Boquerizu - Asturias

“LO PERDÍ TODO EN LOS ANDES,PERO ESTABA VIVO”O sea, que no lo perdió todo. Ni así. Ni aun habiéndolo perdido todo. Es lo que quiere decir. A veces decimos lo que queremos decir y a veces decimos otra cosa para que se nos entienda la primera. No a la primera, que también, sino la primera cosa. La que queríamos decir. Nando Parrado (Montevideo, 1949) iba en el avión que el 13 de octubre de 1972 se estrelló en la cordillera de los Andes con 45 personas dentro, un equipo de rugby al completo y sus acompañantes. Sobrevivieron 16, 72 días, comiéndose a los otros. A los que se iban muriendo. De la misma caída. De frío. De rendición. De avalanchas. A lo mejor habéis visto la película. ¡Viven!. Nando Parrado era uno de los dos tipos que acababan subiendo y bajando montañas durante más de una semana, sin parar a congelarse, hasta encontrar ayuda. Había perdido a su madre y a su hermana en el accidente y quería volver a ver a su padre. Por eso sobrevivió, cuenta siempre. Hay gente que vive para matar a su padre y contentar a Freud, y hay gente que vive para volver a verlo. No conviene generalizar con las personas. Ni con las personas ni con nada. Nando Parrado sobrevivió, vaya, para volver a ver a su padre.
Pues bien, en una entrevista,no recuerdo en donde,dijo: "Yo no tenía nada. Lo había perdido todo en el accidente, a mi madre, a mi hermana, a mis amigos. No tenía futuro. No tenía ni agua, allá arriba. Pero estaba vivo". Y también: "Hay oportunidades y no se puede esperar a que los otros nos solucionen las cosas. La sociedad está influenciada por la política, todos quieren que los otros, que el Gobierno, los rescaten de todo. Si yo hubiera esperado... seguiría en la montaña". Con esto estaría de acuerdo hasta Javier Marías, que no está de acuerdo casi nunca con nada y que en pocas montañas nevadas habrá caído, con su avión, en la vida. Hay que ser cretino, y lo estoy parafraseando, para conducir por Navacerrada en enero sin cadenas y enfadarse con las máquinas quitanieves. Hay que ser ventajista para comprar sellos, o cosas por ahí, y pretender repartir solo las pérdidas. Hay que ser mentecato para sufrir un soplo, al corazón, y denunciar a Messi por fallar el penalti. ¿Falla, Messi, penaltis? Y qué más dará. Con más razón. Es lo que contaba otro de los supervivientes de aquel desastre, Carlitos Páez, en una entrevista que yo le leí, hace tiempo, en alguna parte: "Cuando a los diez días del accidente supimos, a través de una radio, que habían dejado de buscarnos, fue cuando empezamos a sobrevivir. A hacer por ello. Por eso nos salvamos". Y seguramente.
Por lo demás, Páez recordaba también en aquella entrevista que fue su amigo Nando Parrado, el primero que dijo: "Yo me como al piloto". Y hasta hoy. Sobrevivir no hace a nadie culpable de nada. Mirar los campos de concentración. Mirar Auschwitz. Los supervivientes salían de allí preguntándose a quién había traicionado para seguir vivos. Y no es eso. Es lo que dice Parrado. Si lo pierdes todo, pero sigues vivo... ya no era todo.

Es verdad,la vida es lo más importante.