. Casin se nego a contestar una sola de las preguntas, asi que le llovieron golpes de todas partes, en no menor numero que los que el amanuense policial infligio a la gramatica. <<A pesar de las exhortaciones y ruegos de que depusiere aquello que pudiere conocer acerca de lo hallado en su domicilio, asi como de su participacion en las actividades clandestinas del Partido Comunista>>, Casin no despegaba los labios. Era un tipo muy duro, no hay mas que verlo en las fotos, serio, seco, de raza numantina. No hubiera sido necesareo que lo confirmara su hermano. Los policias siguieron con las exhotaciones que dirigieron en la segunda tanda de forma mas meditada a la boca del estomago y a los genitales, encontrando siempre una negativa que fue acompañada de << una subita agresion a uno de los agentes que presenciaban el interrogatorio, al mismo tiempo que, dando muestras de una gran excitacion, trataba de huir del local donde este se verificaba, por lo que fue preciso reducirle a la obediencia, y como mantuviere su actitud de no declarar nada sobre el particular, el señor Comisario-Instructor dispuso se diere por terminado el interrogatorio, de momento>>.
Nunca, en la historia de la literatura policial se hallara un <<de momento>> de tan funestas y sombrias expectativas, ni que sugiera tanto desamparo.
A los policias la actitud de Casin ni siquiera les inquieto. Sabian muy bien, por experiencia, que alguien podia resistirse a los metodos persuasivos que se usaban en la casa, pero que ese lo pagaba con creces. Iba lo uno por lo otro. En ese caso concurrian de todos modos unas circunstancias que lo hacian especial: no tenian mucho tiempo: las autoridades politicas y los mandos policiales les estaban apremiando desde el mismo dia en que se produjo el asalto a la subdelegacion.
Mandaron subir de los calabozos a la mujer, que dejo a las niñas con uno de los guardias.
Tenia la misma edad que su marido, cuarenta y ocho años, y aunque ya habia sufrido lo suyo con su marido, estaba muy asustada. Unicamente le preocupaba la suerte que correrian las pequeñas, y, por supuesto, la mayor, a la que no habia visto despues de la clse de musica. Estaba convencida de que la habian detenido. Era muy bonita. Temia lo que pudieran hacer con ella, porque a menudo, cuando andaba de por medio el comunismo, una chica guapa y los señores policias, solia pasar de todo.
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15-10-11 17:58 #8932362 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
A uno de los policias mas jovenes, impaciente por hacer meritos, no le importo acercarse a aquella mujer y propinarle un bofeton antes de preguntarle nada, como si le administrara un laxante para la memoria. La mujer se hubiiera caido de la silla a un lado de no haber estado alli oportunamente otro señor policia, que la levanto en vilo de otro bofeton. Empezo a llorar. Pero las cosas que pudo decirles Rufina no fueron muchas: que en el pasado noviembre su marido y un albañil prepararon la habitacion sibterranea. ¿Que albañil? No le conocia. Solo les podia decir que era joven y que vestia como un pobre, con un abrigo marron, viejo, todo remendado. Pero eso no era decir nada, porque toda esa gentuza vastia pobremente, con abrigos marrones y ropas llenas de parches y remiendos. Cuando terminaron las obras, prosiguio, su marido le dijo que iban a traer alli algunas cosas para escoderlas. Ella comprendio que se trataba de algo que no estaba bien y le <<opuso reparos>>. Opuso reparos esta subrayado en la declaracion con lapiz rojo acaso por el abogado que tuvo que defenderla. Los reparos llevaron a marido y mjer a una violenta discusion en las que estaban presentes las tres hijas, disputa que Juan Casin atajo con <<una fenomenal paliza, accion esta que era muy frecuente en el citado individuo, pues ya desde hacia mucho tiempo venia haciendo objeto de malos tratos de obra a su esposa>>.
Aqui si que no va uno a indagar si mintio Rufina, y porque razon lo hizo, o si mintio la policia o si no mintieron ni la una ni los otros.
Como conscuencia de la tunda, y siempre segun la version de Rufina hecha a la policia, la mujer cayo enferma, y por eso, por estar en la cama, no pudo ver como ni cuando introdujeron la imprenta en la habitacion nueva. Confeso igualmente que una vieja amistad de su marido, llamada Petra, les trajo a dos muchachos que habian venido de Francia.
A los policias no les daba tiempo a anotarlo todo. Pedian nombres, direcciones, descripciones personales.
Fue despues de su venida cuando quedo instalada la imprente. Uno de aquellos dos chicos solia ausentarse diciendo que iba a buscar trabajo; el otro se quedaba en casa y bajaba a menudo a la habitacion subterranea, aunque no sabia que era lo que se traian entre manos.
Mientras estubieron em casa de ella no le dieron dinero por la manutencion, y tampoco sabia si se lo dieron a su marido. En cualquier caso, este no se lo dijo. Los chicos solian trabajar en la espelunca desde las diez de la noche hasta la madrugada o bien desde las cuatro a las nueve de la tarde.
Era todo lo que sabia.
Mandaron de nuevo a buscar a Casin. Hacia dos o tres horas que se habia hecho de noche, pero mo lo noto. Era lo primero que ocurria en cuanto se franqueaba el umbral de aquella DGS: siempre era de noche. Venia esposado, para evitar que se repitiera la agresion anterior. Un agente se acerco y le puso en los tobillos otras esposas. Le dijeron, tu mujer lo ha cantado todo. Le dijeron tambien que sabian lo de los guerrilleros que habian venido de Francia. Y el policia que habia arrimado el primer bofeton a Rufuna le dijo que sabian incluso que habia pegado a su mujer, porque esta se lo acababa de confesar, y que se creeria muy hombre pegando a las mujeres, frase que a todos ellos les excito mucho mas, porque arrecio aquella inmisericorde pedrea de puñetazos sobre el guardia.
Se lo llevaron de nuevo al calabozo despues de una sesion de tortura que duro dos horas, en la que le esposaron a un radiador, como un perro, para poderle patear mas comodamente, cuando se camsaron de golpearle con los puños. Pero no les dijo una sola palabra.
Como a todos los detenidos que pasaban por aquellos mismos momentos, al princpio los golpes les dolian mucho, pero luego la mente se quedaba en blanco y no sabia muy bien lo que estaba pasando. Solo que se sucedian las preguntas, los golpes y los silencios, sin que pudiera establecer el ritmo y el orden de tales secuencias.
La perdicion de todos vendria unas horas despues, esa misma noche. La vigilancia de la guardia dejada en Mataderos, frente a la casa de Casin, y detras de la corraliza, iba a dar su fruto.
El <<informador especial>> recurrira en esta ocasion al universo venatorio. <<Descubierta la imprenta, la espera que en ella se monto procuro "caza" en Domingo Martinez, detenido cuando llegaba a la casa, sin duda para proseguir sus actividades de tiraje de propaganda>>.
Prueba de que Domingo Martinez Malmierca no era un mal chico es que cuando Casin se enfado con el y le dijo que mientras no se le encomedara otra cosa debia subir a su casa y ayudar al Americano en la imprenta, Domingo lo cumplio a raja tabla, sin faltar un dia, con la seriedad que caracteriza al gremio de dependientes de comercio, al que el habia pertenecido antes de la guerra. Aunque no se explica uno muy bien en que podia ayudarle al Americano, no siendo cajista ni minervista. Quizas limpiara los rodillos o barriera el cuarto o hiciera paquetes. Y su probidad les arruino a todos.
Cayeron sobre el media docena de hombres. Llevaba encima su Star del nueve corto, con su correspondiente cargador y municion y bala en la recamara. Les dijo que se llamaba Leonardo Aguado, y para probarlo les mostro el documento de la empresa Telefunken que guardaba en la cartera.
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16-10-11 17:29 #8936794 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Domingo nunca penso que a su detencion se habia llegado por una linea equivocada, la del aparato de propaganda, linea de la que lo desconocia todo. Imagino desde el primer momento, alarmado, que le habian detenido no tanto como <<propagandista>>, sino como <<guerrillero>>, y a las primeras de cambio, sus contradicciones en las declaraciones le desmoralizaron de tal modo que canto todo lo que sabia y mas.
Les dijo quien era el, como y con quienes se habia pasado de Francia, como llegaron a España y como acabaron en casa de Casin, como este les presento a un tipo que conocian de la guerra, llamado Manzanares, y otro que les encuadro en los Guerrilleros de Ciudad, como ayudaban en la imprenta a Anselmo, y como para no poner en peligro el aparato de propaganda tuvieron que buscarse cobijo en casa de su hermano Ramon, y como les encomendaron a el y a Felix, asi como a otros tres, el asalto a la subdelegacion , y como...
En ese punto de su declaracion Domingo quiso hacer constar que el propiamente no participo en ella, porque se quedo en el jardinillo, vigilando, y que cuando oyo los disparos salio corriendo horrorizado, porque no pensaba que habian ido alli a eso, pues aunque llevaba pistola esta no era mas que para intimidar en caso de que llegara alguien...Y alli mismo acuso a Plaza de haber sido quien habia disparado. No habia estado delante cuando ocurrio, pero, en cambio, lo sabia.
La policia habia conseguido su primera victoria en las diligencias que realizab: no solo la inculpacion de un hombre, sino su derrumbe moral; al fin contaban con un colaborador, y ya se sabe que la mejor cuña es de la misma madera.
Y les conto que despues de eso buscaron un lugar seguro donde huardarse unos dias, y que Casin les llevo a la casa de un tintorero que vivia en tal calle y que alli les habian presentado a otro muchacho que estaba de paso para la guerrilla del monte.
No fue necesareo pegarle mas.
Se lo llevaron a los calabozos. Les mantenian incomunicados, pero no solos, porque no habia celdas para todos. Le metieron con unos a los que no conocia de nada. Eran tambien comunistas. Pero nadie se aventuraba a las confidencias, porque una de las practicas habituales de la policia era mezclarles alli con sus soplones.
Subieron ota vez a Casin. Le pusieron frente a los hechos consumados y ante la catarata de delaciones conocio dos sentimientos en absoluto contradictorios: se vino abajo y hubiera querido matar al chivato.
Empezaron de nuevo las palizas. A las preguntas de los policias, cada vez mas concretas, Casin se limitaba a guardar silencio. Sus torturadores se tomaban el trabajo de una manera cientifica y cuando estaban cansados llamaban al pugil Heliodoro. Las sesiones de interrogatorios eran maratonianas. Habian detenido a muchas gentes, pero ignoraban todavia quienes tenian que ver con los asesinatos y quienes no. Las descricciones que los detenidos hacian de sus contactos y de sus camaradas, de los que con frecuencia solo conocian un nombre de guerra, eran tan vagas como opuestas y arbitrarias. Ya lo hemos dicho, el que para uno era rubio, para otro era castaño, cuando en realidad tenia el pelo negro.
