La familia del exgerente de Emarsa ha comprado inmuebles, campos y viñas en Casas Ibáñez Dos hermanos de Cuesta también aparecen en las facturas de viajes a cargo de la depuradora que investiga el juez 17.11.11 - 00:07 - MARÍA JOSÉ CARCHANO mjcarchano@lasprovincias.es | CASAS IBÁÑEZ. Los vecinos dicen que la familia compró caballos y que Esteban montaba cuando iba al pueblo Un pesado silencio se escucha en el vacío casino de Casas Ibáñez cuando un forastero pregunta por los Cuesta Anguix. En este municipio albaceteño de apenas 5.000 habitantes todo el mundo conoce a aquella humilde familia que tuvo que emigrar hace ya años porque el padre, agricultor y con cuatro hijos, no podía darles sustento. La granja que explotaba -«de pollos o conejos era», dicen en el pueblo- no les permitía llegar a fin de mes. Como la mayoría de los vecinos que emigraron, vieron un futuro en Valencia. Y Esteban Cuesta fue el hijo que más prosperó. Estudió enfermería y consiguió una plaza en el Hospital Clínico. Con dotes de mando, llegó a ocupar un puesto de responsabilidad como jefe de enfermería en Sagunto. Luego llegó el cargo político, como alcalde pedáneo de Benimàmet. Más tarde apareció la depuradora. «Siempre le han ido muy bien las cosas, como estaba bien relacionado en el Partido Popular...», dice un vecino, que, como el resto de las personas que departen con LAS PROVINCIAS en Casas Ibáñez, se quiere mantener en el anonimato. José Ramón Cuesta es el hermano pequeño de la familia. Fue el único que decidió volver con sus padres al pueblo de donde era originario y dedicarse a cultivar tierras. El 16 de mayo de 2005 se constituye la empresa Explotaciones Agrícolas Ecológicas, según consta en el Registro Mecantil. José Ramón aparece como administrador único y Luisa Cuesta, otra de las hermanas, es la apoderada. Ese mismo día la mercantil registra una casa a su nombre, una vivienda en la carretera de Albacete de tres plantas y 622 metros cuadrados, tal y como aparece en el Registro de la Propiedad. Entre 2005 y 2006 adquieren además varias parcelas de viñas y cultivo de cereales en la zona y se convierten en terratenientes. En el registro aparece la compra de dos viñedos en el paraje Madriguerilla del Monte, comprados en marzo de 2006. En mayo de ese mismo año, la mercantil Explotaciones Agrícolas Ecológicas adquirió una finca rústica en el paraje Casilla de Poncho. Ese mismo mes compra un edificio agrícola en el paraje Castilla de Blas María y otra finca de cereales en esa misma zona. A los vecinos, sin embargo, desde el primer momento les llama la atención la vivienda. «La casona es impresionante», explica un vecino, que asegura que en los últimos años se ha reformado de arriba a abajo. «A saber cuánto dinero habrán metido ahí», dicen en el casino. ¿De dónde salía el dinero? «Volvieron como nuevos ricos», explican en el municipio, que comentaban lo bien que les habían ido las cosas desde que emigraron. José Ramón Cuesta ha vivido estos últimos años como propietario de unas tierras que han dado además trabajo a gente del pueblo, y donde aseguran que su intención era montar una bodega en la planta baja de la vivienda. El nombre de José Ramón Cuesta y de su hermana Luisa también han aparecido en el sumario del caso Emarsa. El primero viajó en dos ocasiones a Madrid con su hermano y otro familiar. En el primer viaje, realizado el 8 de septiembre de 2008, los tres gastaron 1.459 euros en los billetes de avión. Se quedaron sólo una noche, pero salió bastante cara: se alojaron en el Meliá Castilla, donde debieron reservar varias suites, porque las horas de sueño costaron 1.440 euros. Dos meses después, los tres vuelven a viajar a Madrid y se quedan de nuevo en el lujoso hotel. Ese mismo año, Luisa Cuesta se va de vacaciones con su hermano, su mujer y sus hijos en el mes de agosto. Fueron cinco días en Marbella con todos los gastos pagados: vuelo, alquiler de coche y hotel, en un NH de cuatro estrellas. Total, casi 3.500 euros a cargo de la planta de Pinedo, según consta en las anotaciones del administrador de la agencia de viajes Benimàmet, que facilitó al juez instructor del caso Emarsa. También en Casas Ibáñez sus convecinos destacan el nivel de vida que han mostrado los últimos años los miembros de la familia Cuesta. «Compraron caballos, y Esteban montaba con su familia. Incluso en la ropa, en los coches y su estilo de vida los veranos que pasaban aquí demostraban un nivel económico muy alto», asegura otra vecina. No les extrañaba, no obstante, que la vida les hubiera sonreído. Y es que en Casas Ibáñez el boom inmobiliario convirtió a varios vecinos que emigraron a Valencia o a Barcelona en personas con un elevado nivel de vida. «Pensábamos que como Esteban Cuesta era una persona importante en Valencia, por eso les iba tan bien», aseguran. La alcaldesa, Carmen Navalón, lamenta que ahora el pueblo de Casas Ibáñez se haya asociado a una mala noticia. «Hemos oído algunas cosas, sabemos que sale en los medios de comunicación, pero poco más», explica la primer edil, socialista, que conoce bien a la familia por su vinculación política. Y es que José Ramón Cuesta Anguix formó parte de la lista del Partido Popular que se presentó a las pasadas elecciones municipales de mayo. «No iba en puestos de salida, pero tiene muy buena relación con la gente del partido», explica la alcaldesa. Es más, uno de los bajos de la casa que ocupa el hermano de Esteban Cuesta es la sede del partido en este municipio, un local que ayer permanecía cerrado. Junto a la sede, una valla cierra el paso a un gran patio. La casa se distingue del resto por su cuidada rehabilitación: verjas de tres metros, carpintería completamente nueva, grandes ventanales y un garaje donde asoma un tractor que se ha convertido en la envidia de los agricultores de la zona. Poco queda ya de aquella familia que tuvo que emigrar. Y en Casas Ibáñez, los vecinos preguntan. Se quedan con la boca abierta al conocer los delitos de los que se acusa a Esteban Cuesta, imputado por malversación de caudales públicos, delito societario, estafa continuada y falsedad documental. Ayer el portavoz socialista Ramón Marí exigió al expresidente de la entidad Enrique Crespo y a la alcaldesa, Rita Barberá, que expliquen «los oscuros negocios» de empresarios vinculados a la depuradora de Pinedo en Rumanía, como contó LAS PROVINCIAS el lunes. |