Saint Michel en Normandía Visite: Bajo un cielo despejado arde la luz del lucero que saluda al mundo entero, donde duerme el campo helado. Reflejándose en el prado la llama de su corcel, mira al sol a ese doncel que avanza por el camino, donde corre, peregrino en busca de San Michel. Por el amor ya rendido y por sus leyes juzgado, huye de allí, desterrado, enterrado en el olvido. Muchacho de amor vencido que, sin responderle aquel, mal pudo vengarse en él, entre dulce y mortecino, donde corre, peregrino en busca de San Michel. Y, llegado a Normandía, por la campiña callada, pisa el prado con la helada y en ella la luz del día. Siente la vereda fría, mira en la costa un bajel, halla en el cielo el clavel de un sol que luce mezquino, donde corre, peregrino en busca de San Michel. Y por los bellos senderos canta sus versos cansados, los labios enamorados que creyó claros luceros. Pero fueron traicioneros los colores del pincel cuando soñó por vergel esos punzantes espinos, donde corre, peregrino en busca de San Michel. José Ramón Muñiz Álvarez TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS |