Boquerizu - Asturias

El ser humano, es decir, cada uno de los individuos de nuestra especie, es un sujeto o persona singular que necesita organizarse en sociedad para poder principalmente subsistir. Del mismo modo (aunque de diferentes maneras) que un gran número de criaturas de la Naturaleza.

Un observador medianamente inteligente se percata de la existencia de sociedades organizadas para afrontar las numerosas adversidades que la misma Naturaleza se encarga de colocar en nuestro camino.

¿Como se organizan en sociedad los individuos que saben o intuyen que sin organización dejarían de existir? Las respuestas son tantas como la variedad de sistemas con su diversidad, peculiaridad , idiosincrasia o especie.

De los hormigueros y termiteros sabemos muy poco o nada. De los vejetales un poco más, y de las avispas y las abejas sabemos algo que trataremos más adelente.

En las sociedades humanas avanzadas, solemos utilizar un gluten que sabios cerebros saben fabricar para el uso y consumo general, y que llamamos CONSTITUCIÓN y Código Civil. Es decir: las reglas del juego y leyes que cada sujeto miembro está obligado a cumplir individual y colectivamente.

¿Deben modificarse esos elementos que nos aglutinan, y que a la vez nos obligan a comportarnos decentemente y nos defienden de comportamientos miserables ajenos?

Pues SÍ. Deben modificarse cuando el transcurso del tiempo y los cambios genaracionales de la humanidad los haya dejado obsoletos.

¿Como hacerlo? Las abejas de cada País(colmena)lo tienen resuelto reuniéndose en grandes asambleas en donde tras sesudas deliberaciones deciden modificar su "Código Civil": En la modificación aparece un Artículo que obliga a fabricar un nuevo gluten alrededor de la madre que las ha pario, para después en emigración organizada, pacífica y civilizada, abandonar la casa que se había quedo extrecha para tanta promiscuidad.

Primero fabrican el aglutinante (Lease Ley) y segundo, lo cumplen a rajatabla: Las que quieren se van a la aventura todas unidas,y las que no se quedan al calor del "oidoj" pero conocido hogar.

Así hacemos los humanos civilizados. Nos vamos, venimos o todo lo contario, pero respetando las leyes y no saltando por encima de ellas. Nos va en ello nuestra propia existencia.

¡¡Alé mequetrefes!! a dejar de echar órdagos perdedores , de amenazar con saltaros las reglas del juego y de levitar con fascinaciones que engañan a las gentes humildes con espejismos en un horizonte tan inexistente como el propio espejismo-

Lo primero, nos pondremos todos a modificar las leyes que nos protejan y os permitan optar por ser de "otra colmena". Aunque después y a consecuencia de ello os veais, y os veamos entre mugre, pobreza, abandono y soledad.