Adra - Almeria

CIU echa una manita al PSOE en Andalucía

Antonio Barreda Alcobet

Lunes, 10 de Octubre de 2011 10:26

La actual campaña política está diseñada, nada se mueve al azar. Con las encuestas dando un revolcón histórico del PP al PSOE en Andalucía, salen en tromba los chicos de CIU para echarle una manita a Griñán, Chaves, Guerra y compañía. El primero en abrir fuego fue el jefe de filas del gobierno catalán, Artur Más, quien dijo en el parlamento catalán que a los de Sevilla o Málaga no se les entendía a pesar de estudiar en castellano. Con esta frase dio un golpe directo a la mandíbula de la conciencia andaluza que despertó, de golpe, tras 30 años de estar dormida y anestesiada por el PSOE desde aquel del 28-F.

La llamada a la defensa de lo andaluz estaba servida en bandeja de plata. Y como en la política andaluza nada es casual, sale Duran i Lleida y eleva el tono y el tiro, indicando que los del PER están en el bar de la esquina. Todo un golpe a la Andalucía rural, a la Andalucía olvidada de la mano de Dios, a la Andalucía que se deshilacha por los terrones de una tierra que nunca fue suya y que recuerda aun a aquellos a los que Manaute y Borbolla prometieron una reforma agraria que nunca llegó. Desde la edad media nadie ha podido cambiar la cara y los apellidos de los antiguos señoritos.

Y ahora que el PSOE se hunde, que rompe el suelo de cristal con un José Antonio totalmente apagado y con un gobierno noqueado por los escándalos de los ERE y la reforma del sector público, necesitaba oxígeno y aquí viene CIU a dárselo a botellas llenas. El favor que le han hecho al PSOE en Andalucía no tiene precio, máxime cuando el PSOE es el que secuestró por la fuerza y para apropiárselo todo el espíritu andaluz que nació tras el 28-F, y es el que se ha encargado de administrarlo en la región estos 30 últimos años desde los despachos de la Junta de Andalucía.

La campaña se inicia con un golpe seco al avispero del sentimiento andaluz, a la lucha diferencial de las regiones, a la Andalucía subsidiada, a los que malviven con el PER. El golpe de CIU es una colleja a Andalucía que intenta avivar las llamas de un partido que hoy está quemado por 30 años de gestión, que está paralizado por una crisis que le ha roto la columna vertebral de su pobre economía. Ya tras el golpe salta Guerra con su chaqueta metálica preparado para esta guerra. Y tras él el PSOE que quiere llevar al Parlamento los insultos y las collejas para explotar él solo, y en exclusiva, el posible rédito electoral.

CIU sabe que Rubalcaba es un candidato que nació muerto. Que su discurso no solo no despega, sino que está rompiendo el partido porque no renueva. La aprobación de las listas este fin de semana fue el primer aldabonazo de aviso de quienes ya no quieren a la vieja guardia, de quienes quieren enterrar los restos de un moribundo Zapatero. Por ello CIU cuenta sus habas y cuenta que no quiere un PP en Madrid con mayoría absoluta. Quiere un PP con el saldar viejas deudas, un PP con el que se lleve para Barcelona hojas completas de los presupuestos.

Por eso han salido a la arena, para meter el dedo en el ojo a la dormida conciencia andaluza. Una conciencia que recuerda solo lo que al PSOE le interesa. Así el discurso primario de Chaves intenta hacer creer que el PSOE nunca ha gobernado Andalucía, que los problemas que tiene Andalucía nacen, de repente, en un tiempo inmaterial, que la culpa no es sino de otros, que los cierres de empresas son deslocalizaciones que deciden gente de Ilinois o Chicago y que por su culpa ahora hay que cambiar el sistema productivo.

La manita de CIU al PSOE en Andalucía no busca otra cosa que recortar el contador de votos que empezaba a dar al PP una mayoría que asusta a los nacionalistas. En ese terreno del puñado de votos necesarios se mueven ellos como nadie, porque levantar la mano en el Parlamento cuesta un nuevo centro de Salud para Ampurias o una terminal nueva para el aeropuerto de Lleida.