Con Casin lo unico que podian hacer, para intentar minarle, era subirle a las sesiones de tortura cada dos horas. Una paliza de una hora, y un receso de dos, suficiente para la maceracion de la conciencia. Entre unos y otros lo desdicharon por completo. Por otra parte, se considero con suerte. En su misma celda hanbia un hombre destruido fisica y moralmente. Tenia unos sesenta años. Los policias le obligaban a pegarse con su yerno, tambien detenido. Al principio ninguno de los dos queria, pero les tentaron con un argumento diabolico: si se pegaban entre ellos, siempre lo harian un poco mas suave, y de ese modo, en una sesion el yerno torturaba a su suegro, y en otra el suegro al yerno. El viejo, le conto a Casin, preferia que el yerno le diese a el, que el tener que pegar al muchacho, aunque no podia sufrir como lloraba el chico mientras el le pegaba.
En una de las comparecencias, le trajeron a Domingo para que reconociera al guardia municipal, cosa que hizo. Casin, pese a estar esposado, se lanzo a el y le llamo cobarde.
Fue un gran golpe de efecto, pero Casin esta vez no se vino abajo. Tras la cantada de Domingo, se dieron cuenta de que no avanzarian nada hasta llegar a Plaza. Pero este sospechabaya que habian detenido a sus amigos, y habia ido a refugiarse a una pension. Se daba una tregua. La policia solo podia buscar en la casa del tintorero.
Detuvieron al tintorero, a su amigo Fernando y al muchacho que queria irse a la guerrilla del monte.
Dionisio Magdaleno, obsequioso y solicito, quiso contarles lo que sabia, porque, pese a todo, no encontraba un delito demasiado grave cobijar a unos pobres chicos, pero sus deseos de colaborar con la justicia no le libraron de la primera paliza, tras de la cual le bajaron de nuevo sin interrogarle, y lo mismo hicieron con Fernando y con Mariano. Luego, por orden, volvieron a subirlos de uno en uno, pero Magdaleno, al menos, no mostro ya la menor intencion de confiarse a quienes siguieron torturandole, hasta que se convencieron de que no le podrian decir ya mucho mas.
Cuando le dejaron, Magdaleno conto su version, Fernado la suya y Mariano Anton la suya, sin que hubiera entre las tres grandes contradicciones, lo que, unido a su insignificancia politica dentro del partido, les trajo una relativa tranquilidad en el tiempo en que permanecieron en aquellos sotanos.
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17-10-11 17:01 #8950593 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Asi que ya tenian un monton de declaraciones encima de la mesa, pero solo en la de uno aparecia el unico asunto por el que sus jefes les hacian prolongar los interrogatorios hasta las cuatro de la mañana, sostenidos en pie por los cafes que les iban trayendo de un cafe de la calle Carretas. Necesitaban otro golpe de suerte, porque Casin, a quien le mostraban los nuevos detenidos para que le identificaran y el los identificara a su vez,seguia sin decir nada. En ese momento se limitaba solo a dejarse llevar en los interrogatorios y pasarlos lo mejor que podia.
Una de las tecnicas mas elementales de la policia ha sido siempre armar por su cuenta un puzzle que es presentado a continuacion, como unica verdad, al detenido. Por lo general, despues de unas prolongadas sesiones de tortura, todo el mundo esta dispuesto a aceptar como verdadera cualquiera de las versiones de la realidad, aunque sea disparatada o falsa, con tal de acabar el suplicio. Eso explica, por ejemplo, que las descricciones fisicas que aparecen en todas y cada una de las declaraciones sobre algunas personas sean sorprendentemente identicas, fruto mas de la impaciencia del policia que quiere dar por concluido ese interrogatorio que de la cosecha del detenido.
Ha de tener uno mucha suerte para identificar y apresar con señas tan vagas a alguien, y la policia la tuvo y mucho, dandole a esta historia de pronto un inusitado giro literario.
Cuando Domingo les conto que Felix y el, apenas llegados a Madrid, habian estado haciendose unas fotografias para la documentacion falsa, les hablo de un fotografo manco.
La policia, en cuanto supo que habia de por medio un operador callejero manco, hizo comparecer a todos aquellos fotografos que tenia registrados con autorizacion para trabajar por la zona de Fuencarral, y tras estudiar todos los cliches que se revelaron por las fechas en que Domingo dijo que habian hecho los suyos, aparecieron al fin las fotografias de Plaza y Domingo, las de este con boina.
La policia distribuyo sus policias secretas por los lugares que Felix solia frecuentar, y solo tuvieron que esperar. Cuando lo localizaron, le siguieron por si podia conducirles a otras gentes, y asi fue como acabaron deteniendole en la pendion de General Pardiñas.
Tuvo que ocurrir esta detencion entre el 20 de marzo y el 10 de abril, es decir, entre la detencion de Casin y la de Carmona.
La pension de General Pardiñas a la que le habia llevado Dalmacio unos dias antes estaba <<limpia>>, es decir, suy dueña no tenia relacion ninguna con el partido,pero como la policia no lo sabia se la llevo a la DGS, y tambien, a todo el que se le cruzo en ese camino, contribuyendo con ello al ya de por si grave problema de aglomeracion de detenidos.
La documentacion que le ocuparon a Felix, una cedula personal, un salvoconducto, un oficio militar de <<su>> coronel certificando buena conducta y un certificado de la Casa <<L. Gonzalo Ceballos>> de Valencia, firmada por el ingeniero jefe de la misma, estaba toda a nombre de Rafael Gimenez Rivas, pero los inspectores, sabedores ya de su verdadera identidad, debieron de reirse de medio lado,con significacion, Felix ni siquiera podia sospechar que lo sabian. No duro mucho tiempo Plaza en el bastion Gimenez Rivas: hasta que le descubrieron un carnet con su foto y a nombre de Mariano Gimenez Barrena que le acreditaba como vendedor de la obra Laureados de España, libro, por cierto, escrito en parte por alguien a quien le fascinaban tanto los apocrifos y las mascaras, que jamas volveria a acordarse de que en ese aparecia su propio nombre, sin careta:; Alvaro Cunqueiro.
La policia desplego ante Felix Plaza lo que era verdad y lo que era mentira, presentandosela igualmente como verdad: que Casin, Rufina, Domingo, Magdaleno y Mariano lo habian confesado ya todo, y para demostrarselo le pusieron ante los ojos la evidencia de hechos, direcciones e identidades.
Plaza quiza se viniera abajo desde el primer momento. En los periodicos, en esa epoca tan serviles, al dar cuenta de estas detenciones quince dias mas tarde, cuando ya todos habian sido juzgados y condenados, aparecio esta frase:<<La tecnica de los interrogatorios, que se sucedian dia y noche tenazmente con inmediata comprobacion o refutacion de indicios y coartadas, y la inteligente y entusiasta labior de aportacion de datos procedentes de diversas investigaciones y vigilancias.
La jactancia de la policia no estaba justificada, como creyo, en la debilidad de unos hombres, sino en las <<habiles tecnicas de interrogatorio>> de otros.
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18-10-11 17:20 #8957257 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Sabemos que, cuando sospecho que hubieran podido detener a su compañero Domingo, Felix Plaza estaba <<desesperado>> por el rumbo que tomaban las cosas. Quiza aguanto y, como Casin, empezo nagandolo todo. Lo que si sabemos es que en su declaracion, una de las mas largas del proceso, aparecieron por primera vez los nombres de las personas que estaban ya por encima de el, como Hilario, Chamorro, Vitini y Merche, asi como todos los de su mismo rango, responsables de grupos guerrilleros, y guerrilleros: Carmona el Fantasma y los dos hombres de este, Vicente e Hilario Casin, el hermano de Casin, y este y cuantos ya habian sido delatados por quienes le habian precedido.
Fue el momento en que subieron a Casin de nuevo. Felix quedo espantado. No le reconocio. Su aspecto despues de llevar mas de diez dias en la DGS, causaba pavor. Demacrado, sin afeitar, con las costillas hundidas, quebrantado de huesos y de moral, lleno todo el cuerpo de llagas y las rodillas en carne viva e infectadas de haberlo tenido durante veinticuatro horas en vejatoria postracion, esposado en un radiador, con dos heridas profundas en las muñecas y otras dos en los tobillos causadas por las esposas, y quemaduras en los testiculos y los brazos llenos de botones negros, testimonio de todos los cigarrillos que se apagaron alli.
Cualquiera de los nueve policias que llevaban el caso y los interrogatorios pudo ser el que le preguntara hasta cuando pensaba persistir en su <<obstinacion>>.
Quiza se hubieran convencido ya de dos cosas: Casin no tenia nada que ver con el asalto a la subdelegacion y quiza no era tan importante en el PCE como hubieran deseado en un principio. Era el responsable de una imprenta y acaso formaba parte de un comite regional, eso era todo. Pero no podian soportar que un solo hombre se les resistiera. Tampoco les importaba que se les quedara en un interrogatorio. Era algo tan habitual que no le llamaba a nadie la atencion.
Casin volvio a negarlo todo, aunque en las horas que pasara solo en la celda pensara una y otra vez de que servia su heroismo, cuando todos los demas estaban hablando. Quiza le mantenia la esperanza de salvarse a si mismo, mientras pudiese seguir negando.
Las declaraciones de Plaza llevaron a la detencion de Carmona. Se produjo esta el 10 de abril, en plena calle, a ultima hora de la tarde, cuando acudia a una cita con su novia, en la calle Toledo. Esta vio como se le llevaban tres policias en un coche. Aunque no supiera de que se trataba, porque no estaba al tanto de las actividades clandestinas de su novio, debio de hacerse una idea rapida y somera de estas, porque corrio sin perdida de tiempo a la cuesta de las Descargas, donde Pepe, como ya se ha dicho, vivia con sus padres en unas habitaciones realquiladas.
