Problemas económicos de la Comarca del Valle del Andarax
PROBLEMAS ECONÓMICOS DE LA COMARCA DEL VALLE DEL ANDARAX
El presente documento se publicó en 1977 en la revista “La Voz del Campo Andaluz” y responde muy bien a cómo se vivía en nuestro pueblo en aquellas fechas y las preocupaciones que nuestros vecinos tenían hace treinta y dos años. Sirva como recuerdo para los mayores, e información para los más jóvenes. Evidentemente, las cosas han cambiado.
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No es precisamente ahora, en estos últimos años, cuando se deja sentir sobre todos los ciudadanos de esta Comarca del río Andarax, particularmente de los pueblos que nos vamos a ocupar, Íllar, Instinción y Rágol, el grave problema económico que padecemos. Este problema lo llevamos arrastrando a todo lo largo del “paraíso franquista”, que con estoicismo y espíritu de sacrificio incomparable hemos podido soportar.
Nos ha correspondido vivir en este rincón de la geografía española, donde casi todo nuestro trabajo y cultivo, es el de producir uva de mesa para la exportación a los países occidentales. Este es un cultivo muy costoso y de una constante atención y preocupación por nuestra parte, si queremos conseguir al final del verano un fruto apto para su consumo. Por todo ello debíamos tener una mejor compensación a nuestro trabajo de todo el año, cosa que está muy lejos de alcanzar; o sea que a lo sumo, obtenemos unos beneficios escasos, y por consiguiente, se nos hace difícil hacer frente a la situación actual.
Llegado el mes de octubre, fecha en que se inicia la recolección de la uva, vienen en aluvión gran número de compradores (llámense especuladores), representantes de las Sociedades Anónimas y de diversos matices, y prácticamente desde este momento se convierten en dueños casi absolutos de nuestro fruto. Son ellos, los que ponen el precio al kilogramo de uva; son ellos y nadie más, los que señalan el día del corte de las uvas y la cantidad que hay que cortar, sin consultar para nada con aquél que las ha producido; son ellos los que poniéndose previamente de acuerdo, dan un parón a la faena de a lo mejor de veinte días, lo que determina una desmoralización para aquellos productores que se retrasaron en vender, y entonces con gran júbilo por su parte, establecen un precio mucho más bajo y se aprovechan de éstos de una manera despiadada y sin escrúpulos. Concretamente esta faena pasada pusieron las uvas en principio (a quién se las compraron) a diez pesetas el Kg., hubo una parada de quince días y entonces las pusieron a ocho pesetas, cayendo en esta situación una buena parte de productores, que como es natural se les ha hecho más difícil la situación. Si el año pasado fue un año regular y las vendimos a doce pesetas el Kg., el que éste las ha cobrado a ocho, ¿cómo podrá tirar de la vida?
A ello hay que añadir un factor muy importante: cuando le compran a un productor sus uvas dan una cantidad mínima como anticipo a cuenta, y el resto a entregar por el comprador al terminar la faena. Esto sólo son promesas, ya que son raros los que cumplen el contrato tal como se acuerda, pues se da el caso bien manifiesto que actualmente hay una buena parte de productores que no han cobrado sus uvas, y lo único que tienen es un talón para el mes de abril (día diez) y la esperanza de que se lo hagan efectivo en la fecha indicada.
Nunca se establece un contrato escrito al vender, en el que pueda tener el vendedor alguna defensa, si esto se exige por parte del productor, no hay quién le compre sus uvas. Hubo una época, en los albores de la dictadura franquista, en que se extendió una euforia de cooperativismo, y en consecuencia se organizaron numerosas cooperativas de exportación. Pocas son las que subsisten, solamente aquellas cuyos coopartícipes son capitalistas, y no necesitan la rentabilidad de sus fincas, ya que tienen determinadas funciones muy bien retribuidas dentro del aparato administrativo del estado franquista. Las otras, las que estaban organizadas por pequeños productores, tuvieron que abandonar este camino, y entregarse de nuevo en manos de los explotadores, ya que al hacer sus envíos al extranjero, los corredores nunca cumplían lo que se estipulaba, porque sabían que teníamos muy poca protección de nuestro gobierno, y que éste a su vez carecía de todo prestigio y personalidad con ninguno de los países, con los cuales manteníamos relaciones comerciales.
