La Huelga - Almeria

Lo que deseo con estas, mis palabras, no es hacer una crítica, ofender o molestar a nadie, pero es que creo y siento con el alma que, según sea la situación en la que nos econtremos en esta vida todos necesitaríamos guardar unos momentos de silencio y dedicarlos a la ¨reflexión¨.
Me explico: cuando acompaño a una familia por la pérdida de un ser querido, yo personalmente, me siento muy compungida por ese sentimiento de dolor ajeno. Observo que, en esos momentos de aflicción, se hacen presentes muchísimas personas para acompañar de buen corazón a la familia en esas 24 horas de duelo tan dolorosas, tristes y complicadas. Sé que puede ser difícil no hablar, comentar o lo que es peor reír en un tono más o menos alto para aquellas personas ajenas, pero se olvidan o no son conscientes que hay unos momentos muy, muy, pero que muy dolorosos para esta familia rota por la pérdida de una parte de su vida.
Estos momentos cruciales son dos: Momentos de oración en la iglesia: hay personas que, por una razón u otra, deciden quedarse en la calle, se enfrascan en conversaciones que les hacen ¨olvidar¨ (literalmente hablando) el motivo que los ha llevado hasta allí, sin tomar conciencia que su tono molesta a las personas que siguen la oración; Y ¨El hasta luego¨, un momento dolorosísimo y terrible: hay muchísimas personas que acompañan con su silencio pero, tristemente, hay otras muchas que ¨se dedican a pasear¨ por el cementerio y comentar en un tono de voz más alto de lo que en esa situación se requiere. QUE TRISTE.
Pues ¨ese paseo y comentarios¨ los podían guardar para después del funeral. Pues bien, como he comentado antes, siempre me he sentido muy afectada cuando he acompañado a una familia en su dolor, por todas esas ¨insolencias involuntarias” de algunas personas. Por todo ello, tengo que decir que, cuando yo desgraciadamente lo he vivido en mi propia sangre –abuelos, titos, primos, amigos queridísimos y más recientemente mi hermano Antonio Miguel- me he sentido llena de dolor por ¨mi¨ pérdida, pero a la vez, con mucha tristeza y rabia, por no poder entender por qué algunas personas no pueden guardar silencio desde su corazón en momentos tan dolorosos. ¿POR QUÉ?
En un funeral se debe acompañar a la familia desde el silencio. Reflexionemos. Todos nosotros algún día estaremos en ¨ese lugar¨.

Sin ánimo de ofender a nadie.
Paqui Clemente Pérez

Hola Paqui soy la Ana mujer de José de María Dieguito, y yo siempre he pensado lo mismo que tu escribes en tu carta, la falta de respeto de mucha gente que lo hace sin pensarlo, tanto en los entierros como en la misa de San Agustinpara mi también un silencio, es mejor que tanta palabrería sin sentimiento, soy mujer de pocas palabras, pero siempre tengo un recuerdo de las personas que sentimos cercanas por unos motivos o por otros, sabemos que estas pasando malos momentos, pero ese respeto que tenemos tanto José como yo, nos ha hecho no ponernos en contacto contigo, porque sabemos que a veces uno prefiere estar solo, pero te llebamos en nuestro corazón y rezó por tí. No tengo internet ese ordenador es de mi hija Eva que normalmente esta en Madrid, pero si quieres tener contacto con nosotros pidele el teléfono a María mi cuñada, José ha estado tentado varias veces de ir a verte pero ya te digo que hemos preferido respetar lo que tu quieras hacer. Recibe un abrazo muy fuerte de José y Ana Te queremos.

Hola Paqui, soy Mary, no me conoces, yo a ti tampoco, personalmente no, pero si hay una persona que más de una vez me a hablado de ti, tu tia Mª Dolores, yo soy vecina de ella... Con respecto a lo que dices en ese texto tienes toda la razón del mundo, hay gente que sabe respetar el dolor ajeno, en cambio hay otra gente que no respetan nada, aunque tampoco creo que lo hagan a proposito, simplemente no tienen ese conocimiento de saber comportarse depende en que lugares.

K tal, Mary? Sí,ya me comentó mi tía... Pues, como comento anteriormente,ese gesto de las personas creo que es involuntario, pero no puedo entender como se puede tener tan poca empatía con los demás en situaciones tan evidentes.
Las personas, algunas veces, somos...estrañas?
Saludos.
Paky