Les relato lo que habia sucedido y las dos mujeres, madre y novia, registraron el cuarto donde dormia Carmona, por si encontraban algo que pudiera comprometerle. Y lo encontraron, unas pistolas y propaganda. Hicieroon con todo dos paquetes, uno con las armas y otro con la propaganda, los metieron en un bolso y sobre la marcha no se les ocurrio otra cosa mejor que llevarlos a casa de un hermano de Carmona, Francisco, que vivia con su mujer. Al volver las dos mujeres a casa avisaron a Luis del Alamo, que sabian amigo de Carmona. Le contaron de nuevo lo sucedido. Lo primero que hizo este fue preguntar por las pistolas. La madre y la novia de su amigo le explicaron que acababan de llevarlas a casa de Francisco. Y alli se fue Luis. Llego cuando le estaban contando a Francisco Carmona lo sucedido. El suegro de este se negaba a tener alli por mas tiempo aquellos dos paquetes. Asi que salieron Luis y Francisco y marcharon a casa del suegro de Carmona, Pablo Iglesias. No estaba, pero Luis hablo con su hija Maria, cuñada de Jose. Le explico como estaban las cosas y le pregunto si podian dejar un paquete esa noche. La muchacha dijo que se lo trajeran, si con ello se ayudaba a Carmona. Volvieron a por ellos a la casa donde vivia Francisco. En el portal se encontraron a una cuñada de Francisco. Josefa. Era una mujer joven, viuda, que se dedicaba a vender telas y trapos por la calle, y que subia en ese momento a visitar a su madre. Luis le pregunto si sabia donde vivian los suegros de Jose. Les dijo que si, y le pidieron que llevara aquellos dos paquetes sin explicarle de que se trataba, cosa que la mujer hizo.
Todo este laberinto de idas y venidas debio de transcurrir en un lapso de tiempo muy corto, porque los policias que detuvieron a Carmona ni siquiera pudieron estar presentes en la comparecencia del detenido ante el comisario de la brigada y corrieron a la cuesta de las Descargas para hacer el consabido registro.
Cuando llegaron la madre y la novia de Carmona, la policia llevaba una hora esperando y ya habia tenido tiempo de interrogar a la dueña de la casa, quien les habia puesto en antecedentes, o sea, como hacia una hora habia llegado la novia y como habian salido ella y la madre de Carmona muy apuradas. La presencia de la policia en la casa, cuando llegaron de vuelta la madre y la novia, descompuso sobre todo a esta, <<dando muestras de un gran nerviosismo>>. Cristina, la novia, al principio nego todo, pero basto que le apretaran un poco las clavijas, alli mismo, en un rincon, y la muchacha se vino abajo y cuando alcanzo a comprende que habia llego al famoso momento de <<salvese quien pueda>>, lo confeso todo.
La policia reconstruyo el itinerario a la inversa, hasta llegar, en casa de Pablo Iglesias, a una fresquera para guardar verduras, donde estaban escondidas la Parabellum de Carmona y la FN de Luis.
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19-10-11 19:24 #8964142 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Tomaron las pistolas y por el mismo camino, de vuelta, fueron recogiendo a los implicados, para llevarselos a la Direccion:Francisco Carmona, Cristina Alvarez Mazagatos, Josefa Garcia y Maria Pablos, a quienes interrogaron con igual habilidad que a todos los que entraban en aquella casa, de cuyo dintel hubiera podido colgarse el famoso letrero que vio Dante en el Infierno: << Quienes entrais aqui, dejad toda esperanza>>.
El interrogatoeio fue especialmente cruel para Jose Carmona Valdeolivas. Desde el primer momento la policia le adjudico el papel mas abyecto de todos. Quiza fue por su aspecto, aquellos ojos saltones, la frente abombada y la nariz en punta y levantada como la de Stan Laurel, y luego esas orejas, <<algo grandes>>, hundidas en la cavidad del craneo. Y su aspecto enclenque. Les parecio verdaderamente comico. Plaza y Domingo, al menos, eran soldados que se habian jugado la vida, pero ¿el? Lo presentaron en la declaracion que le hicieron firmar como un delicuente comun, que habia unfringido la ley desde muy joven, sin escruùlos, un ser disoluto que abandonaba la casa de sus padres y a quien sus fechorias habian llevado a la carcel en varias ocasiones, un inadaptado social avido de sangre y capaz de engañar a sus propios compañeros, quedandose el dinero de los atracos.
Su declaracion confirmo la de los anteriores, insistio en que todas las ordenes provenian de arriba, de un tal Vitini y de Merche, y menciono por primera vez a uno llamado Nando, que estuvo con Vicente y con el en el atraco al almacen de madera. Aunque no podia dar muchos datos de ellos, porque apenas les conocia. Si, en cambio, les llevo hasta Luis del Alamo y Tomas Jimenez, a quienes detuvieron al dia siguiente.
Al primero lo dejaron en paz pronto. Quiza comprendieran que no era alguien ni especialmente inteligente ni especialmente relevante. Debio de darles pena, cuando trato de ponerse a salvo, declarando que el no habia intervenido en nada de lo del asalto, por haberse quedado en la puerta. Ni les convencio su declaracion ni les conmovio. Los policias estaban ya demasiado acostumbrados a ese fenomeno de las exculpaciones extremas como para dejarse impresionar por el. En cuanto los detenidos entraban en aquel lugar, la mayoria trataba de ponerse a salvo. Como los naufragos, cada cual intenta desesperadamente subirse a la barca que le llevara a tierra firme, sin mirar si para ello habia puesto el pie en la cabeza de un compañero o arrojado a otro por la borda para ocupar su lugar.
Domingo acuso a Felix y se exculpo, diciendo que no sabia nada de aquel asalto en el que se produjeron unas muertes, de las que ni siquiera fue testigo directo; Felix reconicio haber matado al conserge, pero dijo que lo hizo obedeciendo ordenes de un oficial superior, con rango de teniente coronel, como Vitini; Carmona hizo lo mismo; Luis, como Domingo, trato de hacerse fuerte en el hecho de que no habia visto nada ni sabia nada; en cuanto a Tomas...
El suyo es quiza el caso mas desdichado de todos. Primero: nadie le dijo que iban a asaltar esa subdelegacion hsata media hora antes, o eso aseguro en todo momento en los careos. Segundo: nadie le adelanto que le iban a dar una pistola(falso de toda falsedad). Tercero: Nunca le hablaron de que se mataria a los ocupantes. Cuarto: tampoco estuvo presente en el momento en el que Felix y Plaza mataban a aquellos dos hombres, porque dispararon en el pasillo, mientras el seguia en la secretaria, y no podia ni siquiera sospechar que iba a ocurrir algo asi. Quinto: cuando comprendio espantado lo que habia sucedido, con aquella manifestacion multitudinaria, quiso dejarlo todo y volverse atras; puso como excusa su proxima boda, pero Carmona no estaba dispuesto a dejarle ir y empezo a enviarle a su novia unos anonimos abominables.
Cuando devolvieron a Tomas Jimenez al calabozo, este no se mostraba del todo pesimista. Confiaba en que sus argumentos demostraran que el era igualmente una victima. Le caerian unos años, esos no se los quitaria nadie, pero respetarian su vida. No tenian mas remedio. Todo el nundo comprenderia que su caso no podia ser juzgado de la misma manera que el de Plaza o el de Carmona.
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20-10-11 17:30 #8969493 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
La policia hubiera podido dejar momentaneamente sus investigacines en ese punto, puesto que ya tenia a los autores materiales del asalto, agavillar sus declaraciones, enviarselas al juez, y seguir tranquilamente su trabajo. Y lo hubieara hecho de no haber tenido la suerte de detener al dia siguiente a Vitini.
No habia permanecido mucho en activo, tres meses. Normalmente duraban algo mas antes de que la polica los detuviera, nueve meses, un año. Tres meses era demasiado poco. Al partido no le salia rentable.
¿Como llegaron hasta el? Sabemos que no lo detuvieron en su casa, sino en un cafe. Todo apunta a que el ultimo eslabon fue un chivatazo. En la acusacion gravisima de Carrillo, este afirmaba que fue <<capturado por el enemigo, entre otras cosas, por su forma de vida impropia de un militante revolucionario, que se encuentra en una situacion de clandestinidad tan rigurosa>>.¿A que se referia? ¿A que no era bajito? ¿A que le sentaban bien los trajes? Sin duda a una sola razon: a que Vitini estaba en Madrid, mientras el pequeño Torquemada redactaba oscuros informes en Toulouse para un Comite Cental que hacia tambien las veces de Santo Oficio.
Vivia Vitini en una pension al lado de la estacion del Norte. Es un misterio como llegaron hasta el, aunque alguien con su aspecto era dificil que pudiera pasar inadvertido. En efecto, era muy alto, era rubio y vestia muy bien.
En el momemto de la detencion llevaba un salvoconducto y una cedula personal a nombre de Antonio Fernandez Garcia, de profesion viajante, la misma que habia traido de Francia. Interrogado, confeso, de manera reposada, su verdadero nombre. Llevaba encima mil doscientas pesetas.
Uno de los policias que lo detuvo y torturo vive todavia en Madrid. Al principio, al otro lado del telefono, al no identificar mi voz, me pregunto con fastidio que queria. Pero toda su seguridad y arrogancia desaperecieron cuando se pronuncio la palabra magica: Vitini. Se hizo un gran silencio tan incomodo como comprometedor. A continuacion le dije que era periodista. A un policia la palabra escritor no le dice nada; en cambio se echa a temblar cuando, en una democracia, oye la palabra periodista, de la misma manera que se echa a temblar un escritor cuando, en una dictadura, oye la palabra policia. Volvio a preguntarme, en cuanto pudo tragar saliva, y mas secamente aun, que queria.
En realidad fue entonces cuando yo mismo me pregunte que hacia llamando a alguien que habia sido un torturador, en absoluto diferente a los oficiales de la Gestapo, ni mejor ni peor que ellos, con los mismos metodos, sirviendo a igual señor, su mero calco. Y lo cierto es que no queria nada, constatar quiza que seguia vivo. Improvise algunas palabras, porque de hecho jamas pense que pudiera haber nadie al otro lado del telefono. Habia estado llamando a los otros tres cuyos nombres vienen aun en la guia telefonica de Madrid; en dos, el titular habia muerto, con lo cual me evite la conversacion. Pero no sucedio asi en el cuarto. Muy molesto, contesto todas mis preguntas con evasivas, no se acordaba de nada, hacia mucho tiempo, el habia realizado muchos servicios, hagase usted cargo...¿I esto para que es? De vez en cuando volvia a preguntar con impertinencia, con la experiencia que dan los años haciendo interrogatorios. Pero por suerte la palabra Vitini causaba en su insolencia estragos providenciales. Y bastaba que se pronunciase de nuevo para secarle la boca. Se notaba que sus palabras le rascaban la traquea. Y humildemente volvia a repetir: no, no recordaba nada. Pero se traiciono el mismo. Comprendi entonces lo facil que es confundir a un hombre con miedo. Y puedo asegurar que ese agente ( se habra jubilado seguramente de comisario, con alguna medalla al merito policial) sentia en ese momento mucho, mucho miedo, aunque no tanto como yo. Quiza pensara el, como esos nazis que han logrado esconderse de sus crimenes durante decadas bajo apariencias pacificas, que alguien queria amargarle los ultimos años de su retiro, haciendole recordar cosas no solo olvidadas sino que deberia estar prohibido recordar. Quiza pensara yo, como Vitini, que ese hombre aun guardaba la pistola en casa. En cualquier caso, pense que ese policia era en 1945 como la mayor parte de la gente que en 1945 fue a la manifestacion de las Salesas o que todavia en 1975 hacia cola para ver a Franco de cuerpo presente. Y que su trabajo en 1945 lo secundaban otros miles de bellisimas personas que no tenian ni remota idea de que en la DGS se torturase, ni ganas de saberlo; por eso tenian todos ellos su conciencia, sino tranquila, si a buen recaudo. Lo expresaba muy bien el Abc: <<Tenemos la razon y tenemos el poder>>. Pero la historia hace justicia: desaparecen las multitudes, disueltas en su propia insignificancia, y acaso por eso, podamos toparnos esos empedernidos escollos, bien visibles.
