Alcalá del Júcar - Albacete

ARTICULO DE LA REVISTA HÁBITAT

CORREDOR FLUVIAL DEL RÍO JÚCAR ( I)la

El río de Albacete

Cañones escondidos en los confines orientales de Castilla - La Mancha, el entorno del río Júcar es un pasillo medioambiental olvidado a pesar de que intercomunica hasta veinte espacios naturales diferentes.
La principal característica del Júcar fue siempre sus enormes y súbitas oscilaciones de caudal. Unas terribles avenidas que dieron a este río legendaria fama desde los lejanos tiempos islámicos, cuando una harka entera de guerreros del califa Abderramán III fue arrastrada a los infiernos cuando pretendía vadearlo a la vista de la entonces imponente fortaleza de Jorquera.
El último drama tuvo lugar en 1982, cuando el Júcar se llevó por delante la flamante presa de Tous, lo que generó en pocos minutos una avenida causante de más de una veintena de muertos e incalculables perdidas materiales. En aquella ocasión, el cañón del Júcar en tierras de Albacete, se constató una subida del nivel de las aguas de hasta mas de 30 metros en sus tramos más estrechos.
Queremos comenzar nuestro viaje náutico a la altura de la localidad de Villalgordo del Júcar. Con nuestras ligeras embarcaciones de tipo canadiense han demostrado ser las más óptimas para deslizarse sobre este tramo fluvial a menudo escaso de caudal, casi extenuado por los regadíos implantados en exceso, interceptado además por molinos y batanes antiguos o por represas vinculadas a sucesivas fábricas de luz de principios de siglo, al ser este uno de los ríos de España con mas centrales eléctricas en su cauce. Iremos narrando y dejando atrás los molinos del Francés, las centrales de la Manchega y de San Alejandro, los molinos del Concejal, de la Marmota, de los Pantones. Entre este último y el paraje donde se ubica la ermita del Angel disfrutaremos, por la orilla derecha, de las extensiones frondosas de los pinares de Hita y del Júcar. Se trata de un extraordinario pulmón verde puesto en medio de la planicie Manchega ( progresiva mente amenazado por un dominguerismo creciente sin regulación, especial mente grave por la penetración en el medio natural de vehículos a motor, las basuras y los fuegos incontrolados de los campistas que en estos parajes naturales acampan sí control alguno por parte de las autoridades del lugar. En este sector, hasta los años treinta se concentraban la mayor parte de los barqueros que solucionaban a carros y acémilas, ganados trashumantes, el paso de una a otra orilla del río.
El siguiente meandro especial mente atractivo lo vamos a encontrar a la altura del molino de Bolinches, camino ya del pueblo de Valdeganga, donde el río Júcar comienza a adentrarse en el sector más espectacular de hoces y gargantas. Entonces progresiva mente, las tierras mesetarias comenzarán a quedar sobre nuestras cabezas. A cada golpe de pagaya, nuestras canoas parecen hundirse cada vez mas entre las paredes de unos acantilados de característico color blanco. Nos adentra definitiva mente en un noble curso encajonado, de gran belleza paisajística, cuya navegación nos llevará a tramos tan delicados como el que prosigue a la ceña del Molino de Morachel, entre este punto y la central eléctrica de Alcazarejos. Más tarde, en una secreta playa, escondida a la sombra de unos venerables álamos negros (contigua al molino de Alcazarejos), nos vemos obligados definitiva mente a echar pie al agua, para adentrarnos así en un laberinto de piedras musgosas entre las islas fluviales. Gracias a nuestros cabos de proa, seguimos progresando tirando de nuestras embarcaciones.

