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Carcarosa - Asturias

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España > Asturias > Carcarosa (Mieres)
21-08-12 16:53 #10444876
Por:Jose Manuel Z.L

Los que escaparon...9º
CAPITULO...185.


Al entrar Berta en la habitacion, Lorenzo dejo de leer uno de los tres periodicos que tenia encima de la cama. Le basto con verle la expresion a la dueña de la casa para comprender que las noticias que traia no eran buenas. Berta se sento a su lado.
Lo saben, dijo.
¿Don Rafael?
Si. Te estan buscando.
Entonces he de irme.
Nadie vendra aqui, no hablaba de Casa Flora. sino de aquella habitacion.
Maldito Manuel, lamento Lorenzo. Si no ubiera sido por el, por esta herida, por haber estado inconsciente tantas horas... Ahora no me creeran.
¿Como han sabido que tu ayudaste a ese periodista?
No tengo ni idea. Me puse una ropa distinta, y llevaba un pasamontañas. A Chivo lo deje fuera de combate sin que me viera. Y a Justiniano..., se miro el puño, los nudillos todavia enrojecidos y el del dedo medio mas evidente despues de golèar a Manuel. Supongo que la fastidie.
Don Rafael es peligroso.
Lo se. Salinas, Reyes o Alcaraz serian incapaces de llegar a tanto, ni siquiera andan sobrados de agallas. Pero tienen a don Rafael para hacer el trabajo sucio. Y lo hace.
¿Que vas a hacer?
Pensaba marcharme igualmente.
¿Te vas?
No tengo otra opcion.
Berta le sostuvo la mirada. El dialogo a traves de sus ojos fue de nuevo mucho mas intenso, casi ensordecedor. Pero entre ellos y sus labios sigio abierto un enorme abismo que lo cortocircuitaba todo.
No podras volver, dijo Berta.
Lorenzo mantuvo aquella misma expresion dolorida y distante.
¿Puedo preguntarte algo?, quiso saber ella.
Adelante.
¿Por que ayudaste a Puig?
Es un buen hombre. Y le debia una, sonrio al decir eso.
Lo peor de este mundo no son los buenos hombres, sino los idealistas. Esos si son peligrosos.
Yo no soy un idealista.
Lo que tu digas, querido, se burlo Berta.
Necesito que alguien me haga un favor.
Te mando a Maria. Es de total confianza, se puso en pie, como si en el fondo quisiera salir corriendo, separarse de aquella cama en la que los dos estaban tan cerca. ¿Algo mas?
¿Papel, una pluma y un sobre?
Berta salio de la habitacion. Lorenzo no tuvo que esperar demasiado. Cuando la puerta se abrio de nuevo vio aparecer a Maria. Llevaba lo pedido y una bandejita. Se lo entrego.
¿Podras llevar este mensaje a las señas que te pondre en el sobre?
Claro, señor.
Lorenzo escribio la nota:<< Querida Rosita: Manuel ha muerto. No hagas nada hasta que vaya a verte. Tranquila. Si alguien pregunta por mi, tu no me has visto ni sabes donde estoy. Destruye esto cuando lo hayas leido. Lo siento.>> A continuacion puso la direccion en el sobre, la hoja de papel, doblada, en su interior, lo sello y se lo entrego a Maria.
Gracias, le dijo.
No hay de que, señor, se despidio ella con una inclinacion de cabeza.
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22-08-12 16:52 #10448277 -> 10444876
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...186.


No habia ido por la pension, sospechosamente, desde el dia de lo de Puig. Su ropa estaba alli. Y tambien sus cosas mas personales, aunque la austeridad siempre fue una de sus caracteristicas y no poseia demasiadas. No lo habia visto nadie en ninguna parte. El gran misterio. Lorenzo Vila era el desaparecido mas invisible de todos los desaparecidos posibles. Y, sin embargo, Ernesto sabia que no podia estar muy lejos; no tanto como para que nadie lo encontrara.
Tantos meses trabajando juntos...
A cada cerdo le llega su samartin, rio para si mismo.
Desde aquella esquina podia ver las dos calles que envolvian a Casa Flora. Si alguien salia o entraba, deberia verlo. Llevaba alli desde el amanecer. No tenia sentido que madame Gloria se arriesgase, ni que el se refugiara bajo las faldas de un puñado de rameras, sobre todo el, pero Ernesto seguia medio oculto, sin otra idea mejor que poner en practica. Su padre estaba furioso. Don Rafael estaba furioso. Ahora no podian cometer fallos. Lorenzo vivia en el ojo del huracan y cuando saliese de el seria su fin.
Una mujer, desde luego no una prostituta porque era de aspecto normal, salio de la calle mas alejada. Su paso fue rapido. Ernesto no la conocia, pero supo que provenia de la parte trasera del prostibulo. Se envaro sin saber que hacer, hasta que ella levanto una mano para detener un taxi.
No lo penso dos veces. Su coche estaba aparcado a unos metros, corrio hacia el, subio, arranco y empezo a seguir al taxi, que no iba muy de prisa.
El trayecto fue relativamente corto, aunque se dirigieron fuera del centro. El taxi se detuvo delante de una casita de una sola planta, humilde y sencxilla, como todas las del barrio. La mujer bajo, el vehiculo la espero, y ella llamo a la puerta. La abrio otra mujer, joven y muy guapa, aunque tenia visos de haber sido golpeada. La que provenia de Casa Flora le entrego un sobre. Hablaron menos de un minuto. Despues, la primera volvio al taxi y la segunda cerro la puerta.
Ernesto se quedo solo.
No supo si estaba dando palos de ciego o que, pero no tenia nada mejor que hacer. Nada.
Bajo de su coche, tan negro y vulgar como casi todos los que circulaban por la capital, y camino hasta la casa. No llamo a la puerta. Busco una ventana y atisbo dentro por entre las cortinas. La mujer, una mexicana joven y preciosa, de piel cobriza y exuberante cabello nagro, parecia estar llorando. Desde luego alguien se habia ensañado con ella unos dias antes. La carta que acababa de recibir estaba en su mano derecha.
Hizo algo mas.
Se levanto de pronto, fue hacia la cocina, prendio una cerilla y la quemo.
Ernesto fruncio el entrecejo.
La mujer dejo caer las negras cenizas, casi volatilizadas, y entonces entro en una habitacion. Ernesto rodeo la casa sin hacer ruido. Logro meter la cabeza por una ventana abierta y descubrio a su belleza tendida en una cama. Seguia llorando.
Pero desde luego estaba sola.
No supo que hacer. Penso en entrar y preguntar. Comprendio que era absurdo. Tal vez fuese una prostituta de Casa Flora. Ella si era hermosa. Quizas no tuviese nada que ver con Lorenzo.
Regreso al coche, recordo las señas, lo puso en marcha y se alejo de alli.
Maldito hijo de p.ta, mascullo. ¿Donde diablos estas?.
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23-08-12 13:20 #10451107 -> 10448277
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...187.


Fue Natalia la que puso el dedo en la llaga.
¿Que hacemos?
Elias plego los labios y se encogio de hombros. Se enfrento a su esposa tan abatido como resignado.
Tu decides.
No, es cosa de los dos, protesto ella.
Pues esta claro que no quieres irte dejandolo solo.
Dios santo..., suspiro Natalia.
Ahora tiene a Sara.
Si, eso es cierto. Logro hacerla sonreir. Ha sido la mejor noticia posible, ¿verdad?
Sara acababa de irse. Los dos, ella y su padre, les habian confirmado lo que ya era evidente para todos menos, casi, para ellos mismos.
La vida es extraña, comento Elias.
¿Lo crees?. Natalia se sento a su lado y le cogio las manos. Sus ojos lo arroparon con dulzura. Penso en el hijo que esperaba, pero continuo callada. Yo mas bien pienso que es magica. La vida te sorprende siempre.
Eres una romantica.
No, fijate, insistio. Tu y yo nos conocimos en el peor momento, escapando de España en un barco rumbo a lo desconocido. Y, encima, con nuestros padrtes enfrentados desde el mismo viaje. Despues, viniste a por mi, luchaste. Mas tarde, papa se quedo solo, y cuando parecia que todo habia terminado para el, aparecio Sara. Ahora se quieren y lo han comprendido hasta el punto de aceptarlo y seguir juntos. Todas esas cosas...no se, estan unidas. Buenas y malas. Pero no podemos renunciar a ninguna.
Tu padre se casara con Sara.
Seguira estando en peligro.
¿Y contigo aqui, no?
Elias, Elias...no se que hacer, estoy hecha un lio.
Yo tambien, por todo esto y por mi padre.
¿Por que?
El Proyecto Magno es tan cosa suya como de los otros tres que cito tu padre en su articulo.
Natalia abrio los ojos al maximo.
¡Tu padre no podria...!, empezo a decir.
El no, pero sus socios puede que si. Y para el caso es lo mismo. Se odian, tu misma acabas de decirlo. Se odian como crios por una estupida discusion mantenida cinco años atras. Bueno, mi padre odia al tuyo. Valeriano es demasiado inteligente como para llegar a eso, aunque lo desprecia. Es de locos.
¿Entonces tu quieres quedarte por tu padre?
No, insistio el. Quiero quedarme por ti, si tu decides quedarte.
Elias, le presiono las manos. Si no nos vamos ahora, tal vez no lo hagamos nunca.
Puede surgir unma nueva oportunidad.
No. El equipo esta cerrado. Es ahora.
¿Tratas de convencerme a mi?. Es tu padre, Natalia. Te repito que lo que decidas estara bien. Hemos sido felices aqui. Podemos...
Teniamos un sueño, y estamos a punto de conseguirlo. Me da tanto miedo quedarme como marchante.
Os vais.
La voz de Valeriano, surgiendo de la puerta entreabierta a sus espaldas, los asusto.
¡Papa!
No era mi intencion escuchar lo que decis, pero no he podido evitarlo, se excuso el entrando en la habitacion. ¿De que tonterias estais hablabando, si puede saberse? ¿Pensais que soy un crio de cinco años como Juanito o que?
Papa, lo que te ha pasado...
¡Han intentado asustarme, nada mas! ¡Y lo han conseguido, creeme!
Tu nunca te has rendido, insistio ella.
Cariño, Valeriano tambien se sento a su lado, el articulo que escribi fue lo unico que pude hacer. Narciso Guzman me lo dijo: sin pruebas, no hay nada mas. Asi que se acabo.
¿Y si tuvieras esas pruebas, papa?
La pregunta floto igual que una espada de Damocles sobre sus cabezas.
Valeriano supo que no podia mentir, y menos a su hija.
Entoces las publicaria, reconocio.
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24-08-12 12:40 #10454116 -> 10451107
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...188.


Cualquiera de los hombres que soportaban los gritos era mas alto y mas fuerte que don Rafael, pero ninguno osaba levantar la cabeza. Todos miraban al suelo, y mas de uno incluso temblaba. Conocian de sobra las iras de su jefe. Alguno habia visto sus consecuencias mas directas.
¡No puede haber desaparecido!
Crispulo Sanchez, apoyado en la mesa entre el y el resto, fue el unico que hablo, dada su condicion:
No se ha ido de la ciudad, eso seguro. Hay gente que lo conoce en las estaciones.
¿Entonces donde esta?, repitio la pregunta don Rafael.
Usted lo conoce bien, patron. Y yo tambien, y algunos muchachos. Lorenzo es imprevisible, siempre lo fue.
¿Seguro que no esta en casa del periodista?
Seguro, patron. La vigilamos, y en un momento en que no habia nadie en el piso, llamamos y nada.
¿Casa Flora?
Se lo dije. Uno hablo con una de las chicas. No saben nada.
Puede tenerlo ella, la señora Gloria. Nadie ha estado nunca en el piso de arriba.
Puede, reconocio Crispulo.
¿Quiere que vayamos alla por la brava, patron?, se atrevio a preguntar otro de los colaboradores mas directos.
La docena de hombres que aguantaban el enfado de don Rafael levantaron la cabeza al unisono. La idea de entrar como una manada de caballos salvajes en Casa Flora no parecio gustarles demasiado.
No puedo creer que esa mujer sea tan estupida, reconocio su jefe.
Patron, volvio a hablar Crispulo. ¿Y si Justiniano se equivoco?
Yo no me equivoque, dijo el aludido. Conte lo que paso, nada mas. Me golpeo uno que sabia boxear y eso es todo. Y, si no fue Lorenzo, ¿por que desaparecio?
Entonces hay otra pregunta que no nos planteamos, continuo Crispulo. ¿Por que lo hizo? No tiene sentido.
Tal vez deberiamos hacernos una pregunta, reflexiono don Rafael: ¿Como lo supo?
¿Usted no se lo platico?
A el, no. Siempre quiso quedarse al margen.
Pero es leal. Nunca nos fallo antes, lamento el hombre.
Se encontro con la mirada critica de su amo.
¿Y si hay una causa mayor?, se pregunto don Rafael en voz alta.
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25-08-12 12:57 #10456949 -> 10454116
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...189.