Y casin, ¿no le dice nada? Si. Recordo el descampado de Carabanchel, y que era guardia municipal, y que vivia en una medio chabola, y que descubrieron una imprenta. Para no recordar nada, en medio minuto era ya mucho. ¿Fuereon ustedes bastantes en el servicio? No, no se acordaba, pero dijo a continuacion que entre inspectores y agentes habian sido unos once; y once fueron en efecto. Y hablo a continuacion de lo que el queria hablar, de Lara y de Mora, y de como los habian asesinado, y del chaletito de la calle Avila, y del entierro. Tenia yo que haber visto que entierro: todo Madrid, toda España estaba alli...Pero no recordaba nada mas, era todo lo que podia decirme. Y uno ni siquiera se atrevio a preguntarle a ese honrado policia, felizmente jubilado con una pension que pagamos entre todos, si les divertia toturar, si a el personalmente se le habia quedado alguno en un interrogatoriio, o si por el contrario, el hacia el papel de bueno, mientras veia como sus compañeros se ensañaban con los detenidos. Y comprendi que si ese hombre fuese conducido hoy ante un trubinal de justicia, como se les ha llevado a sus homologos nazis, se mostraria indefenso y haria valer sus canas, sus ausencias de memoria, su falta de riego, y acaso, enternecido, mostraria al tribunal la foto de sus nietos, mientras a la puerta de los juzgados se manifestaban unas docenas de gentes pidiendo su libertad por razones humanitarias.
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21-10-11 17:22 #8975820 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Fue el mismo policia que cuando llevaban a Vitini a la Direccion General de Seguridad corrio a la calle Romero Robledo, a la casa donde Vitini tenia alquilada una habitacion en la que encontraron una pistola marca Victoria, del 7,65, con su cargador repleto de municion y su funda de cuero, y dos rollos de papel engomado para hacer pegatinas con la bandera republicana.
Al mismo tiempo llegaba el detenido a la DGS. En cuanto subio le llevaron a Plaza y Carmona, que le reconocieron como la persona de la que recibian ordenes. Vitini lo nego, pero debio de comprender como estaban las cosas por alli,la magnitud del desastre. Las torturas habian hecho cantar a todos. Se llevaron a Plaza y a Carmona, y volvieron a hacerle la pregunta: ¿Era el jefe de los guerrilleros de ciudad? Era, respondio, la persona de mas alta graduacion en la organizacion guerrillera con la que Plaza y Carmona se habian relacionado, pero eso no queria decir que el fuese el jefe, aunque hubiese ejercido de tal de manera transitoria. Podian preguntarselo a Zoroa, de quien sabia que habia sido detenido igualmente hacia unos dias. Zoroa o Merche podian certificar que por encima de el habia alguien mas, llamado Victor. El recibia ordenes directas de el. Tambien Merche podia confirmar lo que decia. Uno y otra, Zoroa y Merche, del servicio de informacion, enlaces entre la organizacion y la guerrilla, lo sabian. El, Vitini, no era mas que un jefe intermedio, que mantenia unida la direccion con los jefes de grupo. A estos los conocia a todos, asi como a aquellos dos, de igual rango, Hilario y Chamorro, que le ayudaron a coordinar las acciones durante un tiempo. De esos dio su descripcion, y de Vicente y de Nando dio las señas donde podian encontrarles, pues se habia citado con ellos alguna vez alli.
Y asi era. En aquella taberna de la calle del Leon se hospedaba Pantaleon Fernandez, alias Nando, y por alli paraba siempre el jefe de su grupo, su amigo Dalmacio Eateban, tambien conocido como Vicente.
Alli les sorprendieron al dia siguiente. Pero para entonces, por alguna misteriosa razon, juzgaron mas conveniente meter a los primeros once detenidos en una misma causa, y dejar a los dos ultimos para la siguiente.
Vitini sabia que estaba perdido, que lo estaban todos. Carlos Conejo, que estuvo detenido esos mismo dias, aun recuerda emocionado la voz de Vitini a quien nunca llego a ver, preso en una celda proxima. Cuando termino su interrogatorio, grito a sus compañeros, a traves del mechinal que les servia para comunicarse con los guardianes: <<Animo compañeros. En momentos como estos hay que cantar la internacional>>.
En otras ocasiones los guardias podian intentar imponer silencio, pero en aquel momento, ese arranque del jefe guerrillero les impresiono, y permitieron que alli, en la DGS, se cantara la internacional. Cuando acabaron,uno de los guardias le dijo a Conejo, con cierto respeto: <<¡Quien sabe lo que pasara cuando termine la guerra mundial! A lo mejor los que mandan ahora acaban en estas celdas, y ustedes estan fuera, en el Gobierno>>.
Eran cosas que pensaban muchos, y por esa razon los de fuera se daban tanta prisa en aniquilar a los de dentro, para que si llegaba el caso de que cambiaran las tornas, quedaran de los de dentro los menos posibles.
Y para ello redoblaron su actividad, aunque la cadena de detenciones se detuvo, <<de momento>>. La mas buscada de todas, desde luego, era Merche, cuya identidad seguia siendo una incognita. Por arriba, tampoco habian podido dar, aun, ni con Hilario ni con Chamorro, que habia desaparecido de Madrid a finales de enero, ni, desde luego, con Victor. Por debajo, tampoco habian podido dar con el paleto, en el caso de que este no fuese Pedro Hellido, este si detenido. Tampoco conocian entonces la manera de llegar a la mujer que recogia las armas despues del asalto, Magda Gomez Hueros, ni a Concepcion Feria ni a Pascual Gomez.
Para la propia policia ni siquiera era facil conocer la identidad de los que ellos habian detenido y de los que no, y asi, en la famosa <<Informacion Especial>>, en su ultima hoja, redactada cuando los que fueron condenados a muerte acababan de ser ejecutados, se dice: <<las acciones de los "guerrilleros"se verifican mediante instrucciones de un cabeza visible, que en calidad de "Jefe de la Division de Guerrilleros de Ciudad", controla cuantas acciones interesan al Partido Comunista. Este individuo no es otro que Antonio Fernandez Garcia, detenido ya, esperando poder lograr en breve la aprehesion de otros que vendran a completar la organizacion>>. ¿El informador especial no sabia que Antonio Fernandez era el nombre con el que se movia Vitini, ejecutado la madrugada del mismo dia en el que se fecha la <<Informacion>>=?.
Pero tenian mas prisa que nunca por cerrar aquel caso. No se entiende porque razon, puesto que les detuvieron al dia siguiente que a Vitini, no encausaron a Dalmacio y Pantaleon, o a Hilario, a quien le detuvieron dos despues, el 12 de abril.
No. Lo cerraron, seguramente para hacerlo mas <<practicable>> y, por tanto, mas manejable.
Antes, sin embargo, decidieron darle una oportunidad a Casin. Durante el mes que permanecio en la Direccion General de Seguridad, a una media de tres y cuatro palizas, no habian conseguido destruirlo, lo cual los humillaba lo indecible.
No obstante, indiferentes a todo, los señores policias redactaron la declaracion de Casin, como la del resto, sin evitar ni siquiera poner en su boca las consabidas expresiones como <<Glorioso Movimiento Nacional>> o <<Ejercito Rojo>>.
Le leyeron la declaracion. Casin irreductible como el primer dia, siguio negando. Tanto, que el secretario que la habia redactado no pudo por menos que incluir en ella este ultimo parrafo, que en cualquier proceso la habria invalidado: <<Dada la insistente propension a negar todo lo que se le pregunta, el señor Comisario Instructor acuerda dar por terminada esta declaracion, que leida por el que depuso, la encuentra conforme y firma.
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22-10-11 17:05 #8980380 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Vitini sabia, acaso como la persona de mayoe madurez del grupo, si descontamos a Casin, que lo peor que podia sucederles era que les dividieran. Comprendia igualmente que alguien pudiera delatarle y aun acusarle. Como Casin, a el le pusieron frente a hechos consumados. Solo tuvo que admitirlos. Sin embargo, no cayo ni un superior ni Merche. Es posible incluso que para <<contentar>> a sus torturadores, eligiera entregarles a unos soldados como Dalmacio o Pantaleon y apartar la atencion de la policia de los verdaderamentes importantes, Jose Carretero y Victor. Quiza si dijo como localizar a aquellos y no dijo como localizar a estos fue porque tampoco sabia donde se encontraban.
El sentido del llamamiento de Vitini a sus compañeros, hecho en los calabozos, solo podia significar esto: nos han quebrantado, pero no nos han destruido; en parte nuestros propios errores y nuestra propia debilidad nos llevaran a un peloton de fusilamiento, pero hemos de ir todos juntos. No debia desvanecerse el sueño de una España libre de falangistas y prospera para todos. La vida del conspirador tiene eso: la propia conspiracion le lleva a olvidarse de las razones por las cuales la empezaron. Ahora tenian de nuevo tiempo para recapitular: habia que morir con honor, habia que llevar a aquellos hombres con dignidad hasta la muerte, y a Vitini le ayudo a ello recordar su condicion de teniente coronel de las FFI.
En estos momentos Vitini se comportaba como un verdadero capitan que se pone al frente de sus soldados, incluso como ese revolucionario ejemplar del que se hablaba en la propaganda de su partido.Pero debia de ser el unico.
Aun tenian que pasar por la tortura de los careos, una puesta en escena del hobbesiano principio: el hombre es un lobo para el hombre.
