Boquerizu - Asturias

Hay quien sostiene, con cierta razón, que la actividad de los partidos políticos se centra en la destrucción del adversario para arrebatar el poder a quien lo tiene y éste de impedirlo a toda costa en lugar de dedicarse cada uno a lo suyo: gobernar y hacer oposición respectivamente. La prioridad debería ser unir esfuerzos para afrontar la crisis y mejorar, o evitar que empeoren, las condiciones de vida de los españoles, y dejarse de peleas estériles y estúpidas cuyo principal efecto es la desafección ciudadana.
España era el país de las vacas, los cien mil ríos y de otras cien mil primaveras más para la lengua. Ahora, en este viaje de lo lírico a lo prosaico lo es también de las cien mil tramas, corruptas por supuesto, al menos en lo que a acusaciones se refiere. El "y tú más" se ha convertido en el primer objetivo de acción política.
Nos alertan del peligro de caer en tan bajos modales, porque degradan una actividad, antes situada entre las más nobles. Sin embargo, no veo alternativa. La denuncia forma parte del juego político, aquí y en todos los países del mundo. Sobre todo en los democráticos. La judicialización de la política puede no ser buena pero peor sería lo contrario: permanecer mudos ante los desmanes. El electorado, casi siempre inteligente, sabe separar el grano de la paja, obviando las actitudes exageradas o contradictorias. Pongamos un ejemplo ¿Qué credibilidad tiene denunciar el gasto de 14.000 euros por tres billetes de avión quienes lo denuncian abonaron el doble por algo similar?
De mayor envergadura son los otros dos asuntos que ocuparon estos días la atención político-mediática. El caso GÜRTEL y la denominada trama AGRARIA del PSOE. En el primero la Justicia acabará condenando ¿a quién?. El PSOE insiste en que hay financiación ilegal del PP. .
Pero igual que llegar al fondo en Gürtel también hay que mantener la misma actitud en la supuesta trama agraria. Los datos que se conocen, aún no rebatidos, hacen temer procedimientos extraños. No sé si delictivos, pero cuando menos sorprendentes. Por otra parte, exabruptos a la defensiva como Gestapo, fascistas, rojos y maricones no clarifican. Al contrario, alimentan las sospechas de algo turbio e inconfesable