Las cuatro fotografias, todas iguales, copias de la misma imagen madre, formaban una linea recta sobre la mesa. En cada una de ellas, los cuatro hombres, fotografiados tras el cristal secreto de la sala en la que se habian reunido, vivian tan ajenos como estaticos a la realidad de su captura en aquel segundo hecho eternidad.
Berta los contemplo una vez mas.
Las cosas son asi, les dijo.
Tenia la decision tomada: era inevitable. No se planteo siquiera pensarlo de nuevo. Primero cogio una hoja de papel en blanco y ensayo distintos tipos de letra, espaciadas, mas juntas, verticales, hacia un lado, hacia el otro. Tambien lo probo con la izquierda, pero fue un desastre. Una vez decidida la forma de redactar la nota, la escribio varias veces a modo de borrador. El texto era simple. Apenas dos docenas de palabraqs. Cuando estuvo segura de no equivocarse puso cuatro hojas blancas y, de forma paciente, escribio cuatro veces la nota. No le temblo el pulso. Tampoco lo hizo cuando , en cada uno de los cuatro sobres y con la misma letra, escribio los nombres de los destinatarios.
Una maquina de escribir siempre podria rastrearse, por muchas razones. Falsificar una manera determinada de formar palabras era distinto. Aquella letra no tenia nada que ver con la suya. Y habia comprado personalmente el papel, los sobres, la tinta y la pluma, en una tienda muy lejana. Las cuatro copias de la foto tambien las habia hecho alguien que no hablaria. De eso estaba segura.
Introdujo cada una de las notas,perfectamente dobladas, en cada uno de los sobres. Despues, las cuatro fotografias. Los cerro y solo entonces oyo la fuerza de su corazon. Antes de levantarse echo las pruebas caligraficas a la papelera y guardo el negativo y su propia foto en el cajon de su mesa. Se levanto de prisa, sin cerrarlo con llave. Ni siquiera se dio cuenta de ello. Lo unico que queria era terminar con el problema cuanto antes. De pronto, las cuatro cartas la quemaban.
Maria la esperaba abajo, con el niño. Era un chico de unos diez u once años, hijo de una prima suya. Tenia la mirada despierta y parecia impresionado por tanto lujo. Su asistenta ya le habia pagado. Y con generosidad.
El taxi ya la espera, señora.
Salieron fuera. Un viejo Ford que tenia muchos años aguardaba en la entrada posterior. El taxista, tan viejo como su coche, alzo las cejas al verla aparecer. Se arrepintio de no estar fuera para abrirle la puerta, pero ya era tarde. Berta y el niño subieron al automovil.
Haremos cuatro trayectos, y despues regresaremos aqui, informo al hombre.
A su servicio, señora.
Le dio la primera direccion y el automovil se puso en marcha.
¿Como te llamas?, le pregunto al niño.
Chuy.
Era el diminutivo de Jesus.
¿Sabes lo que has de hacer?
Entrar en cada uno de los sitios, entregar el mandado y salir corriendo.
Muy bien.
Ya no volvieron a hablar. El niño quizas no hubiese ido nunca en un taxi. Lo miraba todo con atencion. Tambien a ella, de reojo. Su ropa, su clase, su peinado, su maquillaje.
Llegaron al primero de los cuatro destinos.
Berta vio bajar al niño. Contuvo la respiracion. Empezaron a surgir dudas y tinieblas en su mente. ¿Y si uno de ellos entraba o salia en ese momento de sus respectivos edificios, y la reconocia? ¿Y si detenian al niño? No, no tenia sentido que lo detuvieran. Era un mensajero. Nadie detiene al mensajero. En cuanto a si misma..., se hundio un poco en el asiento, hurtandole su imagen a posibles testigos exteriores.
Ahi viene su hijo, señora, oyo deecir al taxista.
Una; quedaban tres.
Puntos:
26-08-12 16:31 #10459731 -> 10456949
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...190.


Ramon levanto la cabeza al abrirse la puerta de su despacho. Eloisa, su secretaria, llevaba un sobre en la mano. Se lo puso delante.
Acaban de traerlo. Han dicho que era personal y urgente.
¿Quien lo ha traido?, cogio el sobre.
Un niño.
Gracias, Eloisa.
Empezo a abrirlo antes de que ella se retirara. No habia remite; eso lo desconcerto, pero no se dio cuenta de que era un anonimo hasta descubrir su contenido.
Primero miro la fotografia.
Sebastian Salinas, Amadeo Reyes, Rafael Santoña y el mismo.
Los cuatro juntos.
Algo que nadie debia ver jamas.
La sangre se le escapo de todas partes. Desaparecio de sus venas. Se quedo frio y con la mente en blanco. La foto era real pese a haber sido trucada. Se los veia a ellos cuatro, pero no el lugar en el que se encontraban. Todo el fondo quedaba ennegrecido. Claro que aquello era una copia.
Desplego la hoja de papel, temblando. Tuvo que leerla tres veces para comprender su significado a pesar de que ya todo era demasiado evidente: <<Si le sucede algo a Lorenzo Vila, el original de esta foto se publicara en la prensa. Su tranquilidad depende de esa vida.>>
Ramon intento razonar.
Y no lo logro.
Queria levantarse, echar a correr, hacer algo, llamar por telefono, pero continuo aplastado en su silla sin lograr reaccionar. Por esa razon se sobresalto al oir el timbre del telefono. Este lo condujo de nuevo al mundo real, un mundo en el que no estaba solo. Tardo en descolgar el auricular.
¿Si?
El licenciado Salinas, anuncio la voz de Eloisa.
Espero.
Hasta que oyo una respiracion agitada al otro lado.
¿Salinas?, logro decir.
Hemos de vernos, fue tan seco como escueto el politico. Hoy mismo.
¿Tambien la ha recibido?
La pausa duro un par de segundos.
Si.
Entonces Reyes y don Rafael...
¿Quien es ese homnbre, Lorenzo Vila?
¿No ha hablado con don Rafael?
No, iba a llamarlo ahora.
El se lo dira.
No haga nada, Alcaraz. Espere nuestra llamada y este tranquilo.
No hacer nada. Estar tranquilo. El mundo se habia desmoronado en España cinco años atras. Ahora amenazaba con hacerlo en Mexico. El vertigo le lleno la cabeza de zumbidos; lo emborracho hasta volverlo del reves.
Esta bien, dijo sin apenas voz. Y lo repitio mas para si mismo que para Sebastian Salinas: Esta bien.
Puntos:
27-08-12 16:55 #10463013 -> 10459731
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...191.


No tenia sentido permanecer otra noche mas en la casa. No le gustaba dormir en la cama de Berta. Los olores y las sensaciones eran cada vez mas fuertes. Y no es que se vieran demasiado, todo lo contrario, pero cada vez que estaban juntos... Hasta las conversaciones eran abstractas. A veces deseaba cogerla, abrazarla, desnudarla. Y otras veces creia que iba a hacerlo ella. Pero no sucedia nada. Una larga espera. Larvas traicionadas por la naturaleza, que no sabian cuando llegaba la primavera.
Lorenzo se levanto.
Le dolia el costado pero menos de lo que creia, aun estando de pie como ahora. Tenian razon todos: la herida habia cicatrizado bien. Lo mas importante, la perdida de sangre y la debilidad subsiguiente, remontaba el vuelo. Se sintio con mas animo.
Aumque no tenia idea de que hacer, salvo ir a casa de Rosita y despues...
Marcharse.
Dio unos pasos por la habitacion. Busacba escapar de su influjo, pero no era facil. Su ropa estaba colgada de una percha, en el armario, limpia. Parecia un detalle burdo entre los trajes de Berta, todos elegantes, todos bien cortados. Trajes de mujer. Abrio algunos cajones. Toco la ropa interior, las bragas y los sujetadores. Todo un universo que le era ajeno. Por si acaso se puso la camisa y los pantalones, nada mas. Sentia que las fuerzas volvian a el.
Se atrevio a salir. El piso estaba habilitado como vivienda. Una escalera discreta descendia hasta la planta inferior. No vio rastro de Maria, y, dada la hora, tampoco oyo ningun sonido procedente de abajo. Se asomo y bajo los primeros peldaños. Al llegar al piso intermedio descubrio el lujo, las salas privadas, con las puertas cerradas. La unica vez que estuvo alli, con don Rafael, tanto tiempo antes, su jefe entro en un despacho mientras el lo esperaba fuera.
Se oriento para buscarlo y lo encontro sin dificultad. Primero llamo a la puerta. Despues la abrio y metio la cabeza. Todo tranquilo. Entro y se imagino alli a Berta, como empresaria, dirigiendo aquel palacio de los sueños. Una extraña carrera la seguida por ella desde el Sinaia.
Y a pesar de todo no sintio ira, ni celos, ni frustracion.
Lo importante de un camino era recorrerlo. A veces uno no se podia desviar de el. Y siempre, siempre, habia un cruce o un desvio, tarde o temprano.
Llgo hasta una cortina. La aparto y vio una sala al otro lado. Fruncio el entrecejo. La primera vez, en aquella sala, el se habia mirado en un espejo.
Berta..., sonrio.
Se detuvo junto a la mesa, se sento en la comoda silla en la que debia de sentarse ella y se arrellano. Fueron apenas unos instantes. Iba a levantarse cuando vio la papelera. No le habria prestado la menor atencion de no ser porque leyo su nombre.
Escrito varias veces en un papel.
Alargo la mono derecha, recogio las cuartillas y las leyo. La frase lo golpeo en mitad de la razon: <<Si le sucede algo a Lorenzo Vila, el original de esta foto se publicara en la prensa. Su tranquilidad depende de esa vida.>>
Una foto.
Berta jugaba con fuego.
Abrio los cajones laterales del despacho. No encontro nada. El central era el ultimo. Tenia cerradura, pero tiro de el y no encontro la menor resistencia. Ni siquiera tuvo que buscar demasiado. La fotografia estaba alli. Ella y el negativo.
Sebastian Salinas, Amadeo Reyes, Ramon Alcaraz y don Rafael.
Cielo santo..., exhalo. Pero...,¿que has hecho, Berta?
Puntos:
28-08-12 16:27 #10466137 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...192.


El taxi se detuvo en el mismo lugar que una hora y media antes. Todavia era temprano. Le pago al hombre la carrera, con generosidad, y despues bajo del vehiculo. Chuy ya habia cumplido, asi que, despues de la ultima entrega, se marcho feliz y con un beso en la mejilla.
Berta entro en la casa.
Subio directamente a la tercera planta. Queria ver a Lorenzo. Ahora si, ahora necesitaba hablarle, confiarle la verdad, quitarse de una vez las malditas mascaras. El no tenia a donde ir, estaba acorralado, pero no podrian hacerle daño; no, mientras existiera aquella foto. Por tanto, cabia la posibilidad de que se quedara. Tozudo o no, necesitaba creer en la esperanza de convencerlo.
El momento de la verdad.
Un sueño.
Abrio la puerta de la habitacion sin llamar. La cama estaba revuelta pero vacia. Miro en direccion al servicio.
¿Lorenzo?
Ninguna respuesta.
Entonces se fijo en el armario, abierto de par en par.
Berta salio de su habitacion a la carrera.
¡Maria!
Se encontraron en medio. No tuvo que preguntarle nada.
Señora, lo siento... Lo he visto salir de su despacho, hara cosa de diez minutos. Le he preguntado por que estaba en pie y que hacia ahi, sin usted, porque nadie entraba sin su permiso, y...ni tan solo me ha respondido. Ha subido al piso de arriba, ha terminado de vestirse y se ha marchado.
¿En mi despacho, dices?
Señora...
Maria estaba muy nerviosa, casi a punto de llorar. Berta se olvido de ella. Cuando se precipito hacia la puerta de su despacho casi supo lo que iba a encontrar, por absurdo que se le antojase.
Vio la papelera, las hojas de papel arrugadas y extendidas sobre la mesa, el cajon abierto.
Sin la foto original y el negativo.
¿Y ahora que?, se pregunto a si misma en voz alta.
Puntos:
30-08-12 17:23 #10485262 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...193.


