Suflí - Almeria

Se fue detrás de la fuente, por en aquel momento llegó el Senesero con las ovejas, se adentró entre los naranjos y no encontraba el lugar adecuado para leer la carta con tranquilidad, andando y andando llegó a la rambla Bayarque, aquello le parecía que desde allí todo el mundo lo observaba, parecía un ladrón que quiere esconder su botín y no encuentra el lugar adecuado.
Por fin llegó a una acequia escondida entre un cañaveral, le pareció un lugar estupendo, abrió la carta con avidez y la leyó rápidamente, no hablaba de amor, ¡ no se lo podía creer!, volvió a leerla más despacio confirmando lo anterior , José solo le decía a Isabelina lo divertido que había sido la fiesta de San Marcos, que estaba deseando volver a verla y otras cosas sin importancia.
Un sentimiento contradictorio se apoderó de él, por una parte se alegraba y por otra tenía remordimientos por haberse apoderado de aquella carta habiendo utilizado malas artes, primero con su amigo José y después con Pepe el Cartero, pero bueno a lo hecho pecho como se suele decir y el había escuchado de otros chicos de mas edad “que en el amor y en la guerra todo vale”.
De aquel cañaveral, Mariano concibió un plan para enamorar a Isabelina, primero necesitaba un complice, estuvo pensando todo el día, toda la noche, no sabía quien podría ajudarle en sus planes, tenía que escribirle, pero el problema era la respuesta, ¿dónde le podría escribir si le contestaba? ¿…Y si no le contestaba?, estaba en un sin vivir, caminaba cabizbajo, casi tropieza con Susana, que como siempre le sonreía.
Susana con aquella sonrisa alegre y fresca le dijo: Mariano acompáñame, que voy a por la leche.
Mariano en un principio pensó en negarse pero rápidamente se le encendió la luz de las ideas y pensó que Susana era perfecta para sus planes.
Cuando Mariano le propuso a Susana que recibiera la correspondencia de Isabelina en su casa y a su nombre y que dentro del sobre le mandaría otro con el nombre de Mariano esta se agacho la cabeza y se les escaparon dos lagrimas.
Entonces Mariano se percató que había metido la pata y rápidamente cambió diciéndole que tenía que enviarle unas fotos a Isabelina y que ella también tenía algo suyo.
Isabelina sabía que le mentía, no le importaba con tal de ver a Mariano regularmente.
En la primera carta que le escribió solo le decía que la echaba de menos, que las reuniones de los jóvenes no eran lo mismo sin ella, que todo el mundo preguntaba por ella en los bailes en casa de Josico… pero la carta era aséptica respecto a sus sentimientos.
Pasaron los dias lentamente, las semanas le parecían eternas, era desesperante, Mariano se acercaba por casa de sus padres a hacerse el encontradizo por si sabian algo de Isabelina pero nada, hasta que a las tres semanas vió correr a Susana por la calle Las Eras abajo y con un sobre en la mano, se lo entregó y no esperó ni a darle las gracias, la dejó allí en medio de la calle completamente sola y le corriendo hacia la rambla Purchena, ahora tenía un escondite en una cueva donde podría leerla con la intimidad que requería el momento.
La carta era tan aséptica sentimentalmente como la suya, le contaba como era su vida dentro del colegio de monjas, que solo salía a misa los Domingos y que para escapar de la estricta vigilancia de las monjas se había apuntado al coro de la iglesia, así tenía un poco de libertad fuera del internado.
Las cartas se sucedieron mas o menos con asiduidad, hasta que no sabe como el padre de ella se enteró, no fue a hablar con Mariano directamente, como corresponde a los hombre, lo que mas le dolió es que fue a hablar con su padre despreciándole y no dándole la oportunidad de defenderse como un hombre.
Su padre lo llamó y le dijo: Mariano me ha dicho el padre de Susana que “tú no vas a echar a perder a su hija, que como su hija suspenda los estudios por tu culpa y por los pájaros que le has metido en la cabeza te corta el cuello”
Mariano balbució para defenderse y su padre le dio un palmada en la espalda y le dijo: “Anda Mariano haz lo que tengas que hacer y no te preocupes”
Que contento estaba Mariano, hasta ahora lo había tratado como un niño, le pellizcaba en le mejilla y le acariciaba el pelo… pero no palmadas en las espaldas como los hombres.
Llegó el verano, se acabó el colegio cuando a Isabelina le dieron las vacaciones regresó al Sufrí, allí estaba el en el Juego Pelota esperándola a que se bajara de la furgoneta.
¡Que guapa estaba! Se había transformado, sentía celos de todo el mundo que la miraba, todos le decían que estaba muy guapa, el la miraba y ella lo miraba a el al tiempo que le decía – Hola Mariano, tenemos que hablar.
Se fue con su familia, para desesperación de él, mejor que no le hubiera dicho nada, ¿Qué querría decir con aquel “tenemos que hablar”, sería para bien o para mal? Ya que él no tenía noticias suyas desde que su padre se enteró y tuvo que dejar de escribir ya que si lo hacía devolverían las carta al remitente y el remite era de sus padres.
Al día siguiente Isabelina es estaba esperando en la plaza, al anochecer, era casi obligatorio asistir al rosario en la iglesia o la excusa perfecta para escapar de casa.
Entraron en la iglesia y Pepe el Correo comenzó con la letanía, que creo que no entendía nada mas que él.
Ellos se sentaron en le último banco detrás de una columna, elle le dijo que sus cartas habían sido de consuelo en el internado, que le habían salvado de la rutina, pero que tenía que tener cuidado con su padre ya que cuando se enteró que se escribían fue al colegio la sacó y le dio una paliza y le advirtió que si te veía te cortaba el cuello,
Aquello al Mariano le hizo sentirse importante y le dijo que hablaría con su padre, ella
“ le dijo que no” al tiempo que le cogía la mano, el Mariano que no lo esperaba tuvo una sensación nueva ea intentó abrazarla, ella lo detuvo y le dijo que seguirían viéndose pero con discreción, esto es mas de lo que hubiera soñado Mariano
El verano pasó y se veían a escondidas, pero mayormente en grupo, cuando lo hacían así el disimulaba sus sentimientos, cuando lo hacían de forma discreta o mejor dicho a escondidas el se permitía hablarle de sus sentimientos, ella callaba.
El planificó que para el siguiente curso no se quedaba en el pueblo, habló con Don Antonio el Maestro, este con la Directora del colegio del mismo pueblo donde estudiaba Isabelina el cual se encontraba a trescientos metros del colegio de Isabelina, una carta de recomendación y las notas obtenidas en el último curso y a los 16 años comenzó a estudiar el bachillerato.
CONTINUARÁ

