La Gineta - Albacete

Los datos de la última EPA son pavorosos. La cifra más alta de desempleo de toda la historia. Seis millones de españoles no tienen trabajo, y son seis porque los miles que faltaban a finales de diciembre han debido perder su empleo en enero, dado que unas tres mil personas al día se fueron al paro en el último trimestre de 2012. Ese fatídico año, el primero del Gobierno de Mariano Rajoy, con sus 850.000 desempleados más, se convierte en el segundo peor de la crisis tras el 2009.

Solo que ahora no computan los cientos de miles de inmigrantes que han vuelto a sus países de origen, ni los miles de jóvenes obligados a salir de España por la falta de futuro, ni los que han tirado la toalla y han dejado de buscar inútilmente un empleo.

Somos, junto a Grecia, el Estado con más parados de Europa, justo el año de entrada en vigor de la publicitada reforma laboral que según la ministra Bañez iba a ser (junto a la Virgen) la solución a todos los problemas.

Lo peor, lo mas indignante, es que incluso antes de ganar las elecciones ya vendieron la especie de que solo con su acceso al poder mejorarían los datos del paro, que solo su providencial llegada a la Moncloa aceleraría la salida de la crisis. Decían que lo iban a arreglar pero un año después estamos mucho peor.

Los expertos coinciden en que los durísimos ajustes para controlar un déficit, que no se sabe como ha acabado pero que ha costado la perdida de mas empleos en el sector público que en el privado, y la reforma laboral son los responsables de un paro del 26,02%.

Para colmo, el Fondo Monetario Internacional echa, nuevamente, un jarro de agua fría a las alegres expectativas de crecimiento del ministro Guindos. Vaticina que 2013 va a ser aún peor que el anterior y que los primeros y tímidos signos de recuperación no se verán hasta 2014. Todavía le extraña y exaspera a Guindos nuestro irrelevante papel en las instituciones económicas europeas. Podrían proponer a la “eficacísima” ministra Fátima Bañez para presidir la Organización Mundial del Trabajo. Con los “brillantes” resultados de su gestión seguro que se la rifan.

Una cosa parece cierta, los dirigentes populares debieron respirar aliviados al ver que los datos del paro ocupaban todas las portadas, sustituyendo al caso Bárcenas. También dejaba de interesar la vergonzosa comparecencia de Montoro en el Congreso, regañando a la oposición por preguntarle si había cobrado sobres en negro o que sabía sobre el tema del blanqueo de la cuenta Suiza de Bárcenas, al amparo de una amnistía fiscal que parecía hecha a su medida.

Pero como les crecen los enanos, también se ha sabido que el ex consejero de Esperanza Aguirre, el joven y encantador Alberto López Viejo, una de las cabezas de la Gürtel en Madrid, tenía asimismo una cuenta en Suiza que ya ha regularizado. Hay que ver el apego que sienten por Suiza determinados dirigentes del PP, pero sobre todo lo rentable que resulta la proximidad al poder en un momento en que la inmensa mayoría de la población las está pasando canutas.

Victoria Lafora es periodista y analista político