¿Cuantas veces habia entrado en aquel despacho para encontrarse a Narciso Guzman silencioso, mirando por la ventana hacia la calle? ¿Y cuantas para verlo detras de su mesa, esperandolo, listo para encargarle un articulo o para discutir el que acababa de escribir? El tiempo hacia de acordeon para lo bueno y para lo malo. Habia eternidades muy cortas, y brevedades infinitas.
Y supo que, en esta oportunidad, el tiempo se habia detenido entre ellos.
¿Señor Guzman?
Se introdujo en aquel pequeño templo. El director del periodico continuo sentado, observandolo con ojos inciertos. Unos ojos muy profundos y, de pronto, cansados, agotados hasta el limite, como su voz.
¿Como se encuentra?
¡Oh, vamos, no fue nada!, agito la mano derecha por delante, quitandole importancia al tema.
¿Y eso?, Narciso Guzman señalo su frente.
Me lo hice yo al caer, ¿por que nadie me hace caso? Ni tan solo fue lo que se ha dicho, ¡por Dios! Dos vulgares ladronzuelos.
Habia que protegerlo.
¿Diciendo que fui victima de un ataque perpetrado por intereses ocultos y determinados a silenciarme?, lo dijo con enfasis periodistico. Esto es Mexico, no Estados Unidos.
Sabia que no iba a convencerelo, pero tenia que intentarlo. El director de El Independiente no cambio de expresion, al contrario. Aquel cansancio se hizo mas y mas extremo. El agotamiento fue lo que le desnudo.
Se acabo, Valeriano.
Por supuesto: aqui estoy, ¿no? Si me quede ayer y no vine a trabajar ni escribi nada fue por mi hija, para tranquilizarla.
Habia esperado que el, precisamente el, Narciso Guzman, lo visitara. Pero no habia sido asi.
Vinieron a mi casa, dijo el hombre.
¿Quienes?
Era la pregunta mas absurda que jamas habia hecho.
Me amenazaron a mi, movio la cabeza ligeramente, como quitandole importancia al detalle. Amenazaron a mi mujer y a mis hijos.
Señor Guzman..., se quedo sin aliento.
Valeriano, lo intentamos, ¿de acuerdo? Lo intentamos, bien lo sabe Dios, pero no se puede luchar contra ellos. Se lo dije. Son demasiado poderosos. No hay forma de vencer.
Con pruebas, si.
¿Que pruebas, maldita sea? El puñetazo en la mesa fue fulminante. ¡No hay pruebas! ¿Cree que son estupidos? ¡No hay pruebas! ¡Nada que relacione a los cuatro a la vez! ¡Esa es la realidad! ¿Y sabe algo, Valeriano?, lo apunto con el dedo indice, temblando. Aunque las hubiera... se acabo, ¡se acabo! Salinas, Reyes y Alcaraz son politicos u hombres de negocios, pero Rafael Santoña, no. Ellos pueden seguir sobornando, comprando; el cuarto, en cambio, morira matando. Y mi familia no tiene la culpa, se lo aseguro. Ni vale la pena.
No diga eso, señor Guzman.
¡No vale la pena! repitio el puñetazo. ¡Siempre habra un Salinas corrupto, un Alcaraz ambicioso, un Reyes dispuesto a todo! Pasan los años y cambian los nombres, pero siempre aparecen! ¡Y por ultimo estan los don Rafaeles, los pistoleros, los gangsters. Asi que se acabo, lo digo en serio, Valeriano: es el fin. Olvidelo.
¿Nos rendimos?
Yo, si. Usted, no lo se.
No queria juzgarlo, y mucho menos culparlo, asi que se enfrento a su mirada con sentimientos encontrados.
En España empezaron callando, y ya ve lo que paso, logro manifestar no sin cierta ambigüedad.
En España hubo una guerra de ideas. Esto es solo dinero. Valeriano, intento convencerlo mas con los ojos que con las palabras, si quiere seguir escribiendo en El Independiente, tendra que olvidarse de esta historia. Asi de sencillo. Lo intentamos y perdimos. El Independiente se retira. Si esta tan loco, si realmente quiere jugarse la vida y la de su familia, el dia obtenga esa tan deseada prueba publiquela en su revista.
Narciso Guzman no esperaba aquello.
Es lo que pensaba hacer, señor director, dijo Valeriano.




"Comienzo a entender lo que paso.
¿Estas seguro?
Berta se volvio loca si penso que podria amarrar y controlar a don Rafael. Con los otros tres era distinto, ninguno era un asesino, pero con ese maf.oso... Lo hizo por desesperacion, claro. Lorenzo se le escapaba otra vez de entre las manos. Fue ella, a la postre, la que abrio la caja de los truenos.
Fue mas bien Lorenzo, al inmiscuirse en la agresion a Valeriano Puig. Pero si, es cierto, Berta prendio la mecha.
Aunque...¿como supieron que la fotografia procedia de Casa Flora, si como dices el fondo habia sido borrado y solo se los veia a ellos cuatro? Antes de reunirse en el prostibulo lo habian hecho en otras partes. Fue la precaucion la que los llevo a buscar un terreno en el que sentirse seguros. No tenian por que sospechar nada.
Lo supieron por una casualidad, como siempre suele suceder.
Y Lorenzo, con la foto y el negativo, tenia en sus manos la llave final.
Berta se habia jugado la vida para salvarlo a el. Ahora Lorenzo tenia que jugarse la suya por la misma razon.
Ya se lo que hizo el.
¿Sabes tambien quien murio y por que?
Continua".
Puntos:
31-08-12 17:37 #10488519 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...194.


Ramon fue el ultimo en llegar al despacho de don Rafael. En la planta baja de Contratas Santoña, no habia mas que dos hombres, aunque no con aspecto de oficinistas. Le echaron una simple ojeada, y cuando el dijo quien era, ellos aseguraron que ya lo sabian, que subiera, que estaban esperandolo. Lo hizo y mientras caminaba hacia aquella puerta se sorprendio por no oir nada al otro lado. Ni una voz.
Sebastian Salinas estaba sentado, pierna izquierda cabalgando sobre la derecha, sostenia un vaso de licor y miraba a Amadeo Reyes. El industrial estaba de pie; daba la impresion de haberse movido como un leon enjaulado porque se detuvo en seco al verlo aparecer. Don Rafael acupaba su butaca, su trono. Sostenia la fotografia en las manos.
Con aparente tranquilidad.
Caballeros..., balbuceo Ramon.
No hubo apretones de manos. Ninguna cordialidad. Ramon no supo que hacer hasta que don Rafael se lo dijo, o mas bien se lo ordeno.
Sientese. Y usted tambien, Reyes.
Lo obedecieron. Los tres al otro lado de la mesa. Por su posicion, o por estar habituado, fue el politico el que trato de abrir el fuego.
Deberiamos actuar conjuntamente pero por separado, pensar...
Callese, licenciado.
Se lo pidio con naturalidad, sin gritos ni esfuerzo, pero dejando bien a las claras quien mandaba alli. Y tal vez incluso fuera de alli. Sebastian Salinas miro a don Rafael y por un momento parecio que iba a responderle. Solo fue una ilusion.
Sobrevino un nuevo silencio.
Crispado, lleno de gritos ocultos.
Don Rafael miraba la fotografia, atentamente.
¿Saben?, comenzo a hablar de pronto, sin mover los ojos de ella. A veces estamos tan ciegos, que ni tanto asi vemos lo que tenemos delante, como ahorita mismo.
No hubo respuesta, solo la misma espera, ahora mas curiosa e inquietante.
Andaba yo preocupado, como ustedes, lo dijo arrastrando cada palabra, alargando la <<a>> de <<preocupado>> y la primera <<e>> de <<ustedes>>. Miraba esta foto y...bueno, la <<e>> kilometrica, oia algo acasito, se toco la sien: bum-bum, bum-bum, bum-bum...Y poco a poco... el gran bum. Antes de que llegaran ustedes, ya ven. Tan preocupados y la clave esta ahi, en la misma foto.
¿Que quiere decir?, pregunto Ramon.
Estuvimos muchas veces juntos, ¿no les parece, socios?, don Rafael les mostro los dientes en una falsa sonrisa.
Si, muchas, le toco el turno a Amadeo Reyes. Pudieron tomarla en cualquier momento, hace tiempo.
Ahi es donde se confunden, objeto el maf.oso. No pudieron tomarla mas que un dia, y en un lugar. Y siendo asi...
¿Sabe cuando y donde hicieron esa instantanea?, reacciono Sebastian Salinas.
Y quien.
Lo dejo caer como una pequeña bomba. Causo el efecto esperado. Sus tres visitantes quedaron aplastados en sus asientos.
No se ve nada. Han ocultado el fondo, objeto Ramon.
Se ve lo suficiente. Miren, les puso la foto frente a ellos, sujetandola con ambas manos por los lados. ¿Que es lo que ven?
Miraron la fotografia. Lo miraron a el. Nada cambio.
Ni la sensacion de animo que don Rafael intentaba darles.
¿Cuando nos vimos por ultima vez los cuatro, caballeros?
En Casa Flora.
¿Recuerdan algo de ese dia?
No, dijeron casi al unisono.
¿Les gusta mi chaleco?, puso un dedo encima de el en la imagen.
¿Su...chaleco? repitio el director de gobierno para Urbanismo y Planificacion.
Aquel dia me puse por primera vez ese chaleco, señores. Me lo obsequio mi hija menor. Recuerdo que usted, señalo al politico, dijo que era estridente. Platicamos de la familia. Volvio a tocarse la sien con un dedo. La memoria es una buena cosa para sobrevivir.
La idea acabo de envolverlos.
¿Casa Flora?, logro expresar Amadeo Reyes.
¿Madame Gloria?, pronuncio el nombre Sebastian Salinas.
Hija de p.ta...,Ramon se llevo una mano a la frente al suspirar.
Don Rafael se puso en pie. Ya no sonreia ni aparentaba tranquilidad. Volvia a ser un leon en libertad. Alguien peligroso. Para todos.
Vayanse a sus casas. Salgan de uno en uno. Y olvidense del asunto, ¿me han comprendido?
¿Que va a hacer?
Don Rafael hundio sus ojos como cuchillos en Ramon.
Usted siempre me anda preguntando, lo dijo con extremo desagrado. Usted siempre tiene esa carita de miedo y de asombro y de huy-huy-huy. Por supuesto, volvio a alargar una letra, en este caso la <<e>>, se las dan de respetables, de licenciados, de caballeros. Todo porque no tienen agallas, ya ven. ¿Y don Rafael?¡Oh, claro, don Rafael! ¿Quien reparo en ese detalle del chaleco? ¿Y quien recuperara y destruira ese negativo ahora que sabemos donde esta? Endurecio de nuevo el gesto, y ya no les dio oportunidad para nada mas al agregar: Con Dios, señores. Y actuen como si no sucediera nada, porque...¿saben?, no sucede nada.
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01-09-12 18:38 #10491642 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...195.


El silencio era cada vez mayor.
Jamas lo habia odiado tanto como en aquel dia.
Cada segundo, un año; cada minuto, un siglo; cada hora, una eternidad. Y por encima de todo la incertidumbre.
Todas las preguntas.
Pronto llegarian los primeros clientes, los impacientes, los incontenidos y tempraneros. Pronto oscureceria. Pronto se llenaria la casa de vida, risas, champan, alegria, sexo.
Lo unico que no habria jamas alli seria amor.
Ningun amor cabia en aquellas paredes de cristal.
Berta se levanto de la cama. Ella estaba vestida, y la cama tal cual la habia dejado Lorenzo al marcharse. Primero permanecio boca abajo durante un enorme lapso de tiempo. Cuando hubo aspirado todo su aroma se puso boca arriba. Intento pensar sin hallar mas que un laberinto en su mente, buscar logicas donde no habia mas que perplejidades, razonar cuando la unica razon era tanta incertidumbre.
Habia pensado en marcharse, salir corriendo.
Pero seguia alli, aferrada a una esperanza.
Se acerco a la ventana para mirar la calle desde las alturas. Un hombre caminando, un coche circulando y poco mas. La parte posterior de Casa Flora siempre navegaba entre la discrecion y el olvido.
En parte, como todas las calles cuando no has de volver a pisarlas nunca mas.
Berta volvio la cabeza.
Un ruido, el escalon que gemia si no se lo pisaba de lado.
¿Maria?
Nada.
¿Lorenzo?, susurro sin apenas voz.
Abandono la ventana y camino hacia la puerta de la habitacion. Lo hizo despacio, aunque por dentro ya estuviese corriendo.
Para huir o para abrazarlo a el.
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03-09-12 20:19 #10500146 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...196.