Hicieron comparecer a los responsables de los grupos guerrilleros 1 y 3, Plaza y Carmona, y se los mostraron a Vitini. En ese momento ninguno podia fiarse de nadie, porque no sabian si lo que la policia aseguraba que habian dicho unos de otros era verdad. Habia llegado el momento crucial de su amistad y camaraderia.
Felix Plaza inculpo <<con entereza y serenidad>>, dice la policia, a Vitini como jefe, quien delante de el, con igual entereza y serenidad, de la que la policia no quiso dejar constancia, lo nego.
Jose Carmona <<con entereza y serenidad>> insistio en que la orden la habia dado Vitini. Incluso mas : dijo tenerlo por el jefe supremo de los guerrilleros, pero Vitini lo nego nuevamente.
Lo dramatico es que todos tenian razon, los dos primeros al creerlo a el el jefe, y Vitini al negarlo.
Es una lastima, porque esa es la parte mas dañada del sumario, con perdidas severas del papel que impiden conocer en cuantas cosas mas se mostraron en desacuerdo Vitini y Carmona y Vitini y Felix. Seguramente en ese careo fue donde Vitini se entero de que el dinero del asalto fueron siete mil cuatrocientas pesetas, y no cinco mil cien. Debio de sentirse un estupido cuando recordo que le habia entregado al dia siguiente otras mil, despues de que le hubiese hurtado ochocientas. Tambien debio de enterarse entonces de que otras mil pesetas que le habia dado en otro momento no las habia repartido con nadie, y se las habia quedado. Todo bastante triste. ¿Aquello era una guerrilla o el patio de Monipodio? ¿A donde habia ido a parar el heroe de Albi?.
Cerradas estas diligencias policiles, al comisario unstructor no le quedaba mas que presentarselas al juez Eymar. Pasaron nueve dias desde la detencion del ultimo de los encausados hasta que pudieron acopiar todas las declaraciones,testificaciones y pruebas, que forman un conjunto de mas de doscientos folios, escritos a un espacio, asi como un gran numero de documentos, con las consiguientes verificaciones, firmas, rectificaciones y careos.
En este tiempo se nombro al tribunal militar que iba a juzgarles; al fiscal militar que representaria al Ejercito y al Estado, mas unidos que nunca; y al abogado militar que no solo no iba a tener tiempo de hablar con aquellos a lo que iba a defender, sino que tampoco iba a tenerlo para leer todas sus declaraciones y estudiar la defensa.
A los detenidos les dejaron en paz, pero para ellos empezaba la oscura noche del alma.
Y desde que se presento el auto de procesamiento hasta que se les juzgo apenas transcurrieron cuatro dias, que se llevaron algunos tramites de rutina.
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23-10-11 17:24 #8984498 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
El primero de todos esos tramites consistio en hacer comparecer a los encausados ante el juez para los delitos de comunismo, señor Eymar, el representante del fiscal militar, un medico militar y un delegado del Gobierno Militar. Una vez presentes, a todos y cada uno de los detenidos les preguntaron si reconocian sus declaraciones ante la policia y las firmas que las validaban, y dijeron que si.
Hubieran podido decir que no porque eran las declaraciones que les estaban conduciendo a la pena de muerte, o porque les habian sido arrancadas bajo tortura, pero ni les habrian creido ni les habria servido de nada.
Por ejemplo, las ropas que habian llevado durante los interrogatorios hubiesen probado la nulidad de los procedimientos. La vispera de la comparecencia las familias de los encausados habian sido llamadas para que les llevaran ropa limpia. Debian comparecer los detenidos ante el jiez con el decoro que Eymar se merecia. En todos los casos las ropas sucias que los detenidos llevaron puestas mientras duraron los interrogatorios estaban ensangrentadas. En las de Casin, ademas, segun testimonio de su cuñada, que tuvo que lavarlas, le llegaron no solo manchadas de sangre y pus, sino con trozos de piel y carne, de <<materia>>. Habian ido por la DGS a diario, desde sus detenciones, no para verles, porque eso lo tenian prohibido, pero si para saber de ellos, y algun guardia caritativo les iba dando animos y esas noticias tan vagas como irreales: <<Bien, mujer, el chico esta bien; ande, vayase, que no puede quedarse aqui>>.
El auto de procesamiento empezaba de forma tan fantastica como tendenciosa, incurriendo en falsedades muy graves, politicas y penales: <<como consecuencia del acuerdo tomado por el pleno titulado "Delegacion del Comite Central del Partido Comunista" el veinticinco por ciento de los individuos que forman parte con conocimiento de los fines y los medios de esta organizacion clandestina, se han encuadrado en el denominado " Aparato de Guerrillas", constituidos por grupos con su numeracion correspondiente a base de tres o cuatro individuos, al mando de uno con titulo de responsable>>, y que estos grupos tienen como mision <<crear un estado de terror que sea el primer paso para el asalto a mano armada de los Organos Politicos del Estado Español, con la finalidad de implantar en España un Estado Sovietico>>.
Nadie les hubiera convencido ni a los militares ni a la policia de que precisamente la Union Nacional,que encuadraba a los guerrilleros, era una organizacion gestionada por el PCE, pero no exactamente el PCE. Era lo que trataba de demostrar el presidente de su Junta Suprema, Jesus Monzon, remiso a que el Comite Cemtral del PCE en Toulouse mangoneara en ella. Y esa fue la causa de que desde Francia se ordenara acabar con Trilla, aunque como Carrillo me recordo, no era necesario dar una orden como esa, porque cualquier militante de base sabia lo que tenia que hacer con un traidor y un provocador como Trilla. Carrillo se limito a urgir la presencia de Monzon en Toulouse, para llevarle ante el Comite Central, que le exigiria cuentas de todas sus fechorias y desviaciones como liberal y como libertino, orden que naturalmente Monzon se negaba a cumplir y eludio cuanto pudo, hasta el dia en que fue detenido por la policia franquista en Barcelona unos meses despues, todavia en 1945. Muchos pensaron que no fue tanto que le detuvieran como que se entregaba para ponerse a salvo de sus propios camaradas, que no comprendian que un hombre quisiea poner a la Union Nacional, por la que tanto habia hecho el PCE (o sea Monzon), en manos de una politica fantasiosa. De eso habria que haberles hablado a los militares, que no quisieron entrar en los matices. Y de que quienes pensaban y actuaban como ellos en Europa estaban perdiendo la guerra.
Igualmente, el auto de procesamiento decia probado el contacto que Casin mantenia con Vitini, cuando ni en las declaraciones de estos a la policia ni por ninguna parte habia constancia no ya de que se relacionasen ambos, sino de que se conocieran siquiera.
Y como a ellos, al resto de los inculpados: todos obedecian <<ordenes directas>> de la delegacion del Comite Central del PCE, lo que les dejaba a los inculpados en manos de sus verdugos.
Y asi, delante del juez Eymar, se les hizo firmar el auto. De nuevo la vida habia reunido en aquel trozo de papel a once personas, algunas de las cuales se veian en ese instante por primera vez. Luego les retiraron a una antesala, y el juez fue llamandoles uno por uno.
Rufina, mas tranquila y acaso aleccionada por su marido, al que vio en esa ocasion unos breves momentos, insistio en que ella no conocia que en su casa hubiese una imprenta ni se guardasen armas.
Domingo admitio los hechos, aunque volvio a recordarle a un juez que ni siquiera estaba al corriente de los detalles, porque llevaba a la vez otras doscientas causas, los atenuantes que creia podian salvarle,como que nunca supo que se fuese a matar a nadie o que desconocia las actividades de Casin. Incluso no le importo admitir que cuando escucho los disparos, salio corriendo, y que Luis le llamo cobarde y Felix, chungo, para que tuvieran en cuenta hasta que punto sus amigos ni siquiera le consideraban de los suyos.
Le mandaron salir.
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24-10-11 17:06 #8989660 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
En cuanto a Dionisio se vio que habia estado pensando en las muchas horas de soledad de su celda lo que mas le podia beneficiar, y asi sostuvo que Casin en realidad le alquilo una habitacion para Felix y Domingo, de los que habia asegurado que eran <<unos buenos muchachos>>, Entonces alguien de los presentes le pregunto si no le parecia extraño que Casin, que tenia una casa y habitaciones y una posicion economica no muy buena, prefiriera alquilarle a el las habitaciones y no alquilarles las suyas propias. Dionisio se quedo desconcertado. No habia pensado que pudieran preguntarle eso. Pero reacciono con prontitud y astucia, y dijo que no sabia como era la casa de Casin ni sus condiciones economicas.
Entonces alguien volvio a la carga y le pregunto durante cuanto tiempo les habia tenido alojados, pero Dionisio confeso no recordarlo exactamente. La sonrisa de triunfo del juez debio de hacerse patente: en ese caso, ¿como era que si esperaba percibir una remuneracion por el alojamiento no se acordaba de las fechas exactas? ¿No se exponia asi a cobrarles de menos? Y el juez, con un je je en el rincon de la boca, cerro esa comparecencia.
Fue el guardia el que le dijo que se retirase, pues el estaba en una nube. Dionisio no supo que habia ocurrido exctamente, pero intuyo que no habia estado bien.
Fernando traia ensayado el papel de samaritano piadoso, por si entre quienes habrian de ser sus jueces pudiera hallarse a un buen cristiano. Si, habia acogido al muchacho que le trajo Domingo, y sabia incluso que habia estado en la carcel, pero lo hizo porque no tenia otro sitio a donde ir. ¿Que delito habia comotido el? Habia practicado con el joven una obra de misericordia. Era un chico y Dionisio le habia dicho que era un buen muchacho.
