La Gineta - Albacete

Queridos compañeros y compañeras, Muchísimas gracias por invitarme a este acto. Para mí es un gran honor poder estar con todos vosotros en este inicio de campaña.

Antes de proseguir con mi intervención, quiero trasladaros un mensaje de parte de todos los socialistas españoles.

La palabra que refleja lo que sentimos por el éxito de Anne en París, y por el nombramiento de Manuel para dirigir el Gobierno es
‘orgullo’.

Orgullo y también solidaridad, identificación, complicidad...
Orgullo por sus raíces españolas, por sus expedientes de servicios a la República y por sus trayectorias como socialistas.

Y orgullo histórico, los dos son herederos de miles y miles de españoles que ayudaron a construir la Francia de hoy, a liberar Francia del nazismo, miles y miles de españoles que tuvieron aquí una patria y una república cuando el fascismo les arrebató la suya en España.

Lo mejor de España se parece a ellos, y sobre todo, la Francia que tanto queremos y tanto respetamos es como ellos: entrega a un proyecto de comunidad, a una ciudadanía que es el centro de nuestra misión como socialistas.

Gracias por vuestra calurosa acogida. Tengo que decir que aquí, en París, me siento un poco como en casa. A través del idioma y de la misión de la Educación Nacional de la República francesa en el extranjero, tuve el privilegio de formarme en un ambiente bicultural europeo. Quiero saludar a todos los hijos y nietos de republicanos españoles que están aquí esta noche.

La idea de Europa era el sueño de mi generación. Ese sueño se hizo realidad para nosotros, los españoles, en 1985 con nuestra adhesión a una Europa en
Construcción. Un espacio que representaba el Estado de bienestar al que la socialdemocracia europea dio forma de la mano Mitterrand, González, Palme, Brandt... El sueño ansiado de construir en común nuestra "casa" europea sobre
los pilares del Estado del bienestar.


Sin embargo, empezamos ya a no reconocer esta casa común. Y es por eso que las elecciones del 25 de mayo representan un punto de inflexión histórico para Europa. Más que nunca, estas elecciones marcan una encrucijada decisiva. Se trata de tomar el camino hacia una Europa más europeísta.

Porque verdaderamente estamos viviendo una confrontación ideológica que enfrenta neoliberalismo y políticas de progreso. El
resultado de estas elecciones determinará si habrá una Europa del futuro o no.

Nos encontramos ante una elección entre una Europa socialista y europeísta o una Europa conservadora, anti-europeísta.

Debemos, por tanto, "elegir nuestra Europa" (cómo me gusta el lema de los socialistas franceses). Y nuestra Europa es: La Europa social, la que no se olvida de nadie de los que sufre, la que no deja
caer a los más débiles, a los más desfavorecidos.

Es también la Europa unida, que ha de poner fin a la división entre países cigarras y países hormigas.

Es la Europa fuerte frente a otros modelos en el mundo. La Europa que defiende el modelo social, desechado en otras latitudes.

Es, en definitiva, la Europa democrática: la Europa de los iudadanos.

Necesitamos una Europa que resitúe el interés de las personas por encima del interés de los mercados. ¿Cómo definir esa Europa con rostro humano que queremos, que necesitamos?
•
Es la Europa que pone el empleo en el primer lugar de sus prioridades y por lo tanto en la prioridad de sus presupuestos.
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Es la Europa que rompe con la tiranía de la austeridad para desarrollar políticas que consigan estimular el crecimiento
•
Es la Europa que basa su competitividad no en salarios bajos y menos derechos de los trabajadores, sino en la calidad y
en la excelencia: en el mejor sistema educativo, en la mejor tecnología y en la productividad que nace del pacto social.
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Es la Europa que dice no al odio que resurge en nuestras sociedades, que tiene voluntad de ser más plural y cada vez más
integradora.

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Es la Europa que quiere mejorar y reformar la democracia para que la mayoría vuelva a creer y a participar en ella.
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Es la Europa que no está dispuesta a caminar hacia atrás, sino hacia delante en la igualdad y en la defensa de los derechos de las mujeres.

La Europa que se indigna, queridas compañeras, con nosotros y nosotras en las calles de España, de Francia cuando un gobierno como el de España quiere arrebatar a las mujeres su condición de seres autónomos y libres.