Siento haberme extendido tanto pero ha ocurrido algo extraño, yo pensaba contar una história de media página, pero esta pareja parece que han cobrado vida propia, yo no domino a los personajes, son los persanajes los que me dominan a mi, veremos por donde salen.
El próximo capitulo, bajo mi punto de vista el el más interesante, Mariano comete verdaderas locuras por ver a Isabelina y ella... bueno ella.... se deja querer,para locura de Mariano.

super:
No sabía que fueras tan bueno, te ha faltado decir donde iba Susana a buscar la leche (iba a casa de Juana la de Alfredo que tenía una leche de cabra buenísima y sin bautizar,¡cuantas veces me untaba el pan con la nata que al cocerla dejaba y con un poco de azúcar, era un manjar exquisito!)Así pues enhorabuena, salvo un par de confusiones con los nombres de las damas.
Un saludo suflireño

Blanessa, he tenido que cambiar los nombres de los personajes para que no se sienta nadie identificado/a.
Esta tarde (si puedo) haré la tercera entrega, hasta pronto.

Ya no valen excusas, presiento que la segunda persona principal de este culebron suflireño ya se ha enterado. Segun me dicen vive ahora en el Sur. Y no preciso mas. Si ella quiere que tambien de su punto de vista.A lo mejor lo explica a su manera...

Hola Superpelotari:
Quizás es que no me he expresado bien cuando escribo "salvo por el par de confusiones con los nombres de las damas".Es en un par de párrafos cuando te equivocas de nombre por ejemplo: Isabelina (tenía que ser Susana)sabía que le mentía y lo mismo cuando el padre de Mariano dice:
Me ha dicho el padre de Susana (tenía que ser isabelina). Por otra parte no tengo ni idea quienes pueden ser estas personas.

Un saludo. (si no te aclaras con lo que he escrito, leételo otra vez tu historia)