Santa Pola - Alicante

En Santa Pola no tenemos corrupción


Viernes 8 de febrero de 2013

La corrupción es tanto mayor cuanto mayor es la cantidad de dinero de la que pueden apropiarse los corruptos y corruptas. Es por tanto mayor la presunta corrupción de un partido estatal, como la que niega el Sr. Rajoy, que la posible corrupción del gobierno de una localidad de 35 000 habitantes, por ejemplo. Podría ser que en tiempos pasados –ahora ya no, porque no nos queda construcción, ni se ve en el horizonte su recuperación- determinados políticos de los ayuntamientos recibieran dinero de ciertos constructores por permitir que se urbanizaran parajes vírgenes y protegidos previamente recalificados por planes de urbanismo hechos a medida de los constructores, en los que desde un punto de vista racional, medioambiental o por sentido común no se debería construir. Podría ser que los residuos recogidos selectivamente que pudieran llegar a los distintos contenedores de los ecoparques de ciertos municipios se vendieran sin control alguno a comerciantes del ámbito, sin mesa de contratación, porque las cantidades obtenidas no llegaran cada vez al mínimo que marca la ley para ser necesarias estas contrataciones, y que de esta manera determinadas personas se embolsaran cantidades que no les pertenecieran, hurtándolas a las arcas municipales. Pero no hay prueba de ello, porque puede ocurrir que las matrices de los vales de recogida entregados a los que quisieran deshacerse de residuos, pagando por ello, pudieran haber sido robadas un fin de semana cualquiera por unos desaprensivos, o simplemente destruidas por falta de supervisión. Puede ocurrir que en una cantera colmatada de escombros, y por tanto oficialmente cerrada, se siguieran vertiendo estos residuos y cobrando a los que necesitan deshacerse de ellos sin control, y por tanto no llegando ese dinero ni a tesorería ni a intervención del ayuntamiento. Pero para afirmar esto harían falta pruebas documentales que podrían haber desaparecido en una incidencia u otra. Puede ocurrir que el debido control en instalaciones como los ecoparques o la cantera esté en manos de personas que no sean funcionarias del ayuntamiento, sino asesores o personas de libre designación, que por tanto no tengan la debida acreditación para administrar fondos ni controlar el funcionamiento económico de este tipo de instalaciones. También puede haber habido personas que controlen el reparto de agua sobrante de una depuradora a los posibles regantes, y que hayan cobrado por ello a esos regantes, pero eso habría que demostrarlo documentalmente. Se puede presionar a las empresas que administran servicios privatizados del ayuntamiento, como aguas, o basuras, o recaudación, para que proporcionen trabajo a los familiares y amigos y amigas de concejales que tengan mando en plaza, saltándose así al Servef, a la ADL, a las bolsas de trabajo, a los tribunales de oposiciones, al INEM, al sursum corda y a los santos mártires de Córdoba. Pero esto además de producirse habría que demostrarlo. Por eso afirmamos que en Santa Pola no hay corrupción. Porque solo hay corrupción si se demuestra que la hay. En los demás casos, solo puede haber indicios no demostrados, por muy llamativos que resulten.

Yo estoy en política para forrarme.

Por desgracia si que hay sobres.

En Santa Pola hay mucha cleptocracia.