Os damos las gracias de corazón por vuestra solidaridad. Hemos sentido y seguimos sintiendo vuestro hombro junto al nuestro,
y lo vamos a conseguir! ¡Esa es la Europa que elegimos!

Para lograrlo, vamos a enarbolar y a defender banderas irrenunciables.

En primer lugar, los jóvenes. Los jóvenes, que son el futuro de nuestra Europa, y que sufren actualmente un desempleo insoportable.
Sobre todo en el Sur y en particular en España.
Nosotras y nosotros, socialistas, levantamos también la bandera de las mujeres.

Por su dignidad, por la igualdad salarial, por su seguridad y por su libertad.

Por supuesto, la bandera de todos los trabajadores, que tienen derecho a un salario digno, a preservar los derechos adquiridos.

Vamos a defender un salario mínimo en Europa.

Y nuestra bandera es también la de una Europa verde.

Vamos a promover las tecnologías no contaminantes y los métodos de producción respetuosos con el medio ambiente.

Pero necesitamos también reactivar la economía, poner fin a la política de austeridad que penaliza a aquellos que no son respo
nsables de la crisis. Los ciudadanos no deben pagar nunca más por los errores del sector financiero, un sector que, por el contrario, debe estar al servicio de los ciudadanos y de la economía real.

Nuestro objetivo: estimular la economía para crear puestos de trabajo, dando prioridad a la innovación, a la investigación, a la formación.

Es la Europa donde la economía está al servicio de la política y la política al servicio de los ciudadanos. Estamos listos para aceptar este gran reto, muy con conscientes de los fantasmas
que vuelven a recorrer Europa:
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los nacionalismos excluyentes
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el fanatismo ideológico
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la xenofobia

Debemos hacer frente a estos peligros, y de debemos
cerrar las fracturas que se abren en Europa de manos de la derecha:
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Fracturas entre el norte y el sur;
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Fracturas entre los ciudadanos y la propia democracia;
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Fracturas entre gente que tiene oportunidades y qui
enes ya no las tienen;
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Fracturas entre europeos de nacimiento e inmigrantes;
-
y la peor de todas, fracturas entre ricos, que son cada vez más ricos, y pobres, cada vez más pobres.

Estas fracturas ponen en riesgo todo el proyecto europeo y nosotros, socialistas, tenemos que cerrarlas.

Tenemos un gran reto por delante: volver a unir a Europa; volver a hacer de Europa un proyecto de unidad y de solidaridad, en el que nuestros ciudadanos y ciudadanas se vean reconocidos.
Porque muchos hoy no ven respuestas en la UE. No las ven los 26 millones de personas que no tienen trabajo en la Unión Europea;
casi seis millones de ellos compatriotas míos.
No las ven la mitad de los jóvenes de España, que no pueden encontrar trabajo.

No las ven los 125 millones de personas que hoy en Europa viven en el umbral de la pobreza. ¡En la confiada y rica Europa, en la
cuna del Estado del Bienestar, una de cada cinco personas vive hoy en riesgo de pobreza!

En España, queridos compañeros, ¡uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza!

Europa no puede esperar más. Es por eso que hemos elegido el mejor candidato para enfrentar estos peligros, para cambiar esta Europa que ya no reconocemos.

Martín, estamos orgullosos de que seas nuestro candidato, porque eres el mejor y porque va a ganar el mejor. Vas a ser uno de los socialistas que escriban una nueva página de la historia, y vas a hacerlo con los votos de tus conciudadanos.

Otros no quieren, no se atreven a pasar por las urnas. ¡No creen que sea importante! El candidato de la derecha europea, ese
candidato que representa el austericidio, las políticas antisociales, la troika... quien fue durante 18 años primer ministro de uno de los destinos favoritos de los capitales ocultos de toda Europa... ese no candidato esperará sentado en su casa el resultado de las
elecciones. Y hará bien, porque allí podrá seguir más cómodamente la victoria socialista.

Europa no puede esperar más.

No basta con indignarse. Hace falta votar. Votar para cambiar el rumbo.

Porque votar por el Partido Socialista en Francia es votar para defender los derechos de las mujeres en España.

Porque votar por el PSOE en España, es defender el empleo de los jóvenes franceses.

Porque votar por el SPD en Alemania, es votar contra la pobreza en Portugal.

Es el voto por Europa, es el voto sin fronteras, es la Europa sin fronteras.