Pasaron a Mariano Ruiz Anton. Tanto el juez como sus colegas debieron de darse cuenta desde el primer momento de que aquel muchacho, con cara todavia de adolescente, habia tenido muy mala suerte, yendo a parar al lugar equivocado en el dia equivocado. Alguien quiso saber como era eso de que pudiera confiar sus ideas al primer perfumero que se presentaba en su casa y en cambio no se unia a personas afectas al regimen que pudieran favorecerle. Mariano o no entendio bien la pregunta o se salio por los cerros de Ubeda, porque les confeso que en realidad su intencion era marcharse a la Guinea. Esa era una gestion que se la estaba haciendo el padre Santamaria. En ese momento nadie tuvo la menor curiosidad en saber quien era el tal padre Santamaria. Le preguntaron entonces si no era mas cierto que estaba esperando que Casin le encuadrara con los guerrilleros del monte, en la sierra. Mariano comprendio de pronto que ya que el no parecia poder explicarse, podria echarle una mano a sus amigos, asi que afirmo que no, que Casin no le hablo de eso ni de nada delictivo. Quisieron saber sus interrogadores si no le extraño en ningun momento que un guardia munuicipal le brindara una proteccion comprometiendose a pagarle la pension, incluso que le mandara mas dinero. En absoluto. Le constaba incluso que lo habia hecho con la mejor voluntad, de buena persona que era. Le preguntaron tambien porque llego a la conclusion de que Fernando pertenecia al grupo de Casin, pero dijo que el no podia haber llegado a una conclusion como esa. Fueron preguntas muy tontas, como cuando quisieron saber si en casa de Fernando, durante la cena, hablaban algo de politica. Anton era joven, pero comprendio bien a las claras que ademas de jueces y militares, eran id.otas y dijo secamente que cuando Fernando llegaba a casa venia cansado y ponia la radio. Lo unico que le preocupaba era la guerra mundial, y como iba a terminar.
Que en ese momento alguien les recordara como iba la guerra no debio de gustarle a ninguno de los militares presentes, y ordenaron que se lo llevasen de alli. A continuacion les trajeron a Plaza. Le hicieron unas cuantas preguntas irrelevantes a esas alturas, y otras muy pertinentes. Entre las primeras le preguntaron si habia o no radio en la secretaria de la subdelegacion, si funcionaba o no, si el cable del telefono lo habia cortado el o Tomas...Con las segundas querian saber cosas de mas fundamento. Reconocio Plaza de nuevo ser el quien disparo contra el conserje y llevar la orden de asesinarlos. Trato de exculpar al tintorero, asegurando que no le habia contado nada del asalto y confirmo que Vitini habia dicho quienes eran los que tenian que subir y quienes los que debian quedarse en la puerta por si veian <<una fuerza numerosa, para avisar a los que habian subido al local, y si eran uno o dos, encañonarles y meterles dentro a fin de asesinarlos, orden que el transmitio a Domingo y al Fantasma>>.
Se hubiera dicho que Felix Plaza no estaba dispuesto a irse el solo al paredon.
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25-10-11 17:36 #8995470 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
El turno de Carmona fue el de un despechado, asegurando que la orden que llevaban al entrar en la subdelegacion era matar no solo a los de Falange, como se habia dicho en las declaraciones, sino a todos los que pudieran encontrarse dentro.
Si, como si en un momento y en la habitacion de al lado, el y Felix, afrentados por la actitud de un jefe que trataba de eludir toda responsabilidad cargandoles con los muertos, hubieran acordado perjudicar, sobre todo, a este.
Uno de los cuatro representantes de la ley debio de distraerse en ese momento porque subitamente pregunto algo que no tenia la menor relevancia. Quiso saber por Carmona si Felix habia dicho que Domingo era <<chungo>>, y Carmona, sin saber a que cuento venia eso ahora, se lo confirmo de mala gana.
En cuanto al pobre Luis del Alamo lo primero que le preguntaron, por el plebeyo placer de humillarlo un poco, fue si Domingo habia salido corriendo como un cobarde, pero Luis no quiso darles ese gusto y dijo que en absoluto, sino que aligeraron el paso todos, pero sin correr.
A Luis, sin embargo, le parecia una perdida de tiempo estar hablando de Domingo cuando el conservaba todavia la esperanza de salvarse, asi que le parecio oportuno aclarar que entro en la Agrupacion Guerrillera no porque lo solicitara, sino porque se lo propusieron. Debio de parecerle un matiz de consecuencias muy faborables.
El unico que debio de escuchar su descargo fue quien hacia de secretario; el resto ni lo oyo, y antes de que terminara de hablar ya lo estaban sacando de la habitacion. Se cruzo en la puerta con Tomas.
Empezo diciendo este, con tono compungido, que nunca habia sido partidario de los actos de violencia y que durante el tiempo en que el fue jefe del grupo jamas se cometio ninguno.
¿Luego reconoce usted que pertenece a un grupo guerrillero?, le pregunto alguien. Tomas bajo humildemente la cabeza y lo reconocio con unas palabras dramaticas: una vez encuadrado, nadie se podia desligar.
A alguno de los presentes le debio de interesar el personaje de Tomas, por si podia ensayar en el una pequeña farsa sobre la misericordia, y le dio la oportunidad de que tratara de justificar sus actos. Confirmo que Carmona de dijo que iban a asaltar el local poco antes de llegar a las barcas-columpio, y que su unico cometido era cortar el cordon del telefono, hacer el registro y apoderarse de la documentacion que hubiera. Por esa razon abrio el armario donde se encontraba la radio. No, no funcionaba la radio. No entendio Tomas porque insistian tanto sobre la radio. ¿Era acaso un agravante, significaba premeditacion? Pero daba la casualidad de que no funcionaba, ni se puso en marcha. No, tampoco habia escuchado la orden que les habian dado a Domingo y a Luis del Alamo cuando se quedaron en la puerta.
El tono de las respuestas de Tomas era el de la persona que quiere evidenciar su interes en colaborar con la justicia. Le preguntaron entonces como es que llevaba una pistola, y contesto, primero, que no era suya, que se la habian dado siez minutos antes, y en segundo lugar, que la llevaba para intimidar. Nada mas. Alguien, amante de los dramas dostoievskianos quiso saber en que concepto tenia a Carmona.
Tomas se tomo unos segundos antes de responder. Penso en Carmona, que esperaba en la habitacion de al lado. Pero a esas alturas,¿que le importaba a el Carmona? Debio de considerar incluso que era una muy buena señal que aquellos señores quisieran ponerse al corriente de tantas cosas por su boca. Eso significaba que habian descubierto en el algo que le hacia diferente a los demas. En un segundo se le paso por la cabeza que llevaba declarando mas tiempo que ningun otro. <<Le considero -dijo- capaz de toda clase de hechos delictivos.>> Si, le tenia miedo. Trato incluso de que volviera a tomar parte en un asalto, para tenerlo cogido, un atraco a un almacen de maderas: hasta su novia recibio varios anonimos por ser persona religiosa...
Pidio el juez al secretario ver esos anonimos.
Le estaban saliendo bien las cosas, penso Tomas. Ante aquellos señores, un rasgo de piedad catolica sin duda tendria que moverles a compasion. El no era mas que una oveja descarriada que pedia volver al redil. Si querian, con una sentencia favorable y las oraciones de su novia, lo conseguiria.
Los cuatro representantes de la justicia, sin poder sustraerse a la lectura del anonimo, se pasaron con curiosidad el ignominioso papel donde a Tomas le llamabam co.nudo.
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26-10-11 17:45 #9001445 -> 8910341
Por:No Registrado
RE: Cosas que ocurrieron 4º
Quisieron ir mas lejos y le preguntaron si Carmona le amenazo directamwnte de muerte en caso de no cumplir alguna de las consignas recibidas. En es punto Tomas pudo decir perfectamente que lo habia hecho, pero a quien tomaba las declaraciones no le convino, y amaño la respuesta con esta frase sibilina: <<Dijo taxativamente que no lo hizo, pero(Carmona)le dijo: "ya sabes lo que le espera al que se vuelve atras">>.Preguntado como es que estando tan enamorado de su novia no habia puesto como disculpa para no ir a los Cuatro Caminos, siendo domingo, el tener que salir con ella de paseo, al cine o al baile. <<Por miedo a Carmona>>, respondio Tomas, sin saber si lo que estaba diciendo era eso o esto otro: <<Por miedo a mi mismo>>.
Tomas dejo la habitacion con un sentimiento de confusion y abatimiento. Cuando salio, Carmona le pregunto, sin que le oyera el guardia, que tal habia ido todo. Habia tardado mucho. Tomas, sin mirarle, le respondio de una manera abatida y confusa, le dijo bien, y se encogio de hombros.
Mientras tanto, ya habian hecho pasar a Vitini. Admitio su declaracion ante la policia,no porque la admitiese, sino porque esa era la formula, pero insistio en que el no reemplazo a Chamorro, sino que le reemplazo Victor.
Volvieron sobre un punto. Mas que saber, querian confirmar que el era el jefe de los guerrilleros de ciudad. A la gente, lo hemos constatado ya varias veces, le gusta tratar siempre a las jerarquias. Vitini les decepciono, pero, todo hay que decirlo, no logro desengañarles: siguieron creyendo que lo era.
Lo demas era lo conocido, que transmitio las ordenes de la bomba de la delegacion de Propaganda y la del asalto del almacen de maderas y que el proyectado atentado contra Victor de la Serna venia de antes y del propio Victor. Para sus jueces eso era actuar como un jefe, pero Vitini se enrrocaba: cada vez que transmitia una orden a los responsables de grupo siempre les hizo saber que provenia del jefe de guerrillas, o sea, de Victor.
En comparacion con lo anterior, la pregunta de <<si recibio o transmitio propaganda subversiva escitando a las masas en contra del actual regimen para el 14 de abril>> era una estupidez, pero Vitini se habia entregado ya en manos de su destino y manifesto que si, que le habia entregado a Zoroa un paquete de esa propaganda y dos rollos de papel engomado, quien a su vez se los paso a Dalmacio, para que este pintara en ellos banderitas tricolores. Ah, todos estos bravos guerrilleros, pintando parvulos colores como aplicados escolares y poniendo en el aspero, sangriento y despiadado trabajo de la Revolucion un poco del candor de la infancia.
Quiso en ese momento el juez ver a dos alimañas juntas, y mando que compareciera Felix Plaza para carearlo con Vitini de nuevo. Para comprobar como el comunismo les volvia despiadados y sanguinarios incluso con los miembros de su propia camada.
Vitini ya no pensaba mas que en el mismo. Plaza le queria pasar toda la responsabilidad del atentado, y el le pasaba a su vez todas las responsabilidades de las muertes, asi que sin el menor titubeo declaro Vitini que la orden que le dio a Plaza fue la de tomar la subdelegacion y robar la documentacion, pero que las personas que se encontraban alli debian ser atadas y amordazadas, nunca asesinadas.
Plaza no comprendio tamaña hipocresia. Hubiera pegado un tiro a su jefe si hubiera tenido alli una pistola. Comprendio que no era mas que una venganza, y recupero su aplomo. No, la orden de Vitini fue bien clara: matar a todas las personas que se encontraran en el edificio, y que esta orden era identica a la que recibio Carmona.
Fueron <<invitados a ponerse de acuerdo ante su señoria>>, pero cada uno de ellos siguio con su version.