Paralelamente a esta manifiesta explotación, hay aún otra que se ejerce año tras año, por estos mismos comerciantes, y que francamente es una verdadera injusticia y un abuso incalificable. Nos referimos concretamente a la confección de nuestro fruto en los almacenes de la localidad. Allí acudan las mujeres que el comerciante selecciona para la faena de la confección, sin saber lo que van a ganar de sueldo. Al principio promete mucho, pero al final de la quincena paga lo que le parece, y si protestas ya no te admite más. La jornada base según datos de la Hermandad de Labradores, era, tanto para el hombre como para la mujer, de cuatrocientas cincuenta pesetas (jornada de ocho horas) y la jornada que estos señores han hecho efectiva ha sido de doscientas setenta y cinco para las maestras que confeccionan, y de doscientas sesenta pesetas para el resto de las limpiadoras. Pero hay más, después de la jornada normal y muchas noches hasta las doce las llaman a trabajar, sin considerar estas horas extras, y pagarlas después como las demás normales. A todo esto las autoridades, tanto sindicales como gubernativas, se encogen de hombros, y si alguno protesta pierde el tiempo; lo que les da campo a estos tiburones, de continuar aprovechándose de nuestro trabajo y de nuestros intereses. ¿Cabe más abuso e ignominia?
Por otra parte, existe latente un peligro, que probablemente se ponga de manifiesto, en el curso del verano próximo. Se trata del problema de las aguas, para el riego de nuestras fincas.
El año 1975, plantó sus garras en esta Comarca, una Compañía explotadora de aguas, VEGARADA.S.A, la cual adquirió una propiedad en término de Rágol, colindante al pueblo de Instinción (margen derecha del río Andarax) e inmediatamente se lanzó a hacer unos sondeos para la extracción de agua. Después de un corto lapso de tiempo, lograron dar con un caudal superior a los ciento cincuenta litros por segundo, y a la vista de este resultado procedieron de una manera rápida y arrolladora a la realización de una conducción de agua desde el lugar de la perforación hasta la capital de Almería.
Como en Instinción, y a unos quinientos metros hacia debajo de la margen, existía un pozo desde el año 1972 con un caudal aproximado de unos cincuenta litros por segundo, al dar la Compañía citada con ese gran caudal de agua, todo el pueblo de Instinción vio en ello un gran peligro inmediato, e inmediatamente la Directiva de la Comunidad de Instinción, con otros pueblos de la Comarca, denunciaron el caso a las autoridades competentes, con el fin de parar los trabajos de tal conducción. Sin embargo y haciendo caso omiso de toda autoridad, o puede que con la complicidad de esta, los trabajos seguían a buen tren para terminar la instalación de los tubos en el plazo más corto posible, y con la mal sana intención por parte de la Compañía, de presentar el hecho consumado. El pueblo de Instinción, que veía la muerte inmediata, si estos trabajos no se paralizaban, no esperó más. Se levantaron todas las mujeres del pueblo en masa, y se dirigieron al río haciendo parar todas las máquinas que allí trabajaban. No tardaron en presentarse numerosas fuerzas de la Guardia Civil e incluso al día siguiente tuvo que presentarse el Gobernador Civil de la provincia, el cual aunque con mal carácter y en tono amenazador prometió que se arreglaría todo.
A raíz de todo esto, se inicia un pleito con la compañía explotadora, pero suponemos que ésta, al comprobar la actitud firme y decidida de la Directiva de nuestro pozo, y más que nada por la experiencia recibida del levantamiento de las mujeres, la Directiva de la Empresa arría sus banderas y ofrece un arreglo. Llegado el momento del diálogo, se logra un acuerdo, consistente en que la Compañía pagara todos los gastos hasta entonces realizados (sobre unos tres millones de pesetas) y garantizar en el futuro el caudal de nuestro pozo y además abastecer a Instinción hasta ochenta y un litros, que era lo que se consideraba como precisa en los meses de verano. Durante el año 1975 y el 1976 esto se ha cumplido, pero tememos que por bajar los niveles considerablemente, dado la extracción masiva, puede que dejen incumplidos sus compromisos. Como consecuencia de dicha extracción, nuestro pozo ha quedado casi extinguido, y eliminados todos los veneros de agua que circundan al pozo y que abastecían a numerosas balsas preexistentes. El año último le arrancamos que nos devolvieran diez litros segundo gratis, por la extinción de los veneros, pero para el futuro tratan de burlar los citados diez litros.
En resumen, vemos una situación fea para la campaña de riego próxima, y estamos alerta. Los dos primeros aspectos económicos expuestos, son hechos reales y vividos. Este último es previsible y a título informativo queda expuesto.
