Benahadux - Almeria

El ciberactivista que soñaba con una cerilla y un partido de extrema derecha.
Posted on 3 de febrero de 2013

En días como hoy, en los que encuestas sobre intención de voto como la de Metroscopia (El País) o El Periódico elevan a UPyD hasta el 13’6% y los 23-26 diputados, respectivamente, muchos se adelantan a señalar una estrecha relación entre el hundimiento del PP y el surgimiento de UPyD, con el fin de vender a la formación magenta como la “marca blanca” de un partido que nada tiene que ver con ésta, con el que tan dura oposición ejerce y que tanto daño está haciendo a los derechos sociales y al conjunto de nuestro país. Ante estas afirmaciones, muy poco fundamentadas por otro lado y sea cual sea su grado de veracidad, sólo señalar brevemente que ni nos molestan, ni convierten a UPyD en un partido de derechas, por tres principales motivos:

Primero: los datos sobre el trasvase de votos PP-UPyD es difundido, sobre todo, por ciberactivistas de IU, un partido que crece a un ritmo similar al nuestro en la actualidad, y bastante menor si tenemos en cuenta los años que lleva consumiendo oportunidades en la escena política. Militantes que realizan un inteligente razonamiento al pensar,

- que un votante decepcionado con el PP puede pasar a ser votante de una opción transversal como UPyD pero difícilmente apoyar el comunismo de IU,

- que un votante decepcionado con el PSOE puede pasar tanto a ser votante de una opción transversal como UPyD (varios de cuyos dirigentes, por cierto, militaron en el PSOE) como a ser votante de la izquierda radical,

- que un votante que lleva años esperando sin éxito un proyecto sólido por parte de IU, puede conocer UPyD y comenzar a confiar en él. Aunque les “pique”, podría hablar de casos bastantes cercanos que lo han hecho.

Así, por una sencilla cuestión matemática, deducimos que de confirmarse esta tendencia, UPyD podría conseguir un ascenso más rápido que IU en el medio-largo plazo. Para evitarlo, la clave de estos ciberactivistas está en posicionar, aprovechando con descaro la inmadurez democrática de España, al partido de Rosa Díez lo más a la derecha posible del eje ideológico para ahuyentar a sus potenciales votantes provenientes de PSOE e IU. Y todo por propuestas como… ¿pedir una Ley Electoral más justa? ¿Defender el matrimonio igualitario? ¿Luchar contra la presencia de ETA en las instituciones, organización que en cualquier sociedad decente sería considerada xenófoba y de extrema derecha?

Otro apunte: es tal el empecinamiento de representantes de IU como Alberto Garzón, que esta mañana llegaba a decir que UPyD ganaba terreno al PP igual que IU al PSOE, cuando concretamente respecto a enero, PSOE ha mejorado 0’2 puntos e IU ha bajado tres tímidas décimas.

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Segundo: en el PP conviven votantes y afiliados de un amplísimo abanico ideológico, que se definen como liberales, conservadores, demócrata-cristianos… y en mi opinión, no hay por qué estar en el mismo nivel de desacuerdo con todos ellos. Por ejemplo, jamás podré coincidir con un conservador en instaurar un Estado confesional católico pero quizá sí con un liberal en reducir la presión fiscal a las pequeñas y medianas empresas.

Tercero: parece claro que en los comicios del 20N de 2011 triunfó el voto de castigo. Es evidente que en 2008 no había 11 millones de españoles acérrimos al centro-izquierda del PSOE y tres años más tarde, 11 millones eran incondicionales del centro-derecha. Avalan los datos de fidelidad de voto (bajo mínimos últimamente) que reflejan cómo, del modo más lógico, una importante parte de la población cambia el sentido de su voto en cada cita electoral para “tirar de las orejas” a quien le ha fallado. Dicho de otra manera: el PP creció en noviembre con electorado que “no le pertenecía”. Y entre sus votantes, seguro que hubo gente muy honrada, comprometida y comprensiblemente decepcionada con los recientes escándalos de su cúpula.

Por último, no pretendo alentar con este artículo a que se sitúen las políticas de UPyD en el extremo opuesto al que aquí critico. Nuestras ideas están expuestas con claridad, basta informarse y luego juzgar. También la derecha parece empeñada en posicionar a los magentas en la izquierda, pero sobre ello escribiré otro día. Todo vale por mantener el “establishment” que unos y otros han creado y mantenido para favorecer sus intereses particulares.

Bienvenidos sean, por tanto, quienes confiaron en el PP y en el PSOE y ahora encuentren en UPyD una alternativa real. Bienvenidos quienes durante años han contribuido a que se pasaran la pelota el uno al otro y se dan cuenta de que es necesario cambiar las reglas del juego del bipartidismo desde dentro. Solamente una advertencia: si entras, verás que somos insobornables.

Twitter: @AlvaroLario