Lorenzo intento descolgarse utilizando solo la mano derecha. Hasta el momento habia tenido suerte. Pero en el ultimo paso, el ultimo salto, esa suerte le habia sido esquiva. Subir al edificio contiguo, correr por la azotea, incluso bajar por las cañerias colocando los pies en los soportes, era una cosa. Sujetarse de un saliente para balancearse y caer en la terracita del segundo piso de Contratas Santoña, otra.
Intento que todo fuese muy rapido.
El balanceo, el impulso, el gesto.
Fue como si le aplicaran una barra de hierro candente en la herida. Habia vuelto a sangrar pese a su buen aspecto, asi que ahora imagino que tal vez volviera a estar abierta. Lo primero que hizo tras flexionar y rodar sobre el suelo de celosias fue llevarse la mano derecha al costado. Se tomo su tiempo para recuperarse y logro acompasar la respiracion. La mancha de sangre resultaba evidente, aunque no aparatosa.
Aguanta, ¿de acuerdo?, le dijo a la herida.
Espero un par de minutos. Se levanto y se acerco a los ventanales. Daban a la parte trasera, y el despacho de don Rafael quedaba en la delantera. Corrio la cristalera y entro en una habitacion vacia. Un pasillo muy breve, mas bien un simple rellano, con la escalera a la izquierda, lo comunicaba con la salita y el despacho de su objetivo. Al otro lado la puerta estaba entornada.
Cuando entro, don Rafael estaba de pie, con un vaso en una mano y uno de sus enormes cigarros en la otra. Parecia contemplar la ciudad desde su pequeña torre de marfil.
Y al verlo, solo sus ojos lo traicionaron levemente.
Lorenzo, dijo con admiracion.
¿Que hay, don Rafael?, lo saludo.
Dimelo tu.
Bueno, fingio indiferencia, creo que ha habido un malentendido.
¿De veras?
La otra noche me ataco un hombre, Manuel Tejada, uno que andaba con mi ex novia y todavia seguia celoso. Aparto la chaqueta para que le viera la sangre. Me hirio de gravedad, estuve inconsciente, sin fuerzas, y ahora me entero de que todo esta patas arriba y andan buscandome.
Don Rafael apuro el vaso. Lo dejo sobre la mesa, dio una larga chupada al cigarro y prolongo el silencio hasta el limite. Su pregunta fue una rendicion, sin caretas, sin salida.
¿Por que, Lorenzo?
Habia dolor en cada inflexion.
Yo confiaba en ti, continuo hablando al ver que su visitante no lo hacia.
Y puede seguir confiando.
Ya no, fue terminante.
Puede que esto le demuestre lo contrario.
Lorenzo llego hasta la mesa. Extrajo un sobre del bolsillo de su chaqueta, lo abrio y deposito encima de la madera una fotografia y un negativo. Luego espero.
Don Rafael contemplo la imagen, la de verdad, sin trucar, con el fondo de aquella sala en Casa Flora. Y luego el negativo.
Probablemente era lo que menos debia esperar, porque no oculto su sorpresa.
¿De donde lo has sacado?
¿Que importa eso?
Si importa.
Esa es la garantia de su seguridad; la suya y la de sus socios. ¿Que puede ser mas importante que eso?
¿Crees que en mis negocios puedo ir dejando cabos sueltos? ¿Ir de un lado a otro sin saber que pasa en medio para que luego alguien termine por rifarme? ¿Por quien me tomas, Lorenzo? Eso es bueno, señalo la foto y el negativo, pero no basta. No vas a salvarla asi, ni te salvaras tu como salvaste a Puig.
Se rindio. Ahora, si.
No era matandolo a el como se solucionaba el problema. Ni se solucionara si le hace algo a Berta.
¿A quien?, le basto un segundo para comprender. Oh, ya veo. Berta.
Vamos, don Rafael. Ella esta controlada.
¿Por ti?
Si.
Otra chupada al cigarro. Mas larga. Solto una nube de humo que lo desvanecio todo entre los dos.
Ya me dijo mi papa de niño que no me fiara de un hombre que no fuma, manifesto.
Lorenzo desperto de golpe.
¿Como la relaciono a ella con esa fotografia?
¿Que importa ya eso, Lorenzo?, su gesto abarco lo inevitable. Puede que hayas comprado tu vida con eso, apunto la foto y el negativo; eso ya lo vere despues. Pero no puedes comprar la de ella, ni mi respeto.
¿Que quiere decir?, se envaro el.
¡Ah, Lorenzo, carajo!, reaparecio su tono paternalista, dolorido. Me siento tan defraudado. Veia en ti..., busco las palabras con fingida teatralidad. Si, veia rebeldia, algo diferente, buen trabajo. honradez. Llegaste como don Petate, sin nada. Y te ganaste a pulso una reputacion, con coraje. Y a poco ahorita ya ves, le mostro su desagrado. Te creia mas listo.
Nunca le he fallado.
Defendiste al periodista.
Tenia una deuda con el. Y no era la forma de acabar con el problema. Le hice un favor a usted.
¿Un favor?, solto un bufido. ¿Quieres voltear la cosa? La integridad sirve de poco si no tienes nada o estas muerto. ¿Y sabes lo que mas me duele? Que me hayan engañado una p.ta y un don Petate al que tendi la mano.
Ella no es una p.ta, le advirtio Lorenzo.
Asi que andan enamorados, tenso la comisura de los labios.
Eso no tiene nada que ver. Pero ella no es una p.ta. Los dos llegamos a este pais con una historia, como todos. Y sobrevivimos.
¿La conocias?
No. Nunca he llegado a conocerla.
Las mujeres siempre nos pierden, Lorenzo. Andas tu tan de natural y tranquilo, aparece una, te engatusa y...
Don Rafael, se movio inquieto, azuzado por la inquietud, al comprender que el hombre no hacia mas que hablar, y hablar, y hablar. ¿Que ha querido decir con eso de que ya no podia comprar su vida?
Don Rafael miro la hora.
Para Lorenzo fue suficiente.
Dio media vuelta, dispuesto para irse y empezar a correr, pero no pudo dar ni el tercer paso para abrir la puerta.
Quieto, Lorenzo.
La pistola era plateada, casi de juguete. Debio de pertenecer a un jugador o a una persona de buen gusto. Pero sus balas mataban igual que las de otra, y mas a tan corta distancia.
¿Va a dispararme?
Si, sientate.
Voy a irme igualmente.
Con una bala en la espalda no iras muy lejos.
¿Va a arriesgarse a cometer un asesinato? ¿Usted? ¿Y acaba de decir que me creia mas listo?
Ella ya esta muerta, Lorenzo. No vale la pena.
Lo escucho igual que un viento helado, como los del campo de refugiados, como los del Pirineo en aquel invierno atroz, como todos los vientos helados de la muerte. Penetraban muy adentro, y se quedaban ahi largo tiempo.
Dio un paso hacia el. Don Rafael tenso la mano al tiempo que la levantaba con firmeza.
La unica forma de destruir ese negativo era quemar la casa, Lorenzo. Rapido y seguro. Podia estar en cualquier parte, ¿comprendes? Y ella tenia que estar dentro cuando ardiera.
Hijo de p.ta...
Fue a dar otro paso. Esperaba la bala, pero ya no le importaba. Lo unico que no podian imaginar ninguno de los dos era que la puerta del despacho se abriera en ese momento.
¿Da su permiso, don Raf...?
Se quedaron mirando a Ernesto, y Ernesto se los quedo mirando a ellos.
De los tres, el desesperado era Lorenzo.
Su gesto, hacia atras, los pillo de improviso. A don Rafael porque aguardaba su ataque frontal. A Ernesto porque aquello era lo que menos habria imaginado en un millon de años. Lorenzo tiro del hijo mayor de Ramon Alcaraz, se aparto para esquivar una posible bala y despues lo coloco delante, a modo de parapeto. Todo muy deprisa.
La bala fue disparada.
Y alconzo a Ernesto en el pecho.
No hubo una segunda oportunidad. Lorenzo habria hecho lo mismo aunque Ernesto no estuviese herido. Lo empujo con todas sus fuerzas sobre don Rafael, y salto detras para seguir aprovechando su ventaja. El nuevo disparo sono igual que el primero, como un estampiudo seco. Ni siquiera fue excesivamente ruidoso. Una botella de champan. Ernesto lo recibio en el corazon y eso fue lo ultimo que recordo en la vida: la burla de aquel dolor extraño. Cayo de bruces sobre su asesino, y con el Lorenzo, que atrapo la mano armada pugnando por evitar el tercer disparo.
La pelea fue breve. Un forcejeo, Ernesto escurriendose por entre los dos, los ojos de don Rafael vomitando fuego, los de Lorenzo pensando solo en Berta. La mano del maf.oso se doblo hacia si mismo.
Y no hubo piedad.
Lorenzo disparo cuando la pistola tenia el cañon apoyado en su sien.
La sangre lo salpico, pero no sintio nada. Por encima del nuevo silencio oyo el rumor de pisadas, voces al otro lado del despacho, subiendo por la escalera.
¿Don Rafael? ¿Esta celebrando algo? Ese ruido...
Lorenzo no perdio el tiempo. Miro a Ernesto Alcaraz. Le caia un hilo de sangre por la comisura del labio y su cara mostraba toda la sorpresa que sentia en el instante de la muerte. Tampoco sintio excesiva piedad de el.
Lo siento, chico, dijo mientras le ponia la pistola en la mano.
Se levanto, cogio la fotografia de Berta y el negativo. Se los guardo mientras iniciaba la carrera.
La huida por la terraza delantera no era ni mejor ni peor que la entrada por la trasera, pero no tenia otra opcion.
Salio al exterior, corrio las cortinas confiando en que los que subian creyeran que todo habia sido entre los dos cadaveres, puesto que de el no sabian nada, y despues salto a una terraza contigua, en la cual se oculto unos segundos por si, pese a todo, ellos salian al exterior.
La herida volvia a sangrarle, y a dolerle mucho, pero cuando consiguio llegar a la calle echo a correr hacia Casa Flora sin importarle morir por ella o atropellado.
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04-09-12 16:17 #10502732 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...197.

Ramon tenia un presentimiento. Y lo que menos le gustaba en esta vida era tener presentimientos: solian cumplirse.
Apuro la copa de coñac y salio de la sala. No tenia rumbo, no era mas que un leon enjaulado. El unico lugar del mundo donde realmente queria estar era ya el unico al que no podria ir. Ni esa noche ni tal vez nunca.
Cerro los ojos y se estremecio.
Continuo moviendose, poniendo un pie delante de otro aunque no fuera a ninguna parte. Le dolia el pecho. Le dolian las sienes. Algo estaba fuera de control, y aun no sabia que. Y todos, probablemente, eran mas listos que el. Salinas, Reyes, aquel maldito gangster.
El silencio de su casa se hizo opresor.
Una casa muerta.
Amparo siempre estaba en una salita que habia hecho suya, privada. Era su mundo de recogimiento, aislado del resto. Un mundo de imagenes de santos y virgenes que a el le asustaban. le producian rencor y estupefaccion. Recordaba España, la guerra, la quema de iglesias, las imagenes destrozadas. Si le hubiesen dicho entonces que menos de diez años despues las veria en su propia casa...
Si le hubiesen dicho que menos de diez años despues, el se habria convertido en lo que se habia convertido.
Amparo rezaba el rosario.
Ramon quiso gritar, entrar alli, arrancarle aquel objeto estupido de las manos. Quiso y no pudo. Miro por un momento aquel fantasma negro y enlutado, de cuerpo y mente, y se sintio desnudo ante el. La impotencia lo llevo, como tantas otras veces, a la rabia.
Se aparto de alli, regreso a su propio espacio. Necesitaba otra copa de coñac. Se la sirvio y con ella en la mano salio al balcon.
A lo lejos, brillando en la primera hora de aquella noche, vio el resplandor del incendio.
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05-09-12 16:47 #10506398 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...198.