Escrito en los meses de abril y mayo de 1977
Solaneta
El presente documento se publicó en 1977 en la revista “La Voz del Campo Andaluz” y responde muy bien a cómo se vivía en nuestro pueblo en aquellas fechas y las preocupaciones que nuestros vecinos tenían hace treinta y dos años. Sirva como recuerdo para los mayores, e información para los más jóvenes. Evidentemente, las cosas han cambiado.
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No es precisamente ahora, en estos últimos años, cuando se deja sentir sobre todos los ciudadanos de esta Comarca del río Andarax, particularmente de los pueblos que nos vamos a ocupar, Íllar, Instinción y Rágol, el grave problema económico que padecemos. Este problema lo llevamos arrastrando a todo lo largo del “paraíso franquista”, que con estoicismo y espíritu de sacrificio incomparable hemos podido soportar.
Nos ha correspondido vivir en este rincón de la geografía española, donde casi todo nuestro trabajo y cultivo, es el de producir uva de mesa para la exportación a los países occidentales. Este es un cultivo muy costoso y de una constante atención y preocupación por nuestra parte, si queremos conseguir al final del verano un fruto apto para su consumo. Por todo ello debíamos tener una mejor compensación a nuestro trabajo de todo el año, cosa que está muy lejos de alcanzar; o sea que a lo sumo, obtenemos unos beneficios escasos, y por consiguiente, se nos hace difícil hacer frente a la situación actual.
Llegado el mes de octubre, fecha en que se inicia la recolección de la uva, vienen en aluvión gran número de compradores (llámense especuladores), representantes de las Sociedades Anónimas y de diversos matices, y prácticamente desde este momento se convierten en dueños casi absolutos de nuestro fruto. Son ellos, los que ponen el precio al kilogramo de uva; son ellos y nadie más, los que señalan el día del corte de las uvas y la cantidad que hay que cortar, sin consultar para nada con aquél que las ha producido; son ellos los que poniéndose previamente de acuerdo, dan un parón a la faena de a lo mejor de veinte días, lo que determina una desmoralización para aquellos productores que se retrasaron en vender, y entonces con gran júbilo por su parte, establecen un precio mucho más bajo y se aprovechan de éstos de una manera despiadada y sin escrúpulos. Concretamente esta faena pasada pusieron las uvas en principio (a quién se las compraron) a diez pesetas el Kg., hubo una parada de quince días y entonces las pusieron a ocho pesetas, cayendo en esta situación una buena parte de productores, que como es natural se les ha hecho más difícil la situación. Si el año pasado fue un año regular y las vendimos a doce pesetas el Kg., el que éste las ha cobrado a ocho, ¿cómo podrá tirar de la vida?
A ello hay que añadir un factor muy importante: cuando le compran a un productor sus uvas dan una cantidad mínima como anticipo a cuenta, y el resto a entregar por el comprador al terminar la faena. Esto sólo son promesas, ya que son raros los que cumplen el contrato tal como se acuerda, pues se da el caso bien manifiesto que actualmente hay una buena parte de productores que no han cobrado sus uvas, y lo único que tienen es un talón para el mes de abril (día diez) y la esperanza de que se lo hagan efectivo en la fecha indicada.
Nunca se establece un contrato escrito al vender, en el que pueda tener el vendedor alguna defensa, si esto se exige por parte del productor, no hay quién le compre sus uvas. Hubo una época, en los albores de la dictadura franquista, en que se extendió una euforia de cooperativismo, y en consecuencia se organizaron numerosas cooperativas de exportación. Pocas son las que subsisten, solamente aquellas cuyos coopartícipes son capitalistas, y no necesitan la rentabilidad de sus fincas, ya que tienen determinadas funciones muy bien retribuidas dentro del aparato administrativo del estado franquista. Las otras, las que estaban organizadas por pequeños productores, tuvieron que abandonar este camino, y entregarse de nuevo en manos de los explotadores, ya que al hacer sus envíos al extranjero, los corredores nunca cumplían lo que se estipulaba, porque sabían que teníamos muy poca protección de nuestro gobierno, y que éste a su vez carecía de todo prestigio y personalidad con ninguno de los países, con los cuales manteníamos relaciones comerciales.
