Barcia - Asturias

Los eurodiputados asturianos defienden los vuelos en primera clase porque consideran que les permiten realizar su trabajo con mayor eficacia

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Pleno del Parlamento europeo. / archivo
Los eurodiputados han visto peligrar por unas horas sus asientos en «business». El Pleno del Parlamento europeo, en Estrasburgo, rechazó el miércoles la enmienda al informe no vinculante del portugués José Manuel Fernandes sobre ingresos y gastos para 2012, presentada por Los Verdes e Izquierda Unitaria, que pedía suprimir los viajes en primera de menos de cuatro horas. La polémica, inexistente en otros países, la desató un comentario en internet del eurodiputado catalán de Los Verdes Raúl Romeva. Cada europarlamentario cobra 10.500 euros al mes, tienen dietas por las sesiones y los gastos de viaje cubiertos.

Oviedo

María José IGLESIAS

Los eurodiputados asturianos, Salvador Garriga (PP), Antonio Masip y María Muñiz de Urquiza (PSOE); Willy Meyer (IU) y Francisco Sosa Wagner (UPyD), defendieron ayer los vuelos en avión y los viajes en tren en primera clase que les otorga el estatuto de los parlamentarios europeos porque son «más operativos para el trabajo». Alegan que la tarifa «business» les permite cambiar de horarios y llegar «frescos» a los plenos, comisiones y reuniones maratonianas en Bruselas. Desde el 14 de julio de 2009 los parlamentarios deben presentar los billetes y facturas para ser abonados, hasta un límite máximo que equivale a la tarifa en «business».

Salvo Meyer, que no pudo acudir al Pleno celebrado esta semana en Estrasburgo por encontrarse en un acto contra la central nuclear de Cofrentes (Valencia), el resto de los asturianos votaron el miércoles contra la enmienda de Izquierda Unitaria y Los Verdes para establecer como norma los billetes en clase económica. La cuestión, que el año pasado pasó sin pena ni gloria en el Parlamento europeo (PE), levantó una oleada de críticas en España, atizadas en internet, donde a los parlamentarios europeos se les tachó de «eurocaraduras».

El revuelo fue tal que el PSOE, a través de su secretaria de Política Internacional, Elena Valenciano, aseguró ayer que se había producido un error en la votación. El resultado fue que 16 de los 18 diputados españoles rectificaron su voto en contra por la abstención. Incluso el ministro de Fomento, José Blanco, aseguró que la dirección del partido no está de acuerdo con los viajes en primera, «cuando los ministros en España «van siempre en turista». El partido de Rosa Díez también censuró el voto de su único eurodiputado, Sosa Wagner, inicialmente contrario a la enmienda, que pasó a ser abstención. La formación rechazó cualquier privilegio. Sosa indicó que está de acuerdo con bajar los costes de los billetes, «pero sin perjudicar nuestra labor parlamentaria». Añadió que si en el ánimo de los enmendantes hubiera estado el ahorro, y no la demagogia, habrían pedido a la mesa del Parlamento negociar con las líneas aéreas tarifas especiales para los parlamentarios, petición a la que se sumaron Garriga y Meyer, cuyos compañeros de filas apoyaron la propuesta. Le parece absurdo que en ocasiones sea más barato volar en «business» que en turista. «A mí me pasó el lunes con un billete Madrid-Jerez». Izquierda Unida presentó en febrero en el Congreso una iniciativa para suprimir los vuelos en preferente a los diputados. Antonio Masip, que atendió ayer a LA NUEVA ESPAÑA cuando se disponía a coger el avión de Madrid a Asturias, resaltó que su asiento era el 21C, «así que nada de business». A él un cambio de estatus no le afectaría, por sus circunstancias físicas. Reconoció que usa primera para trayectos internacionales -cada eurodiputado realiza una media de seis semanales- y que viaja en turista por España, donde cada uno tiene asignados 24 vuelos mensuales. Masip lamentó el desprestigio de la Eurocámara, «por la corrupción y el amarillismo que fomenta la prensa inglesa».

Salvador Garriga, miembro de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento, aclaró que aunque «business» resulta más cómodo porque permite acceso a la sala de espera y llegar más descansado, suprimirá al máximo la primera. Consideró «oportunista» el cambio de voto del PSOE y UPyD. «Es de cara a la galería, porque el resultado no varía». El Parlamento europeo no tiene competencias para modificar el estatuto de los eurodiputados, que corresponde al Consejo. El vicepresidente de la Eurocámara, Alejo Vidal-Quadras, del PP, defendió que los viajes en «business» «no son por lujo, placer o capricho», sino que «responden a una necesidad objetiva» derivada de la actividad laboral.

Jaime Mayor Oreja, jefe de filas del Grupo Popular Europeo, aseguró ayer que su partido defiende la austeridad y tomará decisiones en octubre, cuando se voten los presupuestos, que según la estimación aprobada suman 1.725 millones de euros, un 2,3% más que en 2011. La polémica de los «eurobilletes» llegó ayer hasta el secretario general de la UGT, Cándido Méndez, quien apuntó, en Extremadura, que no es «bueno» que el Parlamento europeo sea identificado por decisiones como la del miércoles. Los españoles que apoyaron la enmienda fueron Ramon Tremosa (CiU), Oriol Junqueras (ERC), Raúl Romeva (ICV) y Rosa Estaràs (PP). Se abstuvieron María Badía (PSOE) e Izaskun Bilbao (PNV).

«Lamento que al Parlamento europeo siempre se le relacione con corruptelas»

<Antonio Masip >

Eurodiputado socialista

«Viajamos en primera porque así podemos cambiar los billetes y es más operativo»

<María Muñiz de Urquiza >

Eurodiputada del PSOE

«A partir de ahora voy a usar más la clase turista, por coherencia personal»

<Salvador Garriga >

Eurodiputado del PP

«Los que proponían la enmienda sabían que no tenía visos de prosperar»

<Francisco Sosa Wagner >

Eurodiputado de UPyD

«Es absurdo, pero en ocasiones es más barato viajar en business que en turista»

<Willy Meyer >

Parlamentario europeo de IU

Sus señorías se atrincheran en Business Class