¿Estas triste?
Valeriano calibro la pregunta de Sara. Sentados en el cafe, con sus manos entre las de ella, separados apenas por unos centimetros que ya no eran distancia sino compartir, reflexiono acerca de sus sentimientos y de como se sentia.
No, acabo diciendo mientras esbozaba una sonrisa.
¿Seguro?
¿Por que iba a estarlo?
Mañana se van Natalia y Elias, le recordo Sara, aunque no era necesario. Y despues de lo de Narciso Guzman te sientes traicionado. A veces no se ni como resistes tanta presion.
Natalia y Elias se van para empezar una nueva vida. Son felices. Por tanto, he de sentirme contento por ellos, y tambien muy feliz como padre. Y asi me siento. A ellos no los pierdo igual que perdi a mis otros hijos, ni habra tanta distancia que haga imposible vernos como en el caso de mi hermano Jofre. Seria un egoista si pensara mas en mi que en su propia felicidad.
Les ira bien, lo alento Sara.
Lo se.
Y a nosotros, ya lo veras.
Le acaricio la mejilla. Valeriano se sumergio en el balsamo de su mirada y absorbio aquel contacto en su rostro. De pronto se sentia tan bien, tan lleno de armonias, que salvo Sara ya todo se le antojaba diferente.
¿Como puedes quererme?, le pregunto.
¿Como no puedo quererte?, respondio ella.
Estas loca, y las locas son peligrosas. Creo que deberia llevarte al manicomio.
Valeriano.
¿Que?
Quiero casarme contigo.
Lo habia pensado. Era logico. A pesar de Juanito y Ana, la casa se le iba a caer ahora encima. Y mas para el, cuando el tiempo tenia un valor distinto que para Sara. Pero se lo proponia ella.
Sucedia algo en alguna parte. Las campanillas de los coches del cuerpo de bomberos atronaban el aire con su histerica ansiedad. El infierno debia de andar cerca, pero alli se encontraba un pedazo de cielo propio.
¿Estas segura?
Nunca lo he estado tanto en la vida.
Algunos parroquianos del cafe empezaron a salir fuera, curiosos y hablando entre si.
Otro coche de bomberos pasaba ahora justo por delante del cafe.
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06-09-12 16:35 #10509847 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...199.


Lorenzo vio las llamas aun antes de encontrarse fisicamente con Casa Flora. Sobresalian por encima de los edificios proximos, buscando un cielo en el que se retorcian en una danza sin fin. Tambien su cuerpo ardia, por la impotencia, por el miedo, por la misma certeza con la que supo un dia, en España, que la guerra estaba perdida. Entonces no pudo hacer nada. Ahora...
Doblo la ultima esquina, y se encontro con el espectaculo.
Las dos primeras plantas formaban una inmensa tea que alcanzaba ya la ultima. La madera se consumia rapida, devorada por el fuego. Todo se movia al frente, de manera brutal y dantesca, pero en la calle, los rostros de los testigos asistian al tremendo espectaculo con la luturgia de la naturaleza humana: la de la contemplacion. La gran bola cardena hacia gemir lo que muy pronto serian los restos de la casa. Gritos sordos para oidos sordos. Ojos expectantes que un dia dirian <<yo estuve alli, y lo vi>>, a los que nadie preguntaria <<¿que hiciste?>>.
Lorenzo vio a las chicas.
Agrupadas en mitad de la calle, casi escondidas, algunas con su ropa de trabajo, es decir, sin apenas nada encima. Otras con lo que habian podido coger antes de salir corriendo. Lloraban, se abrazaban, temblaban.
Berta no se encontraba entre ellas.
Corrio en su direccion , de todas formas.
Entonces se encontro con Maria.
¿Donde esta?
La asistenta de Berta tenia sangre en la cabeza y aspecto de ida. El grito de Lorenzo no hizo sino aturdirla aun mas. Disemino arrugas por su frente y cerro los ojos cuando el la zarandeo.
¡Maria, por Dios! ¿Donde esta ella?
La hizo reaccionar. Abrio los ojos y miro la casa.
Me...golpearon..., balbuceo. Y luego...no se... Estaba aqui... Ellas me...sacaron. Las chicas...
¿Estabas arriba?
No, abajo... ¿por que?
¿Y Berta? ¿Donde estaba Berta, Maria?
¿Ber...ta?
Ya no tenia sentido zarandearla. Solo le hizo la pregunta lo mas directa posible.
¿Donde estaba madame Gloria?
Maria no respondio. Miro de nuevo la hoguera. Miro el ultimo piso.
Lorenzo la dejo para echar a correr de nuevo.
La parte delantera de Casa Flora era un muro de fuego. Su unica esperanza era que por atras tuviera una oportunidad. Una sola.
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07-09-12 16:31 #10513349 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...200.


Berta penso, que por lo menos, moriria asfixiada primero.
Eso seria un consuelo.
Las llamas ya estaban cerca, subian por la escalera hacia la parte posterior de la casa. Podia oirlas en el techo, en la azotea, cerrando la trampa en torno a ella. Tal vez el destino queria que su habitacion fuese el ultimo espacio por el que pasearan su triunfo. El humo, en cambio, se filtraba por debajo de la puerta, apenas si intuia ya las formas, se hacia mas y mas denso. Le picaban los ojos.
El espejo le devolvio su imagen difusa por ese humo. Sentada en la silla, atada con toda la fuerza del mundo, con la boca amordazada, parecia una Juana de Arco dispuesta a ser inmolada por la Nueva Inquisicion. En lugar de un obispo de capa roja eshortandola a renegar del diablo y abrazar a Dios Todopoderoso, ella habia tenido un maton a sueldo riendose y escupiendole su apestosa impotencia: <<Nos ha dicho que tenias que pagar, p.ta. Y vas a pagar. Matarte es demasiado facil. Vas a ver como la muerte sube a por ti, y veras arder tu carne de piruja. Tendras tiempo de pensar, y te iras al infierno recordando que no se juega con segun quien.>>
¿Cuanto hacia de eso?
¿Y las chicas?
¿Se habrian salvado las chicas?
Berta quiso toser. Intento impedirlo pero acabo haciendolo. Se ahogo aun mas por el esfuerzo y recordo aquel momento de cine en el que Escarlata O`Hara habia jurado no volver a llorar. Como ella despues. Asi que tampoco lloraria esta vez.
A pesar del miedo.
Penso en Lorenzo.
Y oyo un ruido, la puerta de la habitacion abriendose, o saltando bajo el influjo de las corrientes que provocaba el fuego. Un resplandor le hizo llegar una oleada de calor. No quiso mirar. No era tan valiente. No quiso ver las llamas.
¡Berta!
Quizas ya estuviese muerta.
Movio la cabeza hacia alli y por entre el humo se recorto la silueta de Lorenzo, con la boca tapada.
Si, ya estaba muerta.
Aunque cuando el empezo a desatarla llego a pensar que no, que era real, y que tal vez viviese para contarlo.
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08-09-12 16:48 #10516250 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...201.


Rosita se miro desnuda en el espejo, primero de frente, despues de perfil. No se le notaba todavia nada. Mantenia su esbelta figura. Pero ya solo era cuestion de meses. Se pondria enorme, gorda, fea. O tal vez no. Decian que las embarazadas tenian otra velleza, mas humana, distinta, mas terrenal y menos espiritual. o tal vez fuese al reves.
Tenia nueve meses para descubrirlo.
Se acaricio los senos con la mano izquierda. Llevo la derecha hasta el sexo y paso las yemas por la frondosidad de su vello pubico. Bajo un poco mas, hasta los labios baginales, y ese simple contacto la hizo pensar en Lorenzo. Sintio la humedad, la sintio y la excito.
Eso la hizo detenerse, resignarse, tomar una bata y ponersela por encima.
Por lo menos no estaria sola.
Aunque habria deseado tanto, tanto, que aquel hijo fuese de Lorenzo...
Iba a dirigirse a la cocina, para prepararse algo de cenar, tenia hambre. El embarazo le estaba dando hambre, asi que el, o ella, se lo estaba pidiendo. Penso en un poco de frijol, una enchilada y una gorda. Si, una buena gorda, con mucho maiz.
No llego a la cocina. La detuvo el toque en la puerta. Cuatro golpes separados dos a dos.
Lorenzo solia llamar asi.
Fue a la puerta tapandose un poco, anudando la bata con una cinta. La abrio esperando ver cualquier cosa, pero se encontro con Lorenzo y con una mujer. No quedaba claro quien sujetaba a quien. Lorenzo tenia sangre en la parte izquierda y la mujer parecia recien salida del infierno, chamuscada y ennegrecida, sucia y desarreglada, pese a lo cual ni eso podia borrar tanta belleza. Los tres apenas si se miraron un segundo.
Rosita se aparto para que entraran. Luego cerro la puerta.
No hubo demasiadas palabras; no eran necesareas. Lorenzo fue muy directo.
Necesitamos pasar aqui la noche.
Claro, asintio ella.
Rosita...
Id a mi habitacion, lo detuvo para que no dijera nada mas. Yo dormire aqui. Ahorita mismo te traigo agua, vendas y pomadas para curarte eso, señalo la sangre.
Mañana hablamos, ¿de acuerdo?
Si, Lorenzo.
Fue una voz apenas perceptible, surgida de un pozo profundo y seco. Rosita miro a la mujer. La mujer la miro a ella. Se reconocieron aun sin haberse visto nunca y callaron porque todo estaba dicho con esa mirada.
Ya no hubo mas.
Puntos:
09-09-12 16:56 #10518922 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...202.


La herida estaba mejor de lo que creia.
Se quito la camisa, la venda. Berta lo miraba sentada en la cama, inmovil. No habian hablado. Ni una palabra. Nada desde la salida de la casa en llamas. Nada desde la huida. Nada en el trayecto hasta alli en taxi. Nada. Pero como unos segundos antes a traves de los ojos de las dos mujeres, sus manos entrelazadas fueron el libro abierto de sus emociones.
El silencio fue su abrigo.
Lorenzo se lavo la herida, de pie frente al espejo de la pared. Veia a Berta reflejada en el, sucia y despeinada. Pero supo que jamas la habia deseado tanto. La noche en que la vio desnuda en el Sinaia, o la del beso robado, ya no era mas que un juego casi adolescente.
¿Vas a lavarte?, le pregunto.
No, dijo ella.
¿Por que?
Porque no quiero moverme.
¿Por eso no me ayudas?
No hubo respuesta, si otra mirada. Lorenzo se aplico una pomada, una gasa, la venda y el esparadrapo. Lo hizo solo, con la mano derecha. Al terminar se dio la vuelta.
Un paso lo acerco a ella. El segundo lo dejo suficientemente cerca como para sentirla muy dentro. Se detuvo tras el tercero.
Berta se levanto, abrazada a si misma.
No puedo tocarte, ¿entiendes?, intento apartarse de su lado, pero el la detuvo.
¿Por que?
Por favor...
Temblaba, de arriba abajo. La mano que la sujetaba la hizo girar. Volvian a estar frente a frente.
Sin ninguna barrera.
Entonces llego la rendicion.
Mutua.
Primero fue el abrazo, el sentimiento, el contacto que los libero de todo. A continuacion el beso, la suma de todos los besos aplazados pero no olvidados. Finalmente, el deseo.
Beso a beso, desnudandose.
Hasta que cayeron en la cama convertidos en un fuego mas brutal que el que habia devorado Casa Flora reduciendola a cenizas..





