Casas-Ibáñez - Albacete

Uno de los síntomas del tono vital de la sociedad española es la sensibilidad frente a la cuestión lingüística. Ese tono de preocupación se está articulando en plataformas y manifestaciones que reivindican el derecho constitucional a hablar en la lengua castellana en todo el territorio español, incluidas aquellas comunidades en que se da el bilingüismo. Una de las expresiones más preocupantes de las ideologías nacionalistas es la utilización de la lengua como medio de exclusión y de señalamiento social. Las políticas lingüísticas de varias Comunidades históricas, más que facilitar la integración lo que hacen es potenciar la exclusión, con una imposición que difícilmente encaja con la norma constitucional.

Entre los efectos más preocupantes de la política lingüística de esas comunidades está la creación de dos realidades, una oficial que excluye al castellano, y otra popular que utiliza ambas lenguas con la libertad lógica de una comunidad bilingüe. En Cataluña se ha dado una paradójica situación en la que las Universidades, que representan la universalidad del saber y del dominio de los idiomas, no están cumpliendo una normativa burocrática del gobierno de la Generalitat en la que se exige a los docentes el nivel C de catalán, amén de que deben aclarar el primer día de clase en que idioma impartirán su asignatura. Esta normativa es ejemplo de lo que nunca debiera haber existido, por ser contraria a la realidad y al sentido común. Y si no que se lo digan a los alumnos.

Mio_Cid