La de Vitini era la mas inteligente, sin duda. Al fin y al cabo, Plaza y Carmona habian confesado, por su propia debilidad, haber matado a dos falangistas. Ellos mismos habian cavado su propia tumba. En cambio Vitini no confeso nunca ni haber dado esa orden ni ser el el responsable de la guerrilla. De haberlo hecho, su confesion tampoco les hubiera servido de gran ayuda a los autores materiales del asalto. En cambio negar que el habia dado esa orden pondria a los jueces, ante la opinion internacional, en el brete de tener que condenar a alguien por un hecho que jamas ordeno que se cometiese. Vitini era inteligente. Plaza y Carmona no, desde luego, aunque tuvieran razon.
Pidio el juez tambien que le trajeran a Carmona por verle carearse con Vitini, pero Carmona se nego a comparecer. No tenia nada que discutir con Vitini, primero porque dijo que a el la orden se la transmitio Plaza, y en segundo lugar porque nadie le iba a quitar de la cabeza que el jefe de los guerrilleros no fuese Vitini. Quiza porque no quisiera pasar por el trago de encontrar en la mirada de su jefe el recuerdo de que le habia robado ochocientas pesetas en medio de una tarea tan grandiosa como era la de limpiar España del fascismo.
Plaza y Carmona quiza eran tan ingenuos que pensaban que si decian que los habian matado,pero por orden de otro, su responsabilidad en las muertes seria menor.
La comparecencia de Vitini no duro ni cinco minutos. No debian de sentirse comodos ante un teniente coronel de treinta y dos años, que habia sorteado con entereza las torturas de la policia y le ordenaron salir.
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27-10-11 16:42 #9007119 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Llamaron por ultimo a Casin. Le habian detenido el primero, y le interrogaban el ultimo.
Lo mas triste es que esas conversaciones de Casin con el juez son las mas dañadas del sumario. En muchos pasajes son ilegibles, en algunas ocasiones las hojas de papel se han fundido en una pasta informe y en otras han desaparecido. Pero de las partes en las que aun podemos leer algo sacamos que Casin seguia negandolo todo, incluso la evidencia, la imprenta debajo de su casa, las armas, la propaganda.
Los jueces estaban aun mas furiosos con el que con el resto. Al fin y al cabo, era una autoridad, la Autoridad, y le preguntaron que como es que siendo guardia no solo no se enteraba del pasado de todas esas personas a las que ayudaba a eludir la accion de la justicia, sino que les encuadraba en el Partido Comunista. Casin escuchaba con atencion, y aun a sabiendas de que no serviria de nada, les aclaro que sus señorias andaban muy equivocadas, primero porque no sabia que esos chicos eludieran la accion de la justicia, sino que se los trajo una vieja amiga, y en segundo lugar porque su manutencion la pagaban Anselmo y Manzanares, como podrian decirles estas dos personas.
El juez pregunto donde estaban Anselmo y Manzanares, queria que los trajeran a su presencia. Empezaba a entretenerle aquello. El caso Mora y Lara bien valia la pena, y raramente un juez tiene ocasion de lucimiento publico.
Tardo en llegar un pilicia. Mientras tanto Casin guardo silencio y miraba fijamente al juez, al representante del fiscal, al medico militar y al delagado del gobernador civil.
De haber sabido que aquel era un medico militar quiza hubiera tenido la audacia de denunciar los malos tratos y torturas recibidos en la DGS.
No hubiera servido tampoco de nada, porque la respuesta de los policias siempre era la misma. Tenian un pequeño repertorio donde elegir. O le decian al juez que habia intentado agredir a uno de los policias, por lo cual habia sido preciso reducirle; o habia intentado huir tirandose por una ventana o una escalera, a resulta de lo cual se habia producido todas esas heridas, como por ejemplo, haber perdido las uñas de los pies, que le fueron arrancadas, las llagas en las nalgas o las tetillas quemadas con un cable de la luz.
Entro por fin un policia, que le dijo al juez que ni Anselno ni Manzanares habian sido detenidos, aunque estaban en ello, convencidos de tenerlos ya a mano. Cuestion de dias, de horas acaso.
Eymar que era mutilado de muchas cosas, pero no tonto del todo, comprendio al punto que Casin era muy inteligente, tanto como para echarle las culpas a alguien que no habia sido detenido. Asi que le hizo una pregunta que no creia que pudiera eludir facilmente. ¿Y la imprenta? ¿Iba a negar que encontraron una imprenta en su casa? Casin se encogio de hombros, no sabia que aquello fuera una imprenta.
En otro momento Eymar hubiera dado por cerrado aquel interrogatorio y el sumario, pero habia demasiados ojos sobre el caso. Incluso podian meterle en la sala del consejo de guerra algun observador internacional. La maldita guerra en Europa no iba bien, y a Alemania, ¿como se le ocurria ir perdiendo en ese momento? Cualquier dia podria darse vuelta la tortilla, y tampoco queria que le sorprendieran abajo. Queria hacer bien las cosas, y mas si, como era el caso, les tenia bien cogidos.
Asi que Eymar volvio muy serio a preguntarle si el ejercia el cargo de jefe nacional de los guerrilleros. Fue entonces cuando Casin supo que ese juez no tenia ni la menor idea de lo que era ni la organizacion del Partido Comunista ni lo que era la Union Nacional.No, no lo era, dijo con hastio. Entonces, ¿como es que se dedicaba a reclutar a <<elementos>> para los grupos en donde los encuadraba? Jamas, respondio, habia tenido esas misiones.
Aun siguieron hablando diez minutos, de eso y de lo demas alla, pero aquello era un dialogo de sordos para besugos.
Se dio por cerrado el sumario.
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28-10-11 17:39 #9012924 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Otro tramite fue, el 19 de abril, dejar preparado el auto de procesamiento: los hechos relatados revestian todos caracter de delito segun la ley de la Jefatura del Estado de 2 de marzo de 1943, delito equiparable al de rebelion militar, habia indicios racionales de culpabilidad, ecetera, todo lo cual lo <<lo manda y firma el Juez Instructor del Juzgado Especial de Delitos de Comunismo (dos años despues, en 1947, pasaria a llamarse Juzgado Especial de Comunismo y Espionaje, y dos años despues en 1949, Juzgado Especial de Espionaje y Comunismo, aunque se le escapa a uno si habia alguna significacion en ese baile ordinal entre el Comunismo y el Espionaje), Enrique Aymar, Coronel deInfanteria Caballero Mutilado de Guerra por la Patria>>, dando fe de ello su secretario.
Al dia siguiente 20 de abril, y en menos de veinticuatro horas, el tenientillo auditor Angel Fernandez Hernandez, que actuaba en nombre del señor fiscal, no solo se habia leido un sumario de mas de doscientos folios a un espacio y revisado las pruebas, incluidos los periodicos clandestinos encontrados, sino que habia llegado a sus conclusiones, de las que vale la pena resumir el primer parrafo: el pleno de la delagacion del CC de la Seccion Española de la Internacional Comunista, <<acordo por creer>> que la situacion en España permitia la creacion de un aparato de guerrillas, con el objeto de preparar el asalto armado al Estado español y destruirlo, para instaurar, conforme a la Komintern, un regimen comunista.
El resto es un calco de las actas policiales, donde vuelven a relatarse los hechos, dando por <<probadas>> todas las cosas, desde las verdaderas hasta las falsas, como que en el asalto a la subdelegacion tuviese que ver Casin, o las improbables, como que este era un <<miembro de relieve de la Secretaria Politico Militar de la Delegacion del Comite Central del Partido Comunista de España>>.
Para el, en mayor o menor medida, eran culpables, desde Rufina, que sabia perfectamente lo que se cocia bajo su cocina, hasta los Magdaleno,Fernando o Mariano, peligrosos comunistas.
Por ello considero que los acusados eran responsables en concepto de autores por participacion, material, voluntaria y directa. Ademas encontro en ocho de ellos, Vitini,Casin, Domingo, Magdaleno, Plaza, Carmona, Luis, y Tomas, el agravante de la trascendencia de los hechos ( es decir, les culpo de la manifestacion multitudinaria y de la propaganda que se hizo del asalto, cuando lo normal es que la prensa silenciara esas cosas) y la peligrosidad social.
Para los ocho pidio pena de muerte, con las accesorias legales en caso de indulto; para Ruiz Anton y Fernando Rodriguez, treinta años de reclusion mayor, y para Rufina doce años de reclusion.
Fue otro de los tramites leerles a los acusados los cargos de los que se les acusaba, de los que hubieron de darse por enterados. Ahi estan ahora todas sus firmas, en el mismo folio, como si fueran la pagina de una novela.
El mismo dia 20 quedo compuesto el tribunal militar que los juzgaria. Lo presidio el teniente coronel Modesto Saez de Cabezon y Capdet y lo formaron los capitanes Antonio Martinez Santiago, Jose Muzquiz Ayala, Luis Manrique Garrido, Antonio Llorente Gironda y Simeon Martin Calleja. Como vocal ponente actuo el tambien capitan Jose Maria Rodriguez Devesa, y como fiscal el mencionado teniente auditor.
Para que la funcion quedara completa solo faltaba encontrarles a los encausados un defensor, de oficio, naturalmente, que lo fue el capitan de Caballeria Ricardo Garcia de Vinuesa, quien tuvo la poca vergüenza, como el fiscal, de aceptar tal designacion. Como este, leyo el sumario, o hizo que lo leia, en un fin de semana, y cuando el lunes llego al consejo de guerra habia reducido mecanicamente las peticiones del fiscal. Donde este ponia pena de muerte, el pedia treinta años; para quienes pedia treinta años, el, veinte; y a Rufina, que llevaba una peticion de doce, la absolvia.
Hasta la mañana del lunes dia 23 de abril, Dia del Libro, centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, escritor y soldado, los acusados, por orden del juez, siguieron en los calabozos de la Direccion General de Seguridad.
A las diez de la mañana del dia 23 vino por ellos un furgon celular para trasladarles. Algunos, como Casin, era la primera vez que veian la luz del sol desde hacia un mes. Ese dia estaba especialmente claro, sin una nube, frio pero primaveral.
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29-10-11 17:21 #9017583 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
Los llevaban esposados de dos en dos; a la mujer, sola. En los metros que les separaban de la DGS hasta el furgom vieron, fugazmente, a unos pocos transeuntes. Todos los detenidos pasaron por la experiencia comun de tantos otros que habian salido de aquellos mismos calabozos camino de un juicio: volver a ver Madrid, la animacion, los tranvias, el suculento aire de la calle. Era como una pesadilla que habia empezado hacia mucho tiempo y de la que parecia que iban a despertarse. Les resulto extraño ver caminar a la gente, tan indiferente a la tragedia que les llevaba a ellos ante un tribunal militar, y esa realidad trenzada de cosas humildes, los hombres que barrian la acera de sus comercios, los escolares, las criadas con los bolsos de la compra. Alguien pregunto si no iban a avisar del juicio a las familias, como hacian en otros casos.