"Esa fue la noche.
Si, esa fue la noche.
Extraordinario.
¿Por que?
Esperaron cinco años.
Hay quien espera toda una vida, y a veces, encima, para no consumarlo.
No crei que pudiera haber amores asi.
Puede que no hoy, o puede que tal vez si. Pero hablamos de otro tiempo, otras circunstancias, otra clase de heroes, otra clase de romanticismo. O a lo mmejor es que entonces todavia existian codigos, lealtades, fuerzas capaces de crear historias como la nuestra.
Pero es asombroso.
Lorenzo y Berta eran dos victimas, aunque no lo sabian. Los empujaba su pasado. No habian dejado de correr desde que la guerra los expulso de España.
Y esa noche, la unica noche...
¿Tanto te fascina ese momento?
Dios, trato de imaginarlos.
Escucha: para algunos, vivir una locura o tener un poco de amor es como para la mayoria pasar toda una vida. Para otros, una noche es la eternidad. Nadie mide el tiempo ni los sentimientos con el mismo rasero. La intensidad no tiene nada que ver con la duracion. Un roce puede ser mas fuerte que llegar a la consumacion de un amor. A eso se le llama pasion.
Pasion.
Es la palabra que mejor edefine a la propia historia universal. Sin pasion queda muy poco.
Antes de que sigas, ¿culparon a Lorenzo por las muertes de don Rafael y de Ernesto?
Nadie lo habia visto alli; no habia por que. Y, por otra parte, ¿crees que a los secuaces de don Rafael, que iban a repartirse su pequeño imperio, les convenia una investigacion?
¿Se deshicieron de los cadaveres?
No, pero Lorenzo tenia razon: cuando llego la policia la escena estaba lo suficientemente clara como para que no cupieran dudas. Una pelea, don Rafael que saca un arma, dispara dos veces, y antes de morir, Ernesto consigue volver el arma contra su dueño y matarlo a su vez.
Por tanto, Lorenzo estaba libre de culpas.
¿Y que?
Pues que no entiendo lo que hizo. Nadie lo acusaba.
Es que el no lo sabia, y menos en las horas siguientes a las muertes y el incendio ede Casa Flora. Debia ser precavido por lo sucedido tanto como por su eterno pasado.
Por fin llegamos a eso.
Si".
Puntos:
10-09-12 17:47 #10530325 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...203.


Abrio los ojos mas por el efecto de la luz que por el dolor que, nuevamente, le producia la herida. Primero miro el amanecer, al otro lado de los cristales de la habitacion. Despues se llevo una mano al costado. Habia manchado la sabana de sangre, y todavia estaba humeda. Retiro los dedos enrojecidos.
Por ultimo volvio la cabeza para enfrentarsea ella.
Berta dormia, tan desnuda como el, de lado, con el rostro en su direccion. Todavia tenia restos de suciedad de la noche anterior, la negrura del humo impresa aqui y alla, las marcas de las cuerdas que habian lacerado sus muñecas y sus tobillos. Parte de la cara quedaba oculta por el cabello, pero pudo seguir la linea de sus parpados coronados por las largas pestañas, la nariz recta, aquellos labios que tantas noches se le habian aparecido en sueños. Y por primera vez contemplo en calma aquel cuerpo generoso y libre, los pechos duros, los pezones proyectados hacia adelante, el ombligo hundido y misterioso, el sexo que ya no era un deseo irreal sino una verdad propia y que habia hecho tan suya como el lo habia sido para ella. Tambien miro las manos, los pies, la cintura, las piernas, los brazos, el cuello...
Tuvo que levantarse, despacio, para no despertarla. Recogio los utensilios con los que se habia curado al llegar y salio de la habitacion. Rosita dormia en el comedor, tumbada en el sofa, con la misma bata que la noche anterior. Tuvo un sentimiento de profundo amor y gratitud hacia ella. Mas que nunca, se daba cuenta de que habia sido lo mejor desde su llegada a Mexico. Lo mejor y lo unico. Cualquier hombre se habria dado por satisfecho amandola y siendo amado por una mujer asi; cualquier hombre menos el.
Los extraños caminos de la vida.
Fue a la cocina, orino, y repitio la operacion de lavarse y curarse la herida, otra vez parcialmente abierta, otra vez llena de dolor, aunque en ningun momento se apercibio de ello a lo largo de la noche. Nadie siente dolor en el cielo. Ni siquiera se dio cuenta de cuando se dormian, agotados, vencidos, llenos.
Volvio a la habitacion sintiendose mejor, aunque cansado. Entro sin hacer ruido y busco su ropa por el suelo. Comprendio que no podia ponersela. Tenia su sangre, la de Ernesto, la de don Rafael, y el fuego habia hecho el resto. Camino descalzo hasta el armario para ver si Rosita aun tenia la ropa de Manuel. Se alegro de que fuera asi. Cogio unos calzoncillos, unos pantalones y una camisa.
Buenos dias,
Habria preferido marcharse, hablar con Rosita y no tener que explicar nada.
Ya no era posible.
Regreso a la cama sin siquierta empezar a vestirse. Berta estaba boca arriba. Le aparto el cabello y la beso. Ella quiso mas, le paso los brazos alrededor del cuello. Lorenzo lo resistio enderezandose. No quiso detenerse en su desnudez. No podia.
¿Que va a pasar ahora?, susurro ella.
Nada.
¿Como estas tan seguro?
Don Rafael ha muerto, y los otros tres no haran nada. A Salinas no le conviene, Reyes esta en medio, y Alcaraz no podra.
¿Quien lo ha matado?
El mato al hijo de Alcaraz, y yo lo mate a el, aunque nadie me vio. Puede que tarden en atar cabos, puede que ya lo sepan todo, y tambien puede que haya tenido suerte y no me relacionen con lo sucedido.
El rostro de Berta se ensombrecio. Una primera crispacion cruzo sus ojos.
¿Que vas a hacer?
Irme.
La crispacion fue total. Parecia que la mirada perdia fijeza, se ahogaba en un subito vacio.
Iba a marcharme de todas formas. Es el momento.
¿Ahora?
Si, ahora.
¿Adonde?
El pais es grande, y tambien Latinoamerica. No estoy seguro.
Le costaba hablar, pero aun asi la voz se le quebraba. Solo los ojos la traicionaban.
Puedes quedarte aqui.
No sirvo para estar escondido, ni prisionero. Cuando todo se calme o se olvide...
¿Volveras?
Si.
Lorenzo...
Esapero lo que a ella tanto le costaba decir y el queria escuchar.
Quedate.
No resultaria, suspiro.
He perdido la casa, pero no estoy arruinada. Tengo dinero.
No me veo trabajando para ti, logro sonreir.
Sabes que no hablo de eso. Podriamos...
¿Que?
Recuperar el tiempo perdido.
El tiempo no se recupera. Solo es pasado. Y lo que hay es un monton de futuro. Vente tu conmigo.
¿A recorrer Mexico?
Si.
Es demasiado tarde, los ojos temblaron. No funcinaria.
Lorenzo le acaricio el rostro. Habia muchas formas de hacer el amor, y esa fue una de ellas. Berta se extremecio.
Se incorporo de un salto y lo abrazo. Su desnudez atraveso la piel, la carne y el alma de Lorenzo.
Nunca lloras, ¿verdad?, dijo el tras renunciar a sentirla mas.
No, lo reafirmo con la cabeza, violentamente. Luego suspiro: es extraño, la nuestra es una historia de encuentros y desencuentros.
Berta, la aparto para volver a mirarla a los ojos, tengo un pasado con el que cargar. Un pasado que siempre estara ahi. No puedo arriesgarme a que me destruya o permitir que me investiguen, porque saldria todo. Y no puedo luchar contra eso.
Lorenzo lo esperaba todo, menos aquella pregunta:
¿Cual es tu verdadero nombre?
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11-09-12 18:58 #10534285 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...204.


No pudo responder, pero tambien sus ojos lo traicionaron.
Lorenzo Vila no era boxeador y, ademas, perdio...eso, en la guerra, Berta señalo su entrepierna.
¿Como sabes tanto?
Hice que indagaran en España. No fue facil. El mismo detective que te salvo la vida la otra noche.
¿Lo sabias cuando fui a verte la primera vez?
Si.
¡M.erda, Berta!
¡Que importa el porque? Viniste un dia con don Rafael y te vi. Entonces pense que tal vez pudiera...no se, no recuperarte pero si... No, la verdad es que no lo se. Solo segui mi instinto.
Yo te vi una noche, bailando en un club llamado Jorocho. Cuando volvi ya no estabas.
Otra larga mirada. Cada sorpresa abria una brecha distinta.
¿Vas a contarmelo?, sugirio ella.
¿De veras quieres saberlo?
Si, basta de secretos, por favor.
Me llamo Esteban Torres, aunque prefiero que sigas llamandome Lorenzo. Soy de Torrejon de Ardoz. Mate al verdadero Lorenzo Vila para escapar de Francia y poder subir al Sinaia. Ya habia matado a otra persona, al oficial de mi peloton, antes de pasar la frontera. Uno fue por mera supervivencia, por no querer morir cuando la guerra estaba ya perdida. A Vila lo mate por desesperacion. Fui a Sète en pos de una esperanza y lo conoci. Me hablo de su salud, de que estaba enfermo, de que se iba por nada, pero que al menos moriria libre en alguna parte, lejos de la España fascista. Estabamos medio borrachos, en Sète. Sentia tanta envidia. Me senti tan mal. Se iba por nada, y yo me quedaba por todo. Ni siquiera se como pudo conseguir el pasaje. Entonces lo hice, ¿por que no? Lo hice. Mate al pobre diablo. Teniamos mas o menos la misma edad, nos pareciamos, como cualquier muerto de hambre en aquellas circunstancias, el campo de refugiados nos habia dejado su huella. ¿Quien iba a diferenciar una cara de otra?
Dios santo, Lorenzo...
Le aparto la humedad de los ojos. Solo eso.
No es algo de lo que me sienta orgulloso, reconocio el al continuar hablando. Lo del teniente Morales fue casi en defensa propia; lo de Vila, no. No deje que muriera en paz, y libre, como queria. Fue un crimen.
Un crimen de guerra. Uno mas.
Fue un crimen, insistio Lorenzo.
¿Quien era Esteban Torres en España?
Alguien normal y corriente. hijo de la calle, boxeador. Si, y era bueno. Comence poco a poco y gane, gane, gane. Cuando iba a disputar el campeonato de España, que me abria abierto las puertas de Europa y del mundo, estallo la guerra. Ahi acabo todo. Por eso no pude ser boxeador aqui. No como Loenzo Vila. Una fotografia o un poco de publicidad que llegase a España habria significado que me descubrieran. Como ahora, Berta. ¿Lo entiendes? No puedo quedarme aqui y arriesgarme.
¿Por eso aceptaste ser mi marido en el barco?
Fue un golpe de suerte. Tu proposicion se me antojo casi un milagro. Por si aun pudiera suceder algo o aparecer la policia. Lorenzo Vila iba solo, era soltero. En cambio a un matrimonio... De todas formas te abria dicho que si igualmente.
¿Por lo de el camarote?, quiso bromear ella.
Lorenzo se rio.
¿Por que me escogiste tu?, pregunto.
No deja de ser extraño, musito Berta. Supongo que la vida tiene esas cosas, y mas en situaciones extrañas, como la nuestra.
¿De que estas hablando?
De tus motivos y de los mios, tan iguales en el fondo. Ahora se que teniamos que encontrarnos de una manera o de otra. Pero aquella noche...
Sigue, la alento al ver que se detenia.
Tu mataste para subir al Sinaia, y yo mate en el Sinaia para ser libre.
Hablaba en serio. Lorenzo no tuvo que preguntarselo.
Me case antes de la guerra, por amor, por error, por un monton de estupideces que no vienen al caso, empezo su relato. La guerra nos separo y me hizo enfrentar a casi todo sola. Fue una odisea. Una larga y tenebrosa odisea. Pase la frontera, vivi en el campo de refugiados, y una noche...ya ves tu, forzo una mueca de amarga burla, me violo un hombre.
¿Ati?
Ami, si. ¿Crees que soy especial? No pude hacer nada. Ni siquiera se como se llamaba, el muy cerdo. Me atrapo, me golpeo, me derribo, lo hizo...y se marcho como si tal cosa. Un crimen impune. Pense que jamas volveria a verlo. Y no fue asi. Lo vi, vaya si lo vi. Aquella noche, en la cola del puerto de Sète, para subir al barco.
¿Te vio el a ti?
No. Yo estaba muy por delante, pero sin duda era el mismo hombre. Hasta llevaba la misma ropa. ¿Como olvidar al hijo de p.ta que se te pone encima y te fornica? Tanto da que sean unos segundos como unos minutos. Y quiso que lo mirara, ¿sabes? Me decia: <<mirame, mirame, quiero verte la cara. Vamos, ¿a que esperas p.ta? Muevete y rie.>> Hizo un esfuerzo para controlarse, y lo logro tras apretar las mandibulas y tragar la bola que iba formandosele en la garganta. ¿Te imaginas como me senti al darme cuenta de que ibamos a viajar en el mismo barco rumbo a Mexico?
Y me buscaste a mi.
Busque una coartada, un marido para no viajar sola, un camarote para esconderme. Mi idea era no salir de el en toda la travesia. Estaba muerta de miedo, aterrada. Supongo que los violadores consiguen eso de sus victimas, aterrarlas. El sometimiento es tal que te sientes incluso culpable. Te dominan. Durante aquellas horas, al comienzo, el primer o segundo dia...Estaba paralizada. Tanto como rabiosa. Y lo estuve hasta que me enfrente a los hechos.
¿Como pudiste matarlo? Nadie dijo nada.
Tuve que salir del camarote para ir a los comedores, y al baño, ¿recuerdas? Caminaba por los pasillos y la cubiertas con la cabeza baja, sin querer mirar a nadie. Preferia incluso hacer mis necesidades de noche. Y ya ves: fue una noche cuando me lo encontre.
¿Estabais solos?
Si, entre los botes salvavidas. No fue premeditado, ¿entiendes? No lo fue. Caminaba, vi a un hombre, se dio la vuelta... y alli estaba el. Parecia leer algo, un papel, no se, no me fije. Lo unico que se es que sonrio. ¿Puedes creelo? Sonrio. Y aunque todo fue muy rapido, muy... ¡Dios santo! Aun recuerdo sus palabras. Me pregunto; <<¿Tu aqui?>> Y despues agrego, sonriendo aun mas: <<Vaya, el mundo es un pañuelo.>> Entonces vi la barra, tan cerca de mi mano, tan y tan cerca. Queria borrarle aquella sonrisa de la cara, solo eso. Queria matar su imagen en mi memoria mientras me violaba. Asi que levante la barra, lo oi suplicar, me tendio aquel papel que ni siquiera vi y le hundi el hierro en la cabeza.
¿Y despues?
Quedo colgando sobre la barandilla, ni siquiera se si estaba ya muerto, lo empuje y cayo al mar. Fue facil. Entonces me fui al camarote de nuevo, ¿y sabes algo? No senti nada. Ningun remordimiento. Estaba en paz. Asi fue el resto del viaje...salvo por ti.
Tenias miedo.
No fue una pregunta, sino una afirmacion.
Si.
Yo tambien, reconocio el.
Cuanto mas nos deseabamos, mas nos apartaban nuestros secretos.
Te deseaba, si.
Y yo a ti, aunque el dia que me besaste mientras dormia... Desee matarte.
¿Por que?
Porque no podia tenerte.
Pudimos pero no supimos. Y ahora, en cambio, esa parte parece mucho mas sencilla. Tenia que haber sido tan distinto.
Siempre hay algun cadaver interponiendose entre los dos, Berta volvio a forzar una sonrisa exenta de humor.
¿Y tu marido?
Murio. Lo supe a las pocas semanas de estar aqui. Coincidio con lo de tocar fondo. Ya no podia mas.
En el Sinaia habia muchos hombres solos. ¿Por que me escogiste a mi?
¿Amor a primera vista?, sus ojos chispearon. No lo se, cariño. Decian que me parecia a Carole Lombard. Y tu tenias algo de Clark Gable. Quiza fue eso. A todos se le veia aspecto de desesperados, pero tu eras el mas guapo. Pense que ariamos buena pareja.
Loca.
Si, ¿y que?, parecio desafiarlo.
Cuando uno se pierde en la nieve suele caminar creyendo que va en linea recta, y siempre acaba regresando al punto de partida, porque no hace mas que dar vueltas en circulos.
Como nosotros.
Todo estaba dicho. O no. Todo sellado. Ono. El abrazo, el beso, el temblor, el deseo, la perdida de la inocencia recobrada, el olvido a volver a darse.
Los devoro la ultima sensacion de paz.



