Avilés - Asturias

Era EL SANTÓN. Había dignificado Cataluña. Se había dejado la piel por su país. Había conseguido que muchos pensaran que era de carne inmortal como Santa Teresa. Era en "MOL HONORABLE" Jordi Pujol .
Y.. resultó ser el mayor azneügrevnis tras Al Capone. Era una hydra de siete cabezas y tres mil brazos que controlaba todo. Toda Cataluña era rehén de sus tropelías. Esa Cataluña por la que había dejado su piel no era la Cataluña de todos; ese país era SÚ País, el de su familia de sangre y su famila política.
Unos pocos ingenuos lo creían. Otros se mordían los codos sufriendo y, OTROS mirando "pa otro lao" ( Incluidos Gobiernos y Cortes españolas)
¿ Y por qué miraban para otro lado? Porque el santón disponia de un cierto número de diputados que inclinaban la balanza cuando fuera precioso a cambio de Omertà o ley del silencio , el código de honor que prohíbe informar sobre los choriceos varios.
Entre todos "la mataron" y ella sóla se murió, decía mi abuelo, que sabía más que Confucio.