No. Tampoco sabian donde les llevaban. Lo normal en otros procesos es que les llevaran a las Salesas, pero tratandose de un consejo de guerra era de suponer que les llevaran a un cuartel. En realidad les condujeron alli al lado. De Sol al numero 6 del paseo del Prado, a unas dependencias de Capitania General; se hubieran tardado diez minutos andando, tranquilamente, bajando por la carrera de San Jeronimo.
En otro caso lo hubieran hecho. Eran escenas habituales, dos guardias, o uno, caminando con un preso en el tranvia, en el metro, por la calle, unos meses despues un preso, a quien habian torturado salvajemente, se les suicidaria en el metro de Anton Martin, arrojandose a las vias, cuando les conducian a entregarles a unoa camaradas. Si, la gente estaba habituada a tales escenas. El reo o el detenido esposado y al lado un guardia con el mosqueton. La estampa sombria ni siquiera despertaba curiosidad. La gente, por respeto, tampoco se atrevia a mirar. En el fuegon no tardaron no cinco minutos. Durante el trayecto no hablo nadie con nadie. Habian surgido entre ellos demasiados motivos de discordia y de rencor, y sabian que a partir de ese momento, hasta el final del proceso, cada cual iba a tener que luchar por si mismo, olvidandose del resto. Era de opinion diferente Vitini: les beneficiaba hacer una piña. Todos ellos estaban ya condenados a muerte de antemano, porque eran victimas politicas, ejecutadas por militares, o si se prefiere: militares, ejecutados por los politicos. Pero ni Carmona ni Felix estaban dispuestos a las concesiones; se sentian traicionados.
Al llegar tuvieron que guardar sala, con unos policias en la puerta.
Timidamente, algunos empezaron a hablar entre si. Lo hizo Casin con su mujer. La mujer lloraba. Casin trato de consolarla. La mujer solo sentia que se desvelase en la vista publica que ella habia dicho que su marido le pegaba. Y que se supiese precisamente ese dia, con lo cariñoso que estaba con ella. Se cogieron de la mano, como dos novios. Dionisio y Fernando cambiaron impresiones. Sl fin y al cabo, ellos habian sido mejor librados en las peticiones del fiscal, aunque tampoco estaban tranquilos, pues no era la primera vez que a un acusado se le aumentaba la pena pedida por el fiscal. Luis del Alamo se acerco a Domingo. Trato de animarle. El hombre estaba hundido. La verdad es que era chungo, pero no tenia la culpa, era un buen chico. Tambien Felix hablo con Domingo. Habian vivido muchas cosas juntos como para enfadarse al final. A Vitini le habian dejado solo. Llevaba su traje claro, con rayas coloradas, y una camisa limpia. Nadie sabia quien le habia traido la camisa. Quiza la patrona de su pension, otra buena samaritana, acaso esa muchacha con la que le habian visto algunas veces sentado en un cafe. No le importaba que sus hombres le hubieran dejado de lado, sino que, una vez mas, se vieran en aquella triste circunstancia, en parte, por sus propios errores.
Alguien pregunto si no iban a conocer a su abogado. Llego este por fin diez minutos antes de que empezase la vista, tiempo mas que suficiente para presentarse a ellos y decirles, con el aplomo legendario del militar español: <<yo les voy a defender; hare lo que pueda>>.
Casin pregunto si les iban a dejar hablar durante la vista, pero el abogado defensor no tuvo tiempò de responder, porque como un mal estudiante que repasa sus apuntes minutos antes de entrar a un examen mal preparado, trataba, con un lapiz rojo en la mano, de familiarizarse con ese asunto que le habia caido de arriba y que si hubiera sido por el, no habria aceptado. Pero el obedecia ordenes, como militar que era. Es decir, como Vitini, teniente coronel; como Felix Plaza e Hilario Perez Roca, capitanes; como Luis del Alamo, teniente, como los sargentos Casin y Malmierca, como todos los demas, soldados del Ejercito de Union Naciomal, al servicio de la Republica. Todos ellos hanian obedecido ordenes.
Durante el juicio se equivoco todo el mundo de nombres, fechas, detalles, imputaciones; el fiscal, el abogado defensor, el vocal ponente. Daba un poco lo mismo, porque lo qie alli habia sobre todo, aparte de acusados, era prisa por ventilar el asunto cuanto antes, y desde luego, nada de publico ni de familiares, como en las audiencias publicas de los procesos ordimarios. Aquello incumbia unicamente al Ejercito, lo cual, en ese caso, fue una suerte, pues no era infrecuente que cada mañana, en la puerta de las Salesas, donde tenia lugar esa clase de vistas publicas, concurrieran unas docenas de personas para ver desfilar a los acusados, reiese de ellos e insultarlos, recordandoles a gritos lo que habian hecho en 1936, sin recatarse de quienes, arrinconados, asustados y silenciosos, habian ido alli para ver, al menos durante unos segundos, a sus maridos, a sus hermanos, a sus padres, a sus hijos.
Nadie en las familias de los acusados supo que la vista seria el 23 de abril a las once. De hecho empezo media hora tarde, a las once y media y solo la lectura del resumen de los hechos, y la que se hizo, a peticion del fiscal, de las diligencias instruidas y los informes medicos acerca de los disparos que causaron la muerte de los falangitas, se llevo una hora.
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30-10-11 17:02 #9021659 -> 8910341
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas que ocurrieron 4º
El primero a quien el vocal ponente pregunto fue a Plaza. Se puso en pie el acusado. Les habian dejado afeitarse esa mañana y adecentarse un poco. Asi, con la cara limpia, y a pesar de las ojeras a las que asomaba todo el sufrimiento padecido en la DGS, parecia un niño. Quiza pensara en Francia, donde por una accion por la cual se le pedia aqui una pena de muerte, alli se le hubiera ascendido a comandante. Admitio haber disparado contra el conserje y haber recibido en varias ocasiones la cantidad de mil doscientas pesetas.
Los miembros del tribunal, que ni siquiera habian tenido la curiosidad de ojear el sumario, intercambiaron suspicaces miradas de complicidad y sobrentendimiento; alguno incluso apunto al margen estas dos palabras: <<crimen-directo>>.
Repitio Plaza que la orden la dio Vitini, y que esta era bien clara, matar a todos los que estuvieran en el local, siempre que fueran varones, pertenecieran o no a la Falange. El, a su vez, le dio la orden a Domingo Martinez Malmierca. Cuando le presentaron el revolver, lo reconocio como suyo.
Carmona respondio lo mismo que Plaza, porque le preguntaron las mismas cosas.
Tambien fueron las mismas que preguntaron a Tomas Jimenez, pero este se salio del guion y aseguro que jamas hubiera matado a nadie, y de haber estado informado del objetivo, ni siquiera hubiese ido, pero como sus palabras no venian al caso, lo mandaron callar. Su intervencion habia durado menos de treinta segundos, los que le dieron para defender su vida, ni uno mas ni uno menos.
Domingo dijo que solo sabia que iban a la subdelegacion buscando seis pistolas que habia alli. En cuanto a el, la orden que le dieron fue la de guardar la puerta, proteger la retirada y llevar al que llegare arriba. Todo lo sucedido en el primer piso no le incumbia.
Del Alamo confirmo lo de Malmierca.
A Vitini tampoco le dieron mas tiempo. En cuanto insistio, respondiendo a la primera pregunta que le hicieron, que el no era el jefe de los guerrilleros, como podria atestiguar alguien que se encontraba en los calabozos de la DGS, llamado Paco Zoroa, le ordenaron guardar silencio. Y penso Vitini en ese momento porque razon Paco Zoroa no estaba sentado con ellos en el banquillo. Tenia en el partido la misma o mayor responsabilidad que el, y su papel en la organizacion guerrillera habia sido fundamental. ¿Habria llegado a una clase de acuerdo con la policia? ¿Juzgo esta que era dispersar el sumario?. Desde un punto de vista policial, Paco Zoroa tenia mucho mas que ver con el caso que se juzgaba que, por ejemplo, Casin.
Era un buen momento para suspender la sesion, y asi, se hizo, hasta las cuatro, tiempo suficiente para que los miembros del tribunal se fueran a sus casas a almorzar.
Por supuesto a los detenidos nadie les dio de comer. El Estado no iba a gastarse en ellos una sola peseta. Les llevaron, si, de uno en uno, al retrete, donde el que quiso pudo beber agua a discrecion de un grifo. Alguien se entero de que si se les daba algo de dinero a uno de los guardias, estos podrian traer de un bar proximo bocadillos y cafe. Pero nadie tenia dinero. Se lo habian quedado todo en la DGS los policias.
Se constituyo de nuevo el consejo. Se paso a interrogar a Casin. Es de suponer que alguno de aquellos hombres sentados en el tribunal se preguntara que tenia que ver Casin en el caso del asalto a la subdelegacion que se juzgaba.
Eso mismo querria saber yo, contesto Casin. Decidido a negar hasta el final, afirmo que no sabia que la imprenta era para tirar propaganda clandestina, y que de haber sido asi, el, como autoridad, no lo habria consentido. Y aunque no venia muy a cuento, aprovecho para que se hiciera constar en acta el nombre de las tres personas con cuyos avales recupero su empleo de guardia: doña Magdalena Morales, el conde de Vallellano y el comandante Sancho.
Molesto mucho al tribunal que en su presencia se nombrase tan en vano a personas tan dignas y respetables, y el presidente ordeno a Casin que se sentase de inmediato.
Magdaleno se limito a decir que desconocia cuales eran las actividades de Felix y Domingo, y que la celula que Casin le dijo que formara cuando se lo encontro en la Puerta del Sol jamas se llego a constituir.
Con Rufina tuvieron una delicadeza muy digna de tener en cuenta, pues le avisaron de que podia no declarar en contra de su marido. Debio de pensar que a esas alturas ya daba todo igual. Admitio haber visto la imprenta y conocer la existencia de un subterraneo, aunque nunca habia bajado a el, y dio gracias a Dios, para sus adentros, de que nadie se acordara ya de que habia declarado a la policia que su marido normalmente le pegaba, pero fue la suya, declarando exactamente lo contrario que el, la declaracion que mas daño pudo hacerle; y Rufina tenia que saber porque lo hizo.
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