"¡Berta Aguirre mato a Bernabe Monleon por venganza, no por la maleta!
Por fin.
¡Espera, espera! Dijiste que hubo un asesinato, un acto de desesperacion y...una venganza.
Eso fue lo que te dije.
Lorenzo...bueno, ¿lo llamo ya Esteban Torres?
Sigue llamandolo Lorenzo Vila.
De acuerdo, dejame recapitular. Como dijiste al comienzo, Lorenzo Vila mato por desesperacion. La venganza fue la de Berta Aguirre. Y el asesinato...
Si, el de Mariano Olalla a manos de Bernabe Monleon. Eso ya quedo claro al comienzo.
Y la ultima duda...Si Berta no mato por la maleta, significa que sigue enterrada en España, en algun lugar cerca de la frontera.
Efectivamente. Por eso te he dicho siempre que no pensaras tanto en la maleta. Como ves, no cuenta, salvo para confundir la historia. Bernabe Monleon no era mas que un especulador hijo de p.ta, un asesino, y ahora tambien un violador.
La unica respuesta que no existe en nuestra historia, por tanto, es esa.
Puede que alguien la encontrara y se hiciera muy rico. O, como acabas de decir, puede que siga enterrada por el resto de los tiempos.
Dios santo, se me ocurren un monton de nuevas preguntas.
¿Como cuales?
¿Esteban Torres vivio toda su vida con ese sentimiento de culpa por haber matado a Lorenzo Vila y haberse apropiado de su identidad?
Esa es otra historia.
¿La sabes?
Si.
¿Por que no me la cuentas?
Porque todavia no hemos terminado esta, y porque no es tan sencillo como eso. Necesitariamos otra larga tarde lluviosa como la que nos esta regalando el dia de hoy.
Esta bien, termina el relato.
Seguimos en casa de Rosita. Es el mismo dia despues de las muertes de Ernesto y de don Rafael, del incendio de Casa Flora, de la noche de Lorenzo y Berta. Mediodia".
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12-09-12 16:39 #10545270 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...205.


La ultima mirada fue la de la decision.
Lorenzo se incorporo de la cama. Apenas si permanecio un momento sentado y empezo a vestirse tras coger la ropa de Manuel. Por detras, Berta extendio la mano, pero ni siquiera llego a rozarlo. Fue un gesto final de rendicion.
Aun asi, se lo pidio:
Espera un poco mas.
He de irme, dijo el sin volver la cabeza.
Se levanto y busco sus zapatos. La habitacion se habia convertido en un santuario, y la cama era el altar. Trataba de no mirarla, de no ver su ansiedad ni caer de nuevo atrapado por su desnudez. Y no era sencillo.
Dejame que... Berta hizo ademan de levantarse.
No, tuvo que enfrentarse a su vision. Quedate aqui, por favor. Sin despedidas.
Sin un roce.
¿Por que no hablamos en el Sinaia?, susurro ella.
¿Habria sido distinto?
No lo se.
Lorenzo llego a la puerta. Al otro lado esperaba el camino, el mundo entero. La capsula del tiempo en la que habia vivido las ultimas horas iba a abrirse.
Volvere, le dijo.
Lo se.
Confia en Rosita si estas sola. Es una buena chica y esta esperando un hijo del hombre que mato tu detective.
Lo hare.
Hay algo mas. Saco el sobre con la fotografia y el negativo. Esto es tuyo.
No lo quiero.
Han quemado tu negocio por ello.
Y tu mataste a don Rafael.
Pero los otros tres tambien han de pagar.
Tu sabes que hacer con esta fotografia, ¿verdad?
Tu tambien.
Sostuvieron la intencion de sus ojos.
Dasela tu, pidio Berta.
¿Estas segura?
Si.
Eres valiente, reconocio el recuperando su sonrisa.
Tu lo habrias hecho todo igual. Ya lo hiciste salvando a Puig. Ahora te toca cerrar el ultimo circulo.
Lorenzo abrio la puerta. No habian hablado de amor en ningun momento. Ningun <<te quiero>> impregnaba su animo. Pero nunca fue mas innecesareo. Ya no hubo mas palabras. Ni el beso fimal. Los dos sabian que si volvian a tocarse...
Lorenzo se llevo aquella imagen. Debia bastarle por algun tiempo.
Berta lo vio cerrar la puerta.
Tampoco lloro esta vez, al contrario. Logro sonreir.
Puntos:
13-09-12 16:34 #10548709 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...206.


Rosita estaba sentada fuera, en el pequeño porche, con los ojos perdidos en una lejania muy proxima. Se habia arreglado, tal vez para esperarlo, tal vez para que la viera guapa pese a los resto de la ultima paliza de Manuel, tal vez para que tambien se llevara esa imagen en la despedida. Sus ojos eran dos carbones armonizando con su pelo.
Se levanto al verlo aparecer. Primero lo miro con odio, pero eso solo duro una fraccion de segundo. Casi al momento entre los dos se extendio una alfombra de paz.
Si te necesita, cuidala y se su amiga. Si la necesitas, ella te ayudara y sera tu amiga.
¿Te vas ya?
Si.
Quiero saber una cosa, Lorenzo.
No lo mate yo. Quiso hacerlo el y casi lo consigue, se abrio la chaqueta mostrandole la herida. Alguien lo evito.
¿Donde esta el cuerpo?
No lo se. ¿Quieres ir a llorarlo?
Queria ir a escupirle.
Ese fuego tuyo un dia te va a quemar, logro bromear el.
Rosita fue a entrar en la casa.
Tengo ahi tu dinero, le dijo.
No, espera.
La detuvo en la misma puerta. Tenia la mano en su brazo, y Rosita coloco la suya encima de ella. Fue otra forma de hacer el amor y despedirse al mismo tiempo.
Ese dinero... es tuyo, dijo Lorenzo.
¿Que?
Lo vas a necesitar mas que yo. Por el, señalo su vientre.
Lorenzo, no.
Llegue a este pais sin nada, y no me fue mal. Me equivoque, pero no me fue mal. Saldre adelante, no te preocupes. Suelo caer de pie, aunque lo haga en lugares no siempre idoneos. No quiero que tu o tu hijo paseis privaciones, ni que debas depender de otro Manuel. Tendras suficiente para empezar de nuevo, ¿de acuerdo?
Ella si lloro. Dos lagrimas enormes resbalaron por encima de su inmovilidad.
Pero si quiero pedirte algo, continuo Lorenzo.
¿Que es?, logro hablar Rosita de forma entrecortada.
Que la proxima vez escojas mejor a tus hombres.
Ella le acaricio la mejilla.
El primero era bueno, aseguro.
El primero no existe, dijo Lorenzo.
Se le echo encima. Lo abrazo y le dio un beso en los labios. Un beso primero desesperado, pero despues mas y mas apacible, hasta que acabo siendo un roce, la caricia final.
Lorenzo la dejo alli y se alejo sin volver la vista atras.
Puntos:
15-09-12 17:09 #10554664 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...207.


En la terminal de autobuses de pasajeros de Oriente no eran los unicos que se despedian. A su alrededor habia gritos, abrazos, frases rituales, emocion y un enorme trasiego de bultos, fardos, paquetes, maletas y cuerpos. Los vehiculos iban quedando sepultados por aquella carga multicolor que empezaba por el techo, hasta limites imposibles de aprovechamiento del espacio, y concluia en el interior, con una masa abigarrada de seres humanos de todas las edades y condiciones. Tuvieron que apartarse para buscar un poco de intimidad una vez comprobado que las dos maletas, con lo esencial, eran debidamente colocadas arriba.
Elias cogia de la mano a Natalia. Valeriano, Sara, Ana y Juanito parecian rodearlos para impedir que escapasen. Solo Juanito reia, y miraba a su alrededor con ojos de aprendiz.
¿Por que no os marchais ya?, suplico con mal fingida afectacion Natalia. No soportare que esteis ahi mientras el autocar se va. Odio las despedidas.
Faltan cinco minutos todavia, protesto su padre.
¡Papa!, arrastro la ultima <<a>> con el enfado de una niña pequeña.
Era el momento de los abrazos, los besos y las lagrimas. Inevitable. Ella misma fue la primera en dar el paso. Se abalanzo sobre Ana y la estrujo. Hizo lo mismo con Sara. A Juanito lo aplasto aun mas contra su pecho.
Portate bien, y recuerda que solo nos vamos por un tiempo, ¿de acuerdo?
Si, tita.
Buen chico, lo despeino.
Habia dejado a su padre el ultimo, conscientemente. Aguardo a que el concluyera el abrazo a Elias y entonces se le echo al cuello. Se quedo alli, pegada a su cuerpo, aspirando aquel aroma que la habia acompañado a lo largo de su vida. Intento no llorar y lo consiguio.
Papa, le susurro al oido, te quiero.
Lo se.
Quiero decirte algo que no sabe nadie, ni Elias todavia. A el se lo dire ya en Oaxaca.
Seguia pegada a su cuerpo. Los otros estaban ocupados en su propia despedida. Y le hablaba en un murmullo apenas audible.
Estoy embarazada, abuelo.
Valeriano quiso separarse, mirarla, pero ella se lo impidio. Lo apreto mas y mas fuerte, deteniendo la emocion al borde de su propia resistencia.
La suya se quebro.
No lo habia visto llorar desde la muerte de su madre.
Puntos:
16-09-12 17:31 #10556758 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...208.


