Aguadulce - Almeria

Un plan para la toma de San Telmo

POR MANUEL CONTRERAS

Publicado Domingo , 14-02-10 a las 07 : 33

El 2 de marzo de 1996 Javier Arenas se acostó pensando que al día siguiente podría ser elegido por los andaluces para presidir la Comunidad autónoma. Manuel Chaves, acorralado con un gobierno sin mayoría absoluta y obligado a prorrogar en dos ocasiones los presupuestos de 1994, se había jugado su futuro al órdago de las elecciones anticipadas. Las encuestas auguraban un empate técnico entre socialistas y populares, pero el PSOE logró movilizar a sus votantes al denunciar que el PP y la IU de Luis Carlos Rejón mantenían un pacto contra natura para desbancar a Chaves. Esta teoría de la pinza hizo que IU sufriera un descalabro y la distancia entre el PSOE y el PP pasase de cuatro a doce diputados.
Desde aquella noche, hace catorce años, el PP no ha tenido opción alguna de ganar las elecciones autonómicas en Andalucía. El objetivo del presidente popular, Javier Arenas, es que la víspera de la próxima cita electoral pueda volver a acostarse con posibilidades reales de instalarse en San Telmo. El plan del partido para conseguirlo pasa por los siguientes pasos:
El PP se centra ahora en ofrecer unidad y solvencia frente a las tensiones internas de los socialistas
Amortizar la crisis del PSOE. A corto plazo, el primer objetivo popular es sacar el máximo rendimiento de la crisis que ha vivido el PSOE durante el último año con la marcha de Manuel Chaves y la llegada de José Antonio Griñán. La estrategia pasa, en primer lugar, por resaltar la grave repercusión que las cuitas internas socialistas ocasionan a la gobernabilidad de Andalucía, ya que los dirigentes socialistas desatienden sus obligaciones en la Junta. Fue el propio Griñán quien consideró «una locura» hacer un congreso extraordinario por su efecto en el gobierno andaluz, y se da por hecho que la designación de candidatos para las elecciones municipales provocará una crisis de gobierno, con el consiguiente parón a la gestión. «Entre pitos y flauta, Andalucía ha perdido un año, y ya sabemos que Griñán no podrá centrarse en gobernar al menos hasta después del verano», señala un portavoz del think tank de Javier Arenas.
Un segundo paso para amortizar la crisis del PSOE es insistir en mostrar una imagen de solidez del PP frente a las convulsiones del PSOE. Por eso los populares se han apresurado a confirmar a sus candidatos en las capitales para las municipales (los alcaldes gobernantes más Zoido, Nieto y Rodríguez de Moya) y cada semana designa un candidato en una ciudad media. Los populares quieren ofrecer sensación de ideas claras y solvencia frente a los problemas del PSOE para encontrar candidatos. «El PSOE está sufriendo el síndrome de Paulino. De Paulino por Plata, el consejero que abandonó la Junta para ser candidato en Marbella y arruinó su trayectoria política. Las encuestas les dan malos resultados, y nadie quiere dejar el oropel de la Junta o una carrera profesional boyante si no tiene garantías de que va a ser elegido alcalde», asegura un dirigente popular. «Los nuestros ya han pasado el quinario de cuatro años en la oposición, y para ellos las elecciones no son una amenaza, sino la oportunidad esperada», explica un dirigente del partido.
Teme que la euforia de las encuestas convierta un buen resultado en las municipales en una decepción
Ganar las elecciones municipales. Tras el verano comenzará la campaña oficiosa para las municipales de 2010, una cita clave en el camino hacia las autonómicas. El PP afronta la cita con recelo. «Nos preocupa la euforia. Las últimas encuestas, de hace tres meses, fueron muy buenas para nosotros. Suponemos que las del 28-F, que se están haciendo estos días, van a ser mejores. Se puede proyectar la imagen de que el partido ya está ganado, y luego podemos sufrir un batacazo. Todavía queda un año para las elecciones y las cosas pueden cambiar mucho», señalan en el entorno de Arenas. En el PP están prácticamente convencidos de que volverán a ganar en todas las capitales, pero el reto de gobernar en todas ellas es difícil: el PA ni está ni se les espera, y UPyD parece haberse desinflado, por lo que al PP no le queda otro camino que lograr la mayoría absoluta. «Lo cierto es que sólo tenemos asegurada la mayoría absoluta en Cádiz y, salvo desastre, en Almería. En el resto de las capitales hay serias opciones, pero hasta no conocer los candidatos del PSOE no se pueden definir las estrategias», afirman. En este sentido, el PP espera con expectación los movimientos de Griñán tras asumir el poder de su partido. «El perfil de los candidatos va a evidenciar si el PSOE pelea o si tira la toalla con las municipales».
Explotar los nichos de crecimiento. Las elecciones municipales definirán el escenario final de la batalla por San Telmo. En el PP son tajantes: «Si gobernamos en todas las capitales, Arenas gana las elecciones. No nos pasará como en 1995». Ese año, los populares se hicieron con todas las alcaldías, pero el PSOE sacó de la manga el as del mensaje victimista de la pinza que caló en su electorado, lo que le permitió ganar en las autonómicas de 1996. Los estrategas del PP consideran, empero, que un vapuleo del PP al PSOE en las municipales dejaría muy tocado a Griñán, y con un escenario de crisis económica los socialistas no tendrían margen para sacar más conejos de la chistera.
Llegar a San Telmo pasa por dos diputados más en Sevilla y uno en el resto de provincias, excepto Almería
Pero para gobernar, Arenas necesitaría previsiblemente la mayoría absoluta, lo que obliga a exprimir al máximo los nichos de crecimiento populares. El partido ubica estas bolsas de crecimiento potencial en ciudades medias de provincias con fuerte implantación socialista, situadas sobre todo áreas metropolitanas. Las cuentas pasan por ganar dos diputados en Sevilla —la extrapolación de los resultados de las elecciones europeas ya otorgaría a los populares el séptimo diputado en esta provincia— y uno en Granada, Huelva, Jaén, Córdoba, Málaga y Málaga. En Almería se considera que el PP ya ha tocado techo.
Aprovechar la coyuntura nacional. Con todo, a nadie se le escapa que la crisis hará que las elecciones locales y económicas vayan a estar muy determinadas por la política nacional. Los populares se han apresurado a incorporar a Rajoy como un figurante más del escenario andaluz, conscientes de que para el PSOE pasear a Zapatero por Andalucía es un problema más que una solución. Por otra parte, Rajoy sabe que sus opciones de triunfo pasan ineluctablemente por recortarle a Zapatero la ventaja que éste obtuvo en Andalucía y Cataluña en 2008. Esta convergencia de intereses motivará que Rajoy se convierta en un fijo en las actividades promocionales del partido en Andalucía, algo a lo que tampoco es ajeno la creciente influencia de Javier Arenas en el entorno más próximo del presidente del partido. No en vano, Rajoy y Arenas han hecho causan común para afrontar en la misma fecha, en las generales y las autonómicas, el sueño electoral que ambos llevan tantos años acariciando.

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