CASAS CUEVA

La tradición de las viviendas semitroglodíticas o casas cueva es, muy antigua en esta comarca, constituyendo uno de los conjuntos de habitación rupestre más singular de Europa. Caseríos como la calzada de Vergara, de Maldonado, de Cubas constituyen excelente ejemplos de esta solución atávica al problema de la vivienda. En la pedanía de Cubas, incluso la iglesia local aparece aferrada, su cúpula incluida, a los cantiles ribereños. Nuestra navegación prosigue ya camino de Jorquera, a través de unos sectores en los que los galápagos son frecuentes no lejos de donde varias parejas de garzas reales se dedican a ensartar bogas o carpas del río.
Jorquera, la antigua Xurquera, fue en tiempos la capital administrativa de un singular corregimiento autónomo, vinculado al Señorío de Villena. Desde el río podemos observar sus orgullosas restos de murallas islámicas. Pero el bastión clave en estos cañones albaceteños siempre fue la villa de Alcalá del Júcar, con su impresionante y estratégico castillo dominando el meandro que en forma de herradura, el Júcar forma a su alrededor, también a cuyos pies del castillo, se levantan así mismo los arcos de sillería de un puente romano de cerca de dos mil años,
Antaño sirvió de importante aduana en el antiguo camino entre Castilla y Levante que domina estratégicamente desde sus aledaños una cueva fortificada, la llamada cueva de Garadén, cuya abertura distinguimos desde nuestras embarcaciones.

LA PEQUEÑA ALDEA DE TOLOSA.

Aguas debajo de Alcalá del Júcar y a unos cuatro kilómetros vienen las mejores singladuras por el cauce del río Júcar.
Una fácil navegación nos llevara, primero, al paso de la pequeña aldea de Tolosa, continuando entre un estrecho mosaico de huertas tradicionales de cañaverales y masiegas, que antaño eran recolectados para el uso de la construcción y otras utilidades de la zona, hoy ya en des uso por otros materiales mucho más modernos. Continuamos aguas abajo y llegamos hasta el molino y la central eléctrica de Don Benito. La siguiente presa que nos encontramos será la del tranco del lobo. Cuyo nombre le viene porque en este lugar sé estrechaba tanto el río que era el punto por donde los lobos lo utilizaban para cruzar de una margen a otra del río, aquí podemos ver una vez más como la mano del hombre cambia a su antojo o necesidades, el medio ambiente sin tener en cuenta el hábitat natural. En estos parajes donde antaño se mantuvo el lobo, también existió el corzo hasta finales del siglo pasado y donde el jabalí actual mente sigue proliferando.

COMARCA DE LA MANCHUELA.

Para la conservación del corredor fluvial del río Júcar en Albacete se solicita de las autoridades castellano - manchegas la declaración de un extenso parque natural (que incluso varias zonas de reserva integral además de un urgente plan de cierres de acceso selectivo a los vehículos a motor no locales) entre los términos municipales de Villalgordo del Cabriel y de la Balsa de Ves, comprendiendo además del mero eje fluvial, los enclaves de pinares y de montes vinculados, junto con las sierras de Caballa y Peñarrubia, del Boquerón o de la Serretilla de la Pared.
En medio del abrazo conformado por este espacio natural y el del vecino Cabriel afluente del río Júcar, la comarca de la Manchuela quedaría enclavada como una auténtica Mesopotamia Castellano- Manchega, injustamente infrecuente hasta la fecha, pero con vocación de transformarse como una de las comarcas con mayor potencialidad y proyección ecoturística y medio ambiental a medio plazo.

Casas cueva: Una forma de
Alojamiento rural y troglodítico

En la comarca de La Manchuela, en el extremo nororiental de la provincia de Albacete, entre los ríos Júcar y Cabriel, encontramos un tipo de construcciones tradicionales que se están recuperando actual mente. Son las casas cueva. Este tipo de viviendas que tanto en invierno como en verano su temperatura interior es aproximada mente de unos 20 o 22 grados centígrados.
Esta zona de la hoz del Júcar es de piedra caliza calcárea que ha permitido este tipo de construcciones excavadas en la roca. De hecho la gente sigue viviendo en ellas, aunque se están recuperando por parte de los técnicos del Ceder, a través del programa Leader.
Con ello se consigue dinamizar la zona y realzar este tipo de alojamientos, como el alojamiento rural, que esta comarca, no había tenido mucha importancia.
Estas casas están acondicionadas con los elementos de calidad que tiene cualquier otro tipo de vivienda, y lo espectacular de su construcción le confiere una especial característica, sin que con ello se pierda un ápice de comodidad. Se trata de crear alojamientos muy asequibles económicamente en una zona de gran interés ecoturístico.
Dentro de estas Casas Cueva, podemos destacar el Fortín, un alojamiento enclavado en un sitio privilegiado y de gran belleza y que además está muy bien equipado.