Lorenzo se aparto de la pared en la que estaba apoyado, al verlos aparecer por la esquina superior. Delante iba una mujer con un niño de la mano; detras, Valeriano Puig con otra mujer colgada de su brazo. Caminaban despacio, sin prisa, envueltos en un silencio placido.
Cogio la maleta con una mano y afianzo el bulto con la otra sobre su espalda. Cruzo la calle hasta llegar al portal del edificio. Alli volvio a dejar la maleta y el fardo en el suelo y los espero. Cuando la mujer y el niño pasaron por su lado le dirigieron una mirada indiferente. La de Valeriano, al reconocerlo, fue de sorpresa y de alegria.
¡Usted!
Se detuvieron frente a el.
¿Podria hablarle un momento?, pregunto Lorenzo.
¡Por supuesto! ¡Suba!
No, gracias. No tengo demasiado tiempo. Debera ser aqui, y si no le importa...
Miro a la acompañante del periodista. No hubo que decirle nada.
Voy para arriba, se despidio de Valeriano. Tanto gusto.
Lorenzo inclino ligeramente la cabeza. Espero a que las dos mujeres y el niño desaparecieran en el portal. Cuando por fin estuvieron solos se enfrento de nuevo a la sorpresa de Valeriano Puig.
La otra noche no pude..., comenzo a decir el hombre.
Olvidese de la otra noche, lo detuvo. He venido tan solo a darle algo antes de irme de la ciudad.
¿Se va?
Si.
¿Por que? Hacen falta hombres como usted por aqui.
No me conoce.
Si lo conozco, insistio Valeriano.
Hacen falta hombres como usted, no como yo. Yo soy de los que sobran.
No diga eso.
Lorenzo saco el sobre de su bolsillo.
Tenga, se lo entrego a su compañero.
¿Que es?
Mirelo.
Valeriano lo hizo. Abrio el sobre y encontro el negativo y la foto. Al verla fruncio el entrecejo.
Pero esto..., balbuceo.
Queria una prueba que relacionara a los cuatro, y ya la tiene.
Dios..., la imagen temblo en su mano.
Acabe con ellos, ¿de acuerdo?
Fueron dos o tres segundos. Valeriano logro dejar de mirar la fotografia. Su sorpresa era ahora mucho mayor; la de un hombre que llega al final de un camino y descubre que si hay esperanza.
¿Por que?, pregunto.
¿Puedo pedirle un favor?
Por supuesto, lo que sea.
Le pido que no me cite nunca, eso es todo.
Tiene mi palabra de honor.
¿Sabe algo de los sucesos de anoche?
¿Anoche?, no, aun no he ido al periodico, ni lo he leido. Mi hija se iba de viaje con su marido y esta mañana la hemos pasado ocupados. Venimos de la estacion de autobuses, pensaba ir ahora. ¿Por que?
Anoche hubo un tiroteo, dijo Lorenzo. Don Rafael mato a Ernesto Alcaraz, el hijo de Ramon Alcaraz, se dio cuenta de que la noticia sacudia con fuerza el animo del periodista. Despues, don Rafael tambien resulto muerto. No se lo que habran hecho con los cadaveres, si lo haran publico o no, aunque imagino que si. Tambien se quemo el burdel conocido como Casa Flora.
¿Alguna relacion?
Lorenzo toco la fotografia con un dedo.
Pero tampoco lo diga. No es necesareo, le advirtio.
Continue.
No hay mucgo mas. El Proyecto Magno y la corrupcion es lo que cuenta. Usted es inteligente y sabra como emplear todo esto sin necesidad de herir a nadie innecesareamente. Muerto don Rafael, que era la serpiente del grupo, ahora esta a salvo. Nadie va a intentar nada de nuevo, se lo aseguro. Esos tres no tienen agallas para tanto, y menos cuando usted publique esa fotografia.
¿La hizo usted?
No.
Se quedaron mirando otros dos o tres segundos. Valeriano espero algo, una explicacion que no llego. Lorenzo se agacho y cogio la maleta con la mano izquierda. Le tendio la derecha antes de hacer lo mismo con el fardo.
Señor Puig, parecio recordar algo. Si alguna vez oye hablar de Berta Aguirre, este donde este, pase lo que pase, y haga lo que haga, y puede ayudarla, hagalo, ¿de acuerdo?
Berta Aguirre.
Vino en el Sinaia, con nosotros. Es de la familia.
Lo tendre presente.
Las dos manos se unieron, se apretaron, se transmitieron mucho mas que las palabras y se separaron.
Lorenzo se echo el fardo a la espalda.
¿Volvere a verlo?, pregunto Valeriano.
Creo que si, sonrio el. El destino es siempre inevitable.
Dio un primer paso para alejarse de alli.
¿Puedo hacerle una pregunta?
Hagala.
Aquella noche, en el Sinaia. ¿Por que iba a saltar?
La sonrisa de Lorenzo se acentuo.
No iba a hacerlo, señor Puig, dijo muy despacio. Realmente atrape aquella maldita gorra que se me llevo el viento, por eso me subi a la barandilla.
Entonces...
Lorenzo se encogio de hombros de forma prolongada.
Y echo a andar de nuevo.
Valeriano Puig no se movio hasta que lo vio desaparecer por la primera esquina.




"Fascinante.
Siempre lo he creido.
Vidas cruzadas, todo un misterio, y como telon de fondo, una maleta perdida.
Si, esa es la unica parte que no puedo contarte, aunque tampoco importa demasiado, ¿verdad?
En absoluto.
Y ahora...
Eso es otra historia, y por hoy ya basta. Ha dejado de llover.
Pero...
Ya que hemos hablado de la pelicula a lo largo de la historia, ¿recuerdas la ultima frase de Escarlata O'Hara en Lo que el viento se llevo?
No.
Dice: <<Despues de todo, mañana sera otro dia.>>"
Puntos:
17-09-12 19:25 #10560113 -> 10463013
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...9º
CAPITULO...209.

EPILOGO.....


El medico salio de la habitacion y se lo encontro casi encima. Lo esperaba, pero no por ello actuo con menos rigor profesional. Miro aquel rostro en formacion, aquellos rasgos vivos y despiertos, como los de cualquier adolescente, y por supuesto aquella ansiedad que debia romper con su veredicto.
Lo lamento, fue escueto.
¿Cuando...?
Unas horas.
El muchacho dejo caer la cabeza para respirar muy fuerte. Al volver a levantarla primero dirigio su mirada a la puerta dee madera. Despues la centro de nuevo en el medico.
¿Puedo verlo?, pregunto.
Por supuesto, el doctor se aparto. Ahora esta lucido, pero Dios sabe que puede volver a perder toda nocion de la realidad en cualquier momento. Y no recuperarla.
Gracias.
Suerte, muchacho, le deseo el hombre.
Jaime Arana entro en la habitacion del hospital, blanca, aseptica. Su abuelo Dimas apenas si era un bulto bajo las sabanas. Lo primero que se le paso por la cabeza fue que un ataud normal seria excesivo para tan poco cuerpo. Lo aparto de inmediato de su pensamiento y hasta se sintio mal por ello. Pero la forma en que habia menguado el hombre en aquellas pasadas semanas lo sobrecogia.
Creia que la muerte se habia quedado en España, con la guerra y la posguerra.
Llego junto a la cama. El moribundo noto su presencia. Desvio los ojos, que los tenia abocados a la luz de la ventana, como si la absorbiera por ultima vez, y los deposito en el. Su expresion cambio, se hizo dulce, pero tambien castigada por el tormento. No era dolor; era preocupacion y amor.
Jaime...
Su mano diminuta y retorcida, puro hueso recubierto de una piel manchada y apergaminada, busco la de su nieto.
Hola, consiguio susurrar el.
¿Que sera de ti ahora?, balbuceo el anciano.
Soy un Arana, no te preocupes. Quiso ser fuerte, aunque ser <<el ultimo>> de la saga no era facil.
Me habria gustado resistir un poco mas, verte crecer, estudiar, ser un hombre... Y me voy a medias, dejandote aqui, solo y pobre... Lo siento.
No digas eso. Un dia volvere a España, te lo prometo, y alli tengo mi tesoro.
Jaime...ya no eres un niño. Su mano hizo una ligera presion. Esos sueños tuyos, esas fantasias...
No, abuelo. El chico sonrio con firmeza y un toque de misterio. Un mapa solo es un mapa si esconde un tesoro. Lo lei en un libro. Y yo tengo un maoa; nunca fue un sueño.
Jamas se lo habia enseñado, ni siquiera a el, pese a estar los dos solos en Mexico. Siempre tuvo miedo, o precaucion. Aquella noche del 27 al 28 de mayo de seis años atras, en el Sinaia, habia sucedido algo que todavia no entendia, que probablemente no entenderia jamas. Pero a veces, en plan misterioso, le hablaba de <<su mapa>>, de <<su tesoro>>. Dimas Arana reia o lo reñia, daba lo mismo. Y el, Jaime Arana, callaba y esperaba.
Callaba por recelo y esperaba el dia en que pudiera volver a casa.
Su abuelo cerro los ojos, cansado, cerca del abandono final. Y Jaime volvio a aquella noche, una vez mas, como si fuera parte de un sueño mantenido a lo largo del tiempo. La noche en que aquel cuerpo cayo al mar y el...
<<Jaime miro hacia arriba.
Se asusto mucho al ver como le caia casi encima aquel cuerpo. Pudo haberle arrancado la cabeza, pero solo le rozo. Todavia tuvo tiempo de mirar hacia abajo, justo en el instante en que la forma humana se estrellaba contra el agua levantando una breve descarga de blancura antes de hundirse en ella.
Despues...
Jaime volvio a mirar hacia arriba. Con el corazon quieto en su pecho ya no oyo nada mas, ni vio nada mas. Sus ojos apenas parpadeaban. No estaba muy seguro de que todo aquello hubiese sido como parecia. Siempre decian que inventaba historias, que era un niño lleno de fantasias. Habia tenido problemas en muchas ocasiones a causa de su imaginacion.
Abuelo.
Dimas Arana correspondio a su llamada con un ronquido cumbre y volcanico.
No supo si despertarlo. No supo si empezar a dar voces. No supo que hacer. El sonido de aquel golpe contundente, el gemido, la caida...
Toda su curiosidad le pudo a la prudencia. Siempre inventaba aventuras y aquella era real.
Salio del camarote. Camino despacio por el pasillo, busco la escalerilla que conducia a la cubierta superior y saco la cabeza a ras del suelo por ella. No vio nada, ni a nadie. Eso lo determino a salir del todo. Sabia el lugar exacto bajo el cual estaba la escotilla de su camarote, porque un par de dias antes jugo a averiguarlo.
Calma.
El silencio de la noche roto tan solo por el roce del barco sobre el agua.
Calma y nada nuevo o extraño.
Salvo por dos cosas: aquellas gotas rojas, en el suelo, parecidas a la sangre, y aquel pedazo de papel doblado, pegado a la mampara, y que el viento, en cualquier momento, se llevaria volando y arrastraria al mar.
Jaime atrapo el papel.
Lo desdoblo.
Y sus ojos se abrieron de par en par.
Su madre le leia a veces La isla del tesoro, y otros libros, pero sobre todo ese. Piratas, mapas, cofres escondidos.
Mapas como aquel.
<<Prats de Mollo. La iglesia. El pozo. Cien pasos. El arbol. Cincuenta pasos. El muro. Los tres arboles en forma de triangulo equilatero. La roca. Diez pasos. La cruz.>>
La cruz bajo la cual estaba enterrado el tesoro. No podia ser de otra forma. Aquel era un mapa autentico. Y su dueño yacia ahora muerto en el fondo del mae.
Jaime se puso en pie.
Guardo el mapa.
Despues, excitado, sabiendo que no podria dormir, regreso a su camarote, jurandose que nunca revelaria a nadie la existencia de lo que llevaba en el bolsillo.
Era suyo.
Su fururo.>>




.........SE........TER.........MI.........NO.
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