Altamira - Asturias

Verduras y frutas son salud


Pertenece al conocimiento ancestral de la humanidad el hecho de que las plantas son seres vivos con los que se puede hablar en pensamientos y palabras. Todo lo que se daba por hecho en los pueblos aborígenes la moderna industria agraria lo ha olvidado. Esta trata a la fruta y a la verdura sin respeto alguno, como materia que se puede manipular genéticamente, tratar con insecticidas y pesticidas y arrojar al mercado como mercancía en masa, sin consideración alguna con la salud del consumidor. También la mayoría de los agricultores “ecológicos” o “biológicos” consideran la vida de las plantas sólo desde el punto de vista de la ciencia y la materia. La energía de vida y la comunicación entre el hombre y la naturaleza se dejan de lado, aparte de que corroen sus campos con las fuertes ureas provenientes del estiércol y de los abonos líquidos.

El cultivo pacífico de la tierra de nuestras granjas ha vuelto a la unidad con la naturaleza. Somos conscientes de que las patatas, las zanahorias, las lechugas y los calabacines de la variedad “hokkaido” son vida con las correspondiente conciencia propia. Si se les trata mal pueden entrar en “estrés” y si se les arroja descuidadamente a cualquier lugar aumenta su oxidación y así se reduce su período de conservación. Si se les trata cuidadosamente mejoran y se conserva su estructura celular. Reaccionan de manera similar a las flores, en las que incluso se han podido medir tales reacciones. Por ello tratamos a los frutos de los campos con extremo cuidado y respeto ante la vida, desde la siembra, pasando por su cultivo, la cosecha y el almacenamiento, hasta llegar a su venta.

Las verduras y la fruta son para nosotros regalos de Dios y el corazón de todos los alimentos. Cuanto menos carne y más verdura, ensaladas y fruta coma el hombre, tanto más sano estará. Las investigaciones del Ministerio de Sanidad y del Centro de Investigaciones del Cáncer de Heidelberg, en Alemania, coinciden en el hecho de que los vegetarianos son por lo general esbeltos y delgados, su nivel de colesterol es mejor que el de los notorios consumidores de carne, y su porcentaje de infartos y piedras vesiculares mucho menor.

Las ricas y sanas ofertas de la naturaleza, preparadas con ingredientes de primera calidad, tienen como resultado verdaderos manjares, que en nuestros puestos de mercado hacen relamerse incluso a los consumidores de embutidos de procedencia animal.

La cocina vegetariana no es desabrida, sino refrescante, digestiva y sobre todo sana. Las hierbas de nuestras salsas verdes no son calentadas en exceso ni tampoco tienen substancias que impiden la oxidación. ¡Son pura vitamina!. Un frasquito de salsa de pesto o de ajo silvestre puede mantenerse durante meses en el frigorífico. Son hierbas frescas que enriquecen cada comida y tienen un sabor excelente al usarlas como una especie de mantequilla para el pan.




Vida Universal
(Trini Villanueva)
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