Paralelamente a esta manifiesta explotación, hay aún otra que se ejerce año tras año, por estos mismos comerciantes, y que francamente es una verdadera injusticia y un abuso incalificable. Nos referimos concretamente a la confección de nuestro fruto en los almacenes de la localidad. Allí acudan las mujeres que el comerciante selecciona para la faena de la confección, sin saber lo que van a ganar de sueldo. Al principio promete mucho, pero al final de la quincena paga lo que le parece, y si protestas ya no te admite más. La jornada base según datos de la Hermandad de Labradores, era, tanto para el hombre como para la mujer, de cuatrocientas cincuenta pesetas (jornada de ocho horas) y la jornada que estos señores han hecho efectiva ha sido de doscientas setenta y cinco para las maestras que confeccionan, y de doscientas sesenta pesetas para el resto de las limpiadoras. Pero hay más, después de la jornada normal y muchas noches hasta las doce las llaman a trabajar, sin considerar estas horas extras, y pagarlas después como las demás normales. A todo esto las autoridades, tanto sindicales como gubernativas, se encogen de hombros, y si alguno protesta pierde el tiempo; lo que les da campo a estos tiburones, de continuar aprovechándose de nuestro trabajo y de nuestros intereses. ¿Cabe más abuso e ignominia?
Por otra parte, existe latente un peligro, que probablemente se ponga de manifiesto, en el curso del verano próximo. Se trata del problema de las aguas, para el riego de nuestras fincas.
El año 1975, plantó sus garras en esta Comarca, una Compañía explotadora de aguas, VEGARADA.S.A, la cual adquirió una propiedad en término de Rágol, colindante al pueblo de Instinción (margen derecha del río Andarax) e inmediatamente se lanzó a hacer unos sondeos para la extracción de agua. Después de un corto lapso de tiempo, lograron dar con un caudal superior a los ciento cincuenta litros por segundo, y a la vista de este resultado procedieron de una manera rápida y arrolladora a la realización de una conducción de agua desde el lugar de la perforación hasta la capital de Almería.
Como en Instinción, y a unos quinientos metros hacia debajo de la margen, existía un pozo desde el año 1972 con un caudal aproximado de unos cincuenta litros por segundo, al dar la Compañía citada con ese gran caudal de agua, todo el pueblo de Instinción vio en ello un gran peligro inmediato, e inmediatamente la Directiva de la Comunidad de Instinción, con otros pueblos de la Comarca, denunciaron el caso a las autoridades competentes, con el fin de parar los trabajos de tal conducción. Sin embargo y haciendo caso omiso de toda autoridad, o puede que con la complicidad de esta, los trabajos seguían a buen tren para terminar la instalación de los tubos en el plazo más corto posible, y con la mal sana intención por parte de la Compañía, de presentar el hecho consumado. El pueblo de Instinción, que veía la muerte inmediata, si estos trabajos no se paralizaban, no esperó más. Se levantaron todas las mujeres del pueblo en masa, y se dirigieron al río haciendo parar todas las máquinas que allí trabajaban. No tardaron en presentarse numerosas fuerzas de la Guardia Civil e incluso al día siguiente tuvo que presentarse el Gobernador Civil de la provincia, el cual aunque con mal carácter y en tono amenazador prometió que se arreglaría todo.
A raíz de todo esto, se inicia un pleito con la compañía explotadora, pero suponemos que ésta, al comprobar la actitud firme y decidida de la Directiva de nuestro pozo, y más que nada por la experiencia recibida del levantamiento de las mujeres, la Directiva de la Empresa arría sus banderas y ofrece un arreglo. Llegado el momento del diálogo, se logra un acuerdo, consistente en que la Compañía pagara todos los gastos hasta entonces realizados (sobre unos tres millones de pesetas) y garantizar en el futuro el caudal de nuestro pozo y además abastecer a Instinción hasta ochenta y un litros, que era lo que se consideraba como precisa en los meses de verano. Durante el año 1975 y el 1976 esto se ha cumplido, pero tememos que por bajar los niveles considerablemente, dado la extracción masiva, puede que dejen incumplidos sus compromisos. Como consecuencia de dicha extracción, nuestro pozo ha quedado casi extinguido, y eliminados todos los veneros de agua que circundan al pozo y que abastecían a numerosas balsas preexistentes. El año último le arrancamos que nos devolvieran diez litros segundo gratis, por la extinción de los veneros, pero para el futuro tratan de burlar los citados diez litros.
En resumen, vemos una situación fea para la campaña de riego próxima, y estamos alerta. Los dos primeros aspectos económicos expuestos, son hechos reales y vividos. Este último es previsible y a título informativo queda expuesto.
Escrito en los meses de abril y mayo de 1977
Solaneta
Enviado por: Solaneta | Ultima modificacion:05-11-2009 22:39
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