GATO MONTÉS:
Felis silvestre.
El gato montés o salvaje en España ocupa gran cantidad de territorios, siempre que cuenten con suficiente cobertura vegetal, con tendencia alas áreas rocosas de comarcas poco pobladas. Sus mejores poblaciones, en Extremadura. Escaso en Asturias, Cantabria, País Vasco y Cataluña (donde se esta consiguiendo, con éxito, su
reproducción en cautividad). No existe ni en Baleares ni en Canarias.













Las claves de esta especie poco estudiada son tanto el camuflaje que le aporta su pelaje mimético con el entorno montañoso como la discreción de sus hábitos predadores, general mente crepuscular.
Cazador implacable, su técnica de caza es al acecho, pasando largo tiempo inmóvil aguardando que sus presas lleguen a la distancia oportuna para efectuar su salto, de eficacia probada. Cuando la víctima está constituida por un animal de pequeño porte (los roedores y los conejos componen la base de su dieta), el gato montés dará cuenta de ella mediante un certero mordisco en la nuca. No obstante, ocasional mente, este felino salvaje también puede predar sobre alguna cría de venado, corzo o de jabalí, en cuyo caso sus colmillos apuntarán a la garganta y la base del cuello. En cuanto a los peores enemigos del gato montés, son hoy en día, la perdida de hábitat (sólo consigue mantenerse en zonas poco habitadas) y su tendencia a aparearse con los gatos domésticos, cuando sus núcleos en declive se ven reducidos demográficamente ( perdiendo así sus atributos específicos silvestres),


ARTICULO DE LA REVISTA HÁBITAT

CORREDOR FLUVIAL DEL RÍO JÚCAR ( I I )

Cañones de la Manchuela

Esta zona privilegiada del río Júcar, situada en el noroeste de la provincia de Albacete, ofrece un gran abanico de posibilidades ecoturísticas.
En esta parte del itinerario daremos a conocer algunas rutas verdes que podremos hacer en bicicleta.








Cuándo corremos desde el centro peninsular hacia las playas Levantinas, por las llanuras de Albacete, a favor de la expedita Autovía del Mediterráneo ¿ quién de nosotros puede imaginarse que solo a una decena de kilómetros a mano izquierda, en dirección norte, podríamos encontrarnos con un río como el Júcar rodeado de pinares, sinuoso entre su vega entallada, cortando su lecho en medio de la horizontalidad de la Meseta?
Para captar esta sorpresa ecogeográfica nada mejor que esta Ruta Verde 1º- que proponemos, comenzándola en la Gineta, prosiguiendo por el camino rural rectilíneo que desde aquí apuna hacia el horizonte y pasa por las inmediaciones del cortijo de los Pinares.
Al cabo de unos cinco kilómetros pedaleando, nos vamos a encontrar por un bosque formado por una densa masa de pinos piñoneros, un sector forestal al que se conoce como Pinar de Hita (cuya cobertura se extiende asta el propio río Júcar). La zona es optima para intentar observar, al azor, una rapaz especializada en la caza al vuelo, zigzagueando entre los troncos de la arboleda.
La travesía de este bosque de llanura nos llevará hasta la Morra Encantada: un estratégico vértice desde el que se domina el Júcar en magnífica perspectiva, los cortados calizos a nuestros pies, enmarcando un acentuado meandro del cual dominaremos a vista de pájaro. A la hora de cruzar a la orilla norte del río, obtaremos por un vado próximo, contiguo al viejo molino de los Pontones. Para los habitantes de la localidad de Tarazona de la Mancha este fue siempre el vado de la Tía María, hasta el que lleva un camino histórico que une dicha población con esta parte de las riberas fluviales. Se trata de un en el sector del río en el que antaño se concentraban asta tres barqueros, timoneles experimentados de unos anejos transbordadores aptos para el ganado, para los carros de tiro o para los rebaños de ovejas transhumantes en estacional ruta norte - sur.
La nutria mantiene aún en la zona algunos ejemplares. Observaremos fácil mente a garzas y ánades reales.

TARAZONA DE LA MANCHA

Luego ganaremos altura por la orilla opuesta hacia la casa también llamada de la Tía María, optando mejor por el camino que discurre por su portada que por el que se conoce (un kilómetro mas al este) como el de la casa del Cagado. Entre este punto y la villa de Tarazona la Mancha la ruta nos llevará por tramos de monte bajo y de cultivos cerealistas, por parcelas de regadío y por campos de primitiva estepa Manchega. En este último tipo de terreno deberemos ir atentos para descubrir las aves esteparias del contorno (sisones y ortegas; aguilucho cenizo y la huidiza avutarda).
Sugerimos cerrar este itinerario en la plaza mayor de Tarazona de la Mancha. En el Siglo XVII esta población se independizo de Villa- nueva de la Jara, integrada en el antiguo alfoz de Alarcón hoy muestra en sus calles un buen muestrario de casas que manifiestan ilustres dueños en otras épocas con llamativas portadas, en contraste con los humildes rasgos de la casa popular. Precisamente, en su plaza Mayor se observa un interesante conjunto de la arquitectura tradicional subrayada por la presencia de balconadas de madera y paredes decoradas. El ayuntamiento de (finales del Siglo XVII) mezcla arcadas de piedra y el paso de una calle con los blancos paramentos encalados donde se recorta la oscura madera de la balconada o la cornisa. Cuenta con pinturas decorativas de carácter barroco popular imitando columnas salomónicas y capiteles jónicos. Adosada a este edificio queda la Parroquia de San Bartolomé, organizada con tres naves separadas por columnas, una bella portada clasicista y una prismática torre - concluida en 1694 - que contrasta con un cuerpo cilíndrico adosado en una rinconada. Otras referencias son su puente romano y un singular coso taurino excavado en un cerro a mediados del Siglo XIX.
Precisamente sugerimos cerrar el itinerario de esta jornada en esta plaza Mayor de Tarazona de la Mancha. Puesto que se trata del lugar idóneo a la hora de buscar alguno de los taxis locales para retornar confortable mente a la Gineta, nuestro punto de partida ( a 18 kilómetros por carretera ), con nuestras bicicletas y pertrechos en su baca.










La importancia ecogeográfica del río Júcar se encuentra fuera de toda duda. Se trata del sexto, en orden de longitud (498 kilómetros de curso; para una cuenca de más de 22.000 kilómetros cuadrados de extensión), entre los ríos españoles. Por otra parte desempeña un papel vital como nexo de comunicación entre más de 20 espacios naturales diferentes (desde la Serranía de Cuenca a la Albufera de Valencia), distribuido sobre el territorio de tres comunidades autónomas (Aragón, Castilla - La Mancha y Valencia) y de cuatro provincias diferentes ( Teruel, Cuenca, Albacete y Valencia). Como el caso del Tajo, del Cabriel, del Guadalaviar o Turia, nace en los Montes Universales turolenses, entorno a ese auténtico castillo de aguas constituido por la llamada Muela de San Felipe (a 1.840 metros de altitud). Río de vocación levantina, su curso describe a continuación una gran curva sobre una parte del sector centro - oriental de la Península, superando las planicies y los páramos orientales castellano - manchegos, atravesando los montes del interior de Valencia, hasta situar su desembocadura mediterránea en Cullera (en cuyas inmediaciones las antiguas marjalerias valencianas, lo mantenían en comunicación con el gran lago de la Albufera)

VILLAGORDO DEL JÚCAR

Para explorar el sector albaceteño del río Júcar al completo, el recorrido náutico debería plantearse a partir de la localidad de la Losilla (en Cuenca), adentrándonos enseguida en el término municipal de Villago del Júcar. En cualquier caso, el tramo comprendido entre este punto y el puente de la carretera Albacete - Motilleja presenta en demasiadas ocasiones un escaso caudal, debido a los excesos agrícolas que se mantienen en la zona. Mejor idea, como alternativa, será comenzar esta Ruta verde 2 en el mencionado puente, para abordar así un descenso fluvial que nos lleve asta la histórica villa de Alcalá del Júcar. Este sector es bueno para llevarse acabo tanto en kayak como en embarcación de tipo canadiense. Comenzaremos la navegación abordando los sucesivos meandros fluviales que conforman el paraje del Rincón (donde las casas y molinos de los nuevos y del Torcío, cuyas aceñas salvaremos sin demasiada dificultad. Aguas abajo ya del caserío de los licenciados (galápagos, garzas, ánades reales frecuentes) pasarán también bajo los arcos del puente de la carretera de Albacete a Mahora, acometiendo el paso de la aceña del llamado molino de los Frailes (antesala de la casa del Cochambre y el caserío de los Yesares, como siguientes referencias ribereñas.
Otro lugar de especial encanto fluvial será la curva del Molino de Bolinches (puente anejo) donde comienza un sector de pequeñas huertas tradicionales cuyo rosario disfrutaremos camino del puente de Valdeganga. Será a partir de este punto que empezaremos a percibir cómo el Júcar se hunde definitiva mente entre los páramos circundantes. Las paredes de orillas del valle, progresiva mente estrechas y acantiladas ganarán en altura. La corriente nos impulsará a buen ritmo primero hacia el caserío de Puente de Torres, luego hacia el meandro de Moranchel, inmediatamente sucedido éste por el de la antigua central de Alcozarejos. El piragüista deberá enfrentarse aquí algunos pasos delicados, viéndose obligado a ejecutar en tres puntos una serie de maniobras ajustadas. Otro tanto sucederá a la altura del Molino de Alcazarejos, con pequeños saltos de agua entre un laberinto de piedras y boscaje; Lo mejor en este caso será saltar al agua, guiando nuestra embarcación mediante el cabo de sirga. Y en el caserío de Cubas abra que parar para conocer su iglesia local, semirrupestre. La tradición de las construcciones y viviendas semitroglodíticas (esas casas cueva de fachada adosada a los entrantes rocosos, de interior perforado en las entrañas de los farallones) es muy antigua en esta comarca, construyendo uno de los conjuntos de habitación rupestre más singulares de Europa. Caseríos como los de Calzada de Vergara, de Maldonado, este de Cubas arriba mencionado, constituyen excelentes ejemplos de esta solución atávica y comarcal al problema de la vivienda. Todos ellos los iremos conociendo en el transcurso de nuestro viaje en piragua o en bicicleta, a lo largo de esta ruta.

BARRANCO DE ABENGIBRE

Un viaje que continuará invariablemente al pie de un callejón de rocas blanquecinas y acantiladas que nos llevará también asta la confluencia (por la orilla izquierda orográfica)del barranco de Abengibre, otra hoz tributaria, refugio de nocturnas aves rapaces, donde las antiguas tribus iberas mantuvieron algunos poblados que hoy solo exploran los arqueólogos. Poco después llegamos a Jorquera, fácilmente identificable por los restos de murallas almohades que todavía la defienden. Entre este punto y el puente de la Recueja deberemos salvar otras dos represas de central eléctrica. Luego todo será enlazar ocho sucesivas curvas fluviales (y otra represa más) antes de llegar al puente romano de Alcalá del Júcar. Nos encontraremos en medio de uno de los parajes más emblemáticos del río de Allbacete. El cámping local, contiguo a la corriente, nos servirá además de perfecto final de etapa para nuestro viaje en canoa. Si vamos en bicicleta, este mismo recorrido resultará posible pedaleando, prácticamente en todo momento, a lo largo de las riberas del Júcar y cambiando de tanto en tanto de una a otra orilla.

ITINERARIOS








Entre Alcalá del Júcar y la pedanía de Tolosa se desarrolla el tramo de río más practicado por los piraguistas sobre el Júcar albaceteño. Se trata de un itinerario fácil e idóneo para la plácida remada, inmerso en las profundidades de un paisaje fluvial entre altos acantilados ( en Tolosa se